Opinión de Raymundo Riva Palacio• El miedo del PAN a perder la candidatura presidencial y el miedo del PRI a llegar a las elecciones nacionales del próximo año y evaporarse como fuerza política, terminaron de manera cruel con las aspiraciones de Beatriz Paredes, que fue bajada de la contienda con el golpe de mano de los resultados de las encuestas del Frente Amplio. Ayer, ante las necesidades del PAN y del PRI para evitar la consulta del domingo, el comité organizador del proceso dio a conocer los resultados. Son abrumadores: Gálvez derrotó a Paredes en las encuestas de vivienda y telefónicas, y la aplasta en el promedio por 15.16 puntos.
La suerte de Paredes como candidata presidencial para 2024, sin embargo, se decidió el fin de semana, cuando los líderes del PRI, PAN y PRD, Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, acordaron que debía declinar el martes. Paredes no fue informada del acuerdo, que tuvo como secuela una declaración de Moreno el lunes, donde afirmó que el PRI tomaría una decisión en función de los intereses del partido, por encima del particular de su candidata. La declaración, vista por algunos priistas como una traición a Paredes, fue un acto de pragmatismo puro que explicó Moreno a la senadora durante una reunión que sostuvieron el martes por la tarde.
En esa reunión Moreno expuso las razones por las cuales la presionó a declinar. Paredes le recriminó sus declaraciones, pero él le explicó que la razón de sus acciones es que los panistas le tuvieron miedo y corría riesgo la sobrevivencia del Frente y la viabilidad del PRI como fuerza política significativa. Paredes se sorprendió del miedo de los panistas, porque no había sido así en un principio.
Cuando reveló sus aspiraciones para ser candidata presidencial a mediados de octubre del año pasado en el evento “Diálogos por México”, la clase dirigente del PAN no la tomó en serio y hubo comentarios sarcásticos sobre ella. Paredes había surgido como una potencial candidata con el apoyo de varios de los líderes priistas más importantes de los 30 últimos años, que le vieron cualidades para contender. Las estructuras del partido también se empezaron a mover y Paredes fue avanzando en las diferentes fases establecidas por el Frente Amplio.
El Frente organizó cuatro foros, en donde la percepción general sobre Paredes cambió de manera importante al mostrar su experiencia política, sus ideas y dotes retóricas, en contraste con Gálvez, que en general se vio superficial, con más lugares comunes que ideas, y poca densidad. La priista ascendió rápidamente en las encuestas y se volvió competitiva, lo que prendió las alertas en el PAN, que obligaron a Santiago Creel a bajarse de la contienda para concentrar el apoyo azul en Gálvez.
La dirigencia del PAN no esperaba que hubiera competencia con el PRI, y pasaron rápidamente del nerviosismo al miedo. Moreno le explicó a Paredes que la dirigencia panista, encabezada por el líder nacional, Marko Cortés, le dijo que no confiaban en ella y que estaban inciertos que reconociera una eventual victoria de Gálvez. Paredes le respondió, con otras palabras, que era absurdo ese planteamiento y le aseguró que si perdía la contienda, apoyaría a Gálvez.
Para el martes, ya todo era retórico. Los panistas habían registrado en días previos algunos actos masivos de priistas en los estados, donde Paredes había sido la figura central, lo que aumentó sus nervios y temores que de llegar a la consulta programada para el próximo domingo, la estructura territorial del PRI saliera a votar por ella y pudiera ganar, una probabilidad que surgió cuando en la encuesta en vivienda donde se definieron los tres finalistas del Frente, quedó a tres puntos de Gálvez, que equivalía a un empate técnico.
En la conversación que tuvieron el martes, Moreno reconoció la posibilidad de una victoria y le dijo que si ella se quedaba con la candidatura, la parte más radical del PAN no la iba a apoyar. El líder del PRI le estaba transmitiendo lo que Cortés le adelantó, que sería el final del Frente Amplio por México. De ahí la prisa porque se bajara de la contienda a fin de no estirar los tiempos y llegar a la consulta el próximo domingo, que era la que abría la ventana de victoria de la priista.
Moreno habló de la consulta con Paredes y le dijo que no esperaban que salieran a votar más de 300 mil personas, lo que consideró sería un fracaso que sería utilizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Moreno no explicó por qué sería tan baja la participación, pero uno de los perredistas con acceso a las evaluaciones de su dirigencia, dijo que ante lo inevitable de la victoria de Gálvez, se habían comenzado a desmovilizar.
Pero lo más importante, resaltó Moreno, es que ya habían hecho las cuentas electorales en el escenario de un triunfo de Paredes, y la consecuencia sería que su victoria sería una derrota para el PRI, pues apenas alcanzarían dos senadurías -de primera mayoría-, y un número considerablemente menor a los 69 diputados que tienen en la actual legislatura.
Paredes tenía que declinar, amagó sutilmente Moreno, quien le anticipó que este miércoles daría a conocer un comunicado en donde el PRI otorgaba su respaldo a Gálvez. El comunicado ya no se difundió en esos términos, porque el adelanto de los resultados de las encuestas en vivienda y telefónica para medirlas, le dio una clara ventaja a Gálvez, que será la candidata presidencial de la oposición.
Nota: Juan Manuel Herrero, miembro del Comité Organizador del Frente Amplio y presidente de Suasor Consultores, dijo que este empresa no levantó la encuesta telefónica, como se apuntó en este espacio el martes. Indicó que hay un acuerdo de dar a conocer quiénes realizaron las encuestas al término de la consulta, y será la empresa que la realizó la de las explicaciones correspondientes. Como acotación, el Comité Organizador informó ayer que Grupo Reforma hizo la encuesta en vivienda, como se reveló en este espacio, pero sigue oculto el nombre de quien realizó la telefónica.
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