- La Real Sociedad reparte cientos de cajas de cartón para transformar las cáscaras en alimento para las huertas JON RIVAS En la churrería Donostia, una caravana que se planta cada día de partido en Anoeta junto a la estación de tren del Topo, prefieren los partidos a mediodía y por la tarde, “porque cuando se juega por la noche la gente viene cenada o con el bocadillo”. A las 18.30 se venden más paquetes de pipas. “Muchos. No sabríamos decir cuántos. Más de tres cajas”. Unos 60, a un euro el pequeño y a euro y medio el grande, de 85 gramos. Y eso son muchas cáscaras. También se venden pipas en los kiosquillos ambulantes que se montan alrededor del campo, en las tiendas de chucherías de la Avenida de Madrid y en el bar del mítico frontón Atano III, junto al estadio, “aunque aquí la gente viene a tomar una copa antes del partido. De todas formas, sí es verdad que por la tarde se venden más”.Y es un problema, porque las pipas de girasol generan residuos que luego tienen que recoger los servicios de limpieza del club al acabar cada partido. Y quieren que esa tarea se simplifique, que los 3.000 kilos de cáscaras de pipas que se recogieron en Anoeta la temporada pasada no sean un problema, sino una solución, así que este sábado contra el Leganés se repartieron cientos de cajas de cartón biodegradable, de color naranja con tintas vegetales, para que los piperos, esa especie tan denostada por las gradas de animación, no arrojen las cáscaras al suelo. Es una solución de limpieza, pero también un avance en la sostenibilidad.
Según los responsables de la campaña denominada Anoetatik Gipuzkoako Baratzetara, es decir, “De Anoeta a las huertas de Gipuzkoa”, cada año se recogen en los estadios de LaLiga alrededor de 100.000 kilos de cáscaras de pipas. Y las del campo donostiarra no se arrojarán sin más a un vertedero. Se recogerán en los recipientes de cartón y después se mezclarán con residuos frescos de las huertas en pilas de compostaje. Tras un periodo de entre nueve y 12 meses, el compuesto se convertirá en abono que la Diputación de Gipuzkoa repartirá en la red de huertas del territorio histórico.
El director de la Fundación de la Real Sociedad, Andoni Iraola, asegura: “Estamos construyendo un nuevo estadio, pero también queremos construir un nuevo futuro”. Los responsables de Ekotrade, que se dedican a la gestión y transporte de los residuos en la provincia afirman: “Desde nuestra empresa apoyamos los nuevos proyectos, y este es muy innovador”.
La Real llevó a cabo los primeros ensayos en los partidos frente al Huesca y el Athletic. Los datos, sin embargo, desmintieron un tanto a los vendedores de pipas, porque a pesar de jugarse por la noche y pese a que la ocupación de Anoeta fue bastante menor frente a los aragoneses que en el derbi –que se celebró por la tarde–, se recogieron 40 kilos de cáscaras de la grada alta de la tribuna Este, bastantes más que en el choque contra los bilbaínos: “Parece que cuanto menos emocionante está el partido, más pipas se comen”, apuntó Andoni Iraola.
La Real amplió el sábado, ante el Leganés, el reparto de cajas de reciclaje al anillo inferior de la tribuna Este y al superior de la tribuna Aitor Zabaleta. Frente al Atlético de Madrid se repetirá la experiencia, “y esperamos que para Semana Santa se haya ampliado a todas las zonas del campo”, añaden desde el club. Los aficionados tendrán que colaborar porque en los recipientes de color naranja no se debe meter ningún otro residuo. Solo cáscaras de pipas.Al acabar el partido del sábado ante el Leganés, en las gradas había menos cáscaras que otros días. Los empleados comenzaban a barrer entre los asientos, mientras los dueños de la churrería Donostia enganchaban su caravana a un vehículo todoterreno para regresar a casa. La venta de pipas había ido bien, “pero habrá que decir que nosotros ya regalábamos una bolsita de plástico con cada paquete para que la gente no tirara las cáscaras al suelo”.
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