(EFE).- El cantante y compositor de rock estadounidense Chris Isaak ha hecho un repaso a sus grandes éxitos esta noche en los jardines de Cap Roig y ha demostrado porqué lleva cuatro décadas cautivando audiencias de todo el mundo con su carisma, su suave voz y su romanticismo roquero.
Puntualmente, a las 22.15 horas han sonado las notas de ‘American Boy’ ante un público que llenaba la platea del festival de verano por excelencia de la Costa Brava, organizado por Clipper’s Live con el impulso de CaixaBank.
El californiano, de 68 años, haciendo gala de un gran sentido del humor y con mucha complicidad con los asistentes, ha bajado a la grada y se ha paseado entre una audiencia entregada a la melodía de ‘Here I Stand’.
Ya de vuelta al escenario, ha sido el turno de ‘Put out your hand’, canción en la que, como en el resto del espectáculo, ha dejado claro a base de coreografías, miradas, sonrisas, movimientos y guiños la gran conexión que existe con su banda, la misma casi desde sus inicios.
El batería Kenny Dale, el bajista Rowland Salley y, especialmente, el lustroso guitarrista Hershel Yatovitz han sido el complemento idóneo para que Chris Isaak brillase en todo su esplendor.
Muy pronto ha sonado su famoso sencillo ‘Wicked Game’, de su álbum de mayor éxito, “Heart Shaped World” (1989), incluido en 1990 en la banda sonora de ‘Wild at Heart’ del cineasta David Lynch, una balada melancólica que explora la complejidad y el dolor inherente al amor y al deseo.
Tras cuatro décadas de carrera, trece álbumes de estudio, una docena de sencillos líderes en las listas de éxitos y numerosos premios, el artista es actualmente uno de los máximos exponentes del rock and roll, heredero de artistas como Roy Orbison o Elvis Presley.
Precisamente, entre algunos de sus clásicos como el estelar ‘San Francisco Days’ o ‘Blue Hotel’, ha intercalado versiones de sus admirados Orbison -‘Oh, Pretty Woman’ y Presley -‘Can’t help falling in love’-, que han sido ampliamente celebradas por un público embelesado.
Isaak y su estilo rockabilly, luciendo tupé, han seducido a los asistentes con esa voz que juega entre tonos suaves, graves y un inconfundible falsete.
El cantante ha demostrado gran sentido del humor y ha interactuado con el público en muchas ocasiones tanto presentando sus canciones como contando anécdotas y bromeando.
Isaak lucía para la ocasión un traje rojo con motivos florales brillantes de colores verdes, azules y dorados.
A mitad de actuación, ha cedido su turno al bajista Rowland Salley para que interpretara su propia canción, ‘Killing the blues’, que ha tenido una muy buena acogida entre la platea.
El momento acústico ha sido para ‘Forever blue’ o ‘Blue Spanish sky’ y, con ‘Big wide wonderful world’, ha permitido a sus fans de primera fila hacerse fotos con él mientras tocaba la guitarra y ponía un punto final momentáneo al espectáculo.
Poco después ha salido de nuevo, ataviado con un traje chaqueta hecho de pequeños espejos de arriba a abajo, y ha pedido que subiera a bailar gente del público, ocasión aprovechada por una quincena de mujeres para disfrutar del espectáculo de un gran artista con un control total de su show.
Ya en la recta final, ha hecho que el guitarrista y compositor Hershel Yatovitz bajase a la grada para interpretar ‘Live it up’, mientras los asistentes al concierto coreaban en pie la canción.
Tampoco ha dejado pasar la ocasión de cantar ‘I’ll go crazy’, de James Brown, un tema del que ha subrayado que le gustaba mucho.
El colofón final a más de una veintena de piezas y una hora y media de actuación lo ha puesto ‘The way things really are’, en la que se ha quedado en camisa y ha presentado a su banda.
Tras el concierto de Cap Roig, el carismático cantante, con la nariz fracturada fruto de su pasión por el boxeo, estará en Luxemburgo, Bélgica y diversas ciudades del Reino Unido.
En Los Jardines Botánicos de Calella de Palafrugell, el festival sigue adelante tras el paso de Chris Isaak y el turno será este domingo para una figura nacional como Pablo López. EFE
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