La única responsable es Maru. Soltó el timón del barco.
Los enroques y cambios sin pies ni cabeza.
Impunidad y corrupción causan inestabilidad.
Serrato inmóvil, sigue con los negocios gubernamentales.
Pleito Loya-Fierro dividió al gabinete, gana el comandante “Centinela”.
Maru soltó el timón.
Un año con cuatro meses en la fiesta. Unos con más sensatez y experiencia en el ejercicio del poder se pusieron a trabajar.
Así se ve de afuera la administración de Maru Campos, quien se encamina a rendirle cuentas a los chihuahuenses en lo que será su informe de gobierno.
La caída de la imagen de la Gobernadora no es producto de la casualidad, desde adentro de gobierno se percibió que Maru había soltado el timón del gobierno. Dejó ser y dejó hacer.
En todas las áreas se siente que las cosas no andan bien. Los funcionarios hacen lo que quieren y hay muchos errores en muy poco tiempo. La Gobernadora se pierde por semanas sin que nadie sepa de su paradero. Ya son muchos casos en los que ha quedado evidenciada públicamente al no dominar los temas más importantes de la agenda pública.
Si no hay obra, si la salud está en pésima situación, si la inseguridad toma por asalto a las instituciones, como el caso de “El Neto”, y si nadie frena la corrupción y la impunidad, entonces la única responsable es Maru Campos y echarle la culpa a sus subalternos es lo menos que puede hacer. Entrar a la introspección es vital para enderezar el rumbo.
Enroques y cambios sin pies ni cabeza. Se trata de negocios.
Los cambios y enroques que se realizaron el pasado lunes en la administración estatal por parte de la Gobernadora, no siguen ninguna lógica. Para muchos es la respuesta a una caída en la imagen de Maru Campos y ante el temor de perder las elecciones intermedias del 2024 y por eso se reforzaron algunas áreas.
En el caso de Mario Vázquez, del que nadie duda su lealtad al grupo que encabeza la Gobernadora, carece del total conocimiento de las obras que se desarrollan en todo Estado.
Cesar Jáuregui, en la Fiscalía General del Estado, hará lo mismo “nada” ya que siendo Secretario General de Gobierno era él quien se encargaba de dirigir todas las áreas de gobierno, incluida la Fiscalía, que hoy encabeza. Entra de lleno al área con más alto riesgo y con muchas carpetas de investigación de alto impacto.
Santiago de la Peña, en su meteórica carrera política, llega a la segunda posición del Gobierno estatal. Nadie duda de su capacidad.
Roberto Fierro no da el ancho en la Fiscalía y en medio de escándalos por su mala actuación Maru lo protege y se lo lleva a su despacho.
Sandra Cuevas, a Educación, no se le conoce operación política.
Carla Rivas, en Desarrollo Humano. La ex diputada es poco conocida en la administración pública.
Para muchos, estos cambios y enroques, más que mejorar la función pública y la atención a los chihuahuenses, son para fortalecer los negocios gubernamentales.
Luis Serrato Castell, el nuevo millonario.
El jefe del gabinete de Maru Campos, el odiado Luis Serrato Castell, ni se despeinó con todos los cambios que se hicieron en la administración de Maru Campos, aunque él mismo es parte del problema, ya que se supone que es el coordinador de todas las áreas.
El sonorense, la sabe jugar bien, maneja el poder tras el poder y la burbuja que le ha formado a Maru Campos la mantiene secuestrada de la realidad que se vive en Chihuahua en donde, la de Maru, la de Corral y la de Duarte compiten para ver cuál administración es la peor.
Es un secreto a voces que a Serrato Castell le importa un comino la inseguridad, la salud, la educación y la obra pública para mejorar la calidad de vida de los chihuahuenses, al funcionario le interesan los negocios. Nadie puede contratar servicios si no lo autoriza el jefe del gabinete, y si son de más de 3 millones los pasa a las empresas que ellos tienen, así que si algún panista pretendía recuperar lo que le invirtió a la campaña se quedará con las ganas, porque el de Sonora tiene el monopolio. Claro, con la autorización de Maru.
Pleito Loya-Fierro, partió en dos al gabinete.
Desde que Maru Campos ganó la gubernatura, sus allegados empezaron a trabajar cada quien en sus diferentes áreas de acuerdo a sus perfiles. En el caso de Roberto Fierro, desde el inició sabía que sería el Fiscal, él propuso fusionar la Secretaria de Seguridad Publica a la Fiscalía junto con los CERESOS. Por lo anterior, se inició una fuerte disputa entre Fierro y Gilberto Loya, quien quería encabezar como Secretario la seguridad en Chihuahua. Los enfrentamientos cada vez fueron subiendo de tono, hasta que la situación fue intolerante. Finalmente, Roberto Fierro sale de fiscal y se refugia en el despacho de la gobernadora y Gilberto Loya se queda con todo el control de la seguridad y del sistema penitenciario, pero además con el jugoso negocio gubernamental que representará la Torre Centinela.