Ningún país de la OCDE se acerca a pagar el 100% del último sueldo a sus jubilados, como pretende el presidente mexicano
Un vistazo rápido a los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) nos muestra que absolutamente nadie es capaz de pagar semejante porcentaje del último salario a sus jubilados, y la razón es muy sencilla: sería la ruina para los sistemas de pensiones, que en muchos países ya muestran grietas y generan preocupación por su sostenibilidad en el medio y largo plazo.
La propuesta de AMLO, que será entregada formalmente el próximo 5 de febrero, sin duda representa una posible mejora para que las jubilaciones de los trabajadores sean más dignas, sin embargo, implica complicaciones para las finanzas públicas del país o mayores impuestos para los trabajadores activos.
La situación actual de las jubilaciones en México
En México, actualmente existen dos modalidades para la jubilación, ambas establecidas por reformas legales que regulan las pensiones: la modalidad 73 y la 97.
Para acceder a la pensión, se deben cumplir ciertos requisitos. Bajo la modalidad 73, se requieren al menos 10 años de trabajo y tener más de 60 años. En cambio, para la modalidad 97, se necesitan al menos 16 años de trabajo y tener más de 65 años.
La modalidad 97 aplica a aquellos trabajadores que comenzaron a cotizar a partir del 1 de julio de 1997. Bajo esta ley, la jubilación se determina según el monto acumulado a lo largo de la vida laboral, proveniente de aportaciones obligatorias, voluntarias y patronales. Estas contribuciones se depositan en una cuenta individual gestionada por una Administradora de Fondos para el Retiro, conocida como Afore, con el objetivo de invertirlas y generar ganancias.
Después de 26 años de implementación, los primeros trabajadores bajo la modalidad 97 están empezando a jubilarse. Casi 70,000 trabajadores han obtenido su jubilación bajo este modelo, con pensiones promedio de $5,483 pesos, según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), una cifra inferior al salario mínimo mensual de $7,468 pesos.
No hay duda de que la jubilaciones de la modalidad 97 son bajas, ya que los jubilados tan solo están recibiendo alrededor del 30% de sus salarios. La principal razón que explica estos montos tan pobres es que los trabajadores contribuyeron para su pensión solo con el 6.5% de su salario durante su vida laboral, un porcentaje significativamente inferior al promedio de los países de la OCDE, que es cercano a 20%.
Estos datos sugieren que las jubilaciones futuras en México no garantizan a los jubilados un nivel de vida similar al que tenían cuando trabajaban, lo que plantea la necesidad de una reforma en el sistema de pensiones. La gran incógnita actual es si la propuesta de cambio presentada por AMLO es la solución que el país necesita.
Lo que nos enseñan otros países sobre las jubilaciones
Según los datos de la OCDE, el promedio de pensión entre los países miembros es del 63% del último sueldo. El país con la pensión más alta es Italia, con un 85%, seguido de Francia, con un 82%. Los países con las pensiones más bajas son México, con un 22%, y Turquía, con un 28%. Esto considerando todos los rangos salariales.
Por otro lado, el gasto público de los gobiernos para cubrir las pensiones de los jubilados en promedio de los países de la OCDE era del 18% en 2019. Países como Grecia e Italia pagan un promedio de 16% del PIB en gasto público de pensiones, mientras que en países como Chile y México pagan menos de 4% del PIB en pensiones.
Entonces, México paga un muy bajo porcentaje del PIB en pensiones, pero ¿es factible pagar un 100% del último salario en la pensión de los jubilados como propone el presidente?
Países como Italia que tienen un gasto 4 veces mayor que el de México en pensiones no pagan el 100% de las pensiones, sino solo un 85% en promedio. ¿México podría darse un lujo de destinar más del 16% del PIB en pensiones?
Si ninguna economía lo hace, con un PIB mucho mayor que México, ¿qué tendría que hacer nuestro país y nuestro gobierno? La respuesta es lo que les preocupa a los trabajadores: un aumento en los impuestos para que se destine a ese pago de pensiones.
«Implementar una tasa de reemplazo a 100% en toda la población fiscalmente no es viable y no ocurre en ningún otro lugar del mundo. Un cierto aumento a la tasa de contribución es deseable, siempre y cuando se vigilen las finanzas públicas y creemos que el principal reto en pensiones, al igual que otros temas de atención fiscal es reducir la informalidad», ha declarado recientemente el economista en jefe de BBVA, Carlos Serrano.
Serrano explicó que con la reforma de 2020 ya se corrigió en buena medida la problemática de las pensiones bajas con el actual sistema de las Afores, ya que se redujo las semanas de cotización y aumentó la tasa de contribución obligatoria de manera paulatina de 6% hasta alcanzar 15% en 2030.
El economista también recordó que, más allá del sistema de jubilación que se implante, un gran problema que padece la economía mexicana es la elevada informalidad. «Un porcentaje muy importante de personas están en la economía informal y no van a tener acceso a estos esquemas de pensiones contributivas», subrayó.