La problemática social y la pandemia
Pilar Muñoz Márquez
La pandemia de Covid-19 llegó a nuestro país agravando los problemas sociales que de por sí padecen los mexicanos, y sobre todo la población con carencias que no tiene ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios que se requieren para satisfacer sus necesidades; esta es la población a la que se identifica con al menos una carencia social en los indicadores que el Coneval ha elaborado para medir la pobreza.
¿De qué indicadores estamos hablando? Del rezago educativo, del acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación, grado de accesibilidad a carretera pavimentada; tales son los aspectos con los que el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) mide las carencias sociales y servicios en el país desde su fundación en el 2004. La intención de medir la problemática social y la pobreza se dio con la finalidad de crear programas sociales en las 32 entidades federativas, para que lo que se puede medir se puede mejorar, para tomar las medidas necesarias en los gobiernos estatales y municipales; sin embargo, la realidad ha demostrado que los programas sociales que han implementado las autoridades no han sido suficientes para superar las carencias en la población más afectada, por el contrario, tal pareciera que en este año 2020 los problemas se agudizan cada día más porque no se tienen autoridades sensibles a los padecimientos de la población en general.
Implacablemente, se han ido eliminando paulatinamente, por parte del Gobierno federal, aparte de numerosos rubros en el Presupuesto de Egresos de la Federación (pef), 109 fideicomisos que en algún momento llegaron a ayudar a la población, como es el fideicomisos del Fonden que en tiempos de desastres naturales o de salud pueden ayudar a la población, y otros muchos que auxiliaban en la atención a la salud, la educación, a las obras sociales mediante el Fondo Minero, la investigación científica, y que ahora se cancelaron y sus fondos fueron a parar a la discrecionalidad del señor todopoderoso presidente de la República.
Lo que estamos viviendo en la actualidad en tiempos de la pandemia, ha afectado a la población y a comerciantes que han tenido que cerrar sus negocios. El Gobierno federal Estatal o los municipios debieron implementar programas para ayudar a la población en general con un apoyo alimentario o, cuando menos, con un programa por 6 meses como lo han hecho otros países que han padecido esta pandemia, como Argentina, Colombia, Bolivia, que le han dado a la población un programa emergente para mitigar la pandemia y la problemática social que vive su población. Pero aquí, pandemia viene a hacer estragos, sin que las autoridades generen un programa de gobierno real para ayudar a la población, vemos en los noticieros cómo diferentes estados del país vuelven a semáforo rojo por no tener un programa de salud de calidad que esté a la altura del país.
Quienes padecen esta problemática y la resienten como siempre, son las clases más desprotegidas, porque tienen que dejar de trabajar, tienen que cerrar negocios, tienen que
implementar otras formas de cómo generar recursos para poder llevar la alimentación al hogar. Lo que no están haciendo los gobiernos es generar empleos bien remunerados, ni apoyos para la ciencia y la tecnología para que la población tenga por lo menos acceso a una educación de calidad, a mejores servicios, vivienda, salud, seguimos teniendo un país poco desarrollado y una población con más pobreza, que no puede acceder a caminos pavimentados, que no tiene acceso a una alimentación adecuada.
Están cortando las alas a las generaciones venideras, que, poco fortalecidas, se enfrentarán a un país que no les da la oportunidad de crecer y de sacar a esta patria del hoyo que se sumerge día con día. Es necesario y de vital importancia que recapacitemos que nos pongamos a solucionar desde dónde estemos sin odio y sin mezquindad los problemas, uniéndonos y organizándonos, alzando la voz desde nuestro terruño, porque es la patria que le dejaremos a nuestros hijos.