El grupo español lanza su octavo disco, Un susurro en la tormenta
ALDO MAGALLANES
A lo largo de 24 años , han entablado una historia llena de música y amistad en la que han vivido en planetas imaginarios, le han dicho cosas al Sol y hasta han visto cometas por el cielo.
Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Haritz Garde, Xabier San Martín y Leire Martínez, llevan más de 20 años componiendo su música en San Sebastian, viajando por el mundo y compartiendo sus emociones a través de canciones.
Ellos no son otros sino La Oreja de Van Gogh, grupo que acaba de estrenar su nuevo disco denominado Un susurro en la tormenta. Podría parecer que el título y algunas de sus canciones se relacionan con los tiempos que enfrenta el mundo por la pandemia, pero no es así, la placa la terminaron antes de la contingencia y es por eso que Leire no duda en decir, «a veces la realidad supera la ficción».
«Aunque parezca mentira, el disco estaba terminado antes de que llegara la pandemia, la cual nos ha golpeado de manera inesperada, pero es verdad que en la vida de una persona las tormentas van y vienen, entonces ya veníamos de haber vivido alguna que otra tormenta que nos motivó a escribir estas nuevas canciones», comentó Leire.
La cantante además de Pablo, Álvaro, Haritz y Xabier, ofrecieron una charla telefónica desde su natal San Sebastian, España, en donde hablaron de dicho álbum que reafirma el éxito y la trascendencia que habían logrado con sus trabajos anteriores.
«El proceso de composición del disco ha sido similar al de los discos pasados. Cada disco nace en el local de ensayo que tenemos en San Sebastian. En este disco la inspiración llegó antes de lo que habitualmente llega.
«Siempre hemos hablado de historias comunes, de historias cercanas que nos rodeaban, pero esta vez hemos ahondado un poco más en lo más profundo de nosotros mismos, es por eso que creemos que este disco es el más autobiográfico que habíamos entregado», sostuvo la intérprete.
Pablo comentó que la experiencia de los años, pues ya se encuentran en el cuarto piso de vida, les ha hecho demorarse más en la creación de canciones pues se han vuelto muy exigentes con ellos mismos.
“Nos hemos vueltos muy precisos con la música que hacemos, vamos desechando hasta que nos quedamos con lo que nos gusta. Siempre queremos evolucionar, queremos crecer con la gente que viene con nosotros. Nuestra vida no la marcan los años, la marcan los discos que hemos ido sacando”. Benegas comentó que espera que este material discográfico conformado por 11 canciones, entre ellas Me voy de fiesta, Sirenas, Acantilado, Menos tú y Te pareces tanto a mí, logre que la gente se olvide un poco de la pandemia.
“Al final lo importante es que la gente se distraiga, se la pase bien con nuestra música y qué mejor que esto ocurra en estos momentos. Estamos agradecidos con todos nuestros seguidores por el apoyo recibido”. Xabier San Martin dijo que no hay formulas para tener el éxito ni tampoco planean lo que va a pasar cada que se embarcan en la salida de una placa musical.
“Nosotros no podemos controlar que a la gente le guste o no le guste nuestra música o que escuche o no nuestra música. Lo único que podemos controlar es seguir unidos y escribir nuestras canciones, el ADN del grupo es una historia de amistad y música. Desconocemos cuáles son las claves de la maquinaria profesional. Nadie sabe cuando algo va a funcionar”.
San Martín informó que Un susurro en la tormenta va en contra de la corriente ya que ha salido en una industria actual dominada por el reguetón.
“Es una especie de reto a todos los planes de marketing habidos en cualquier discográfica. Es un álbum muy clásico en el que se escucha nítidamente una batería o una guitarra. Quizás con este disco reivindicamos nuestra vieja manera de escuchar música con discos completos. Este disco es provocadoramente clásico. No queremos estar de moda haciendo cosas que no sabríamos hacer”.
Sobre sus inicios musicales, Pablo informó que recuerdan con cariño álbumes como Dile al Sol o El viaje de Copperpot, que fueron los causantes de su proyección mundial.
“Nuestra música en aquella época era pasional y visceral, como los jóvenes que éramos; lógicamente como todos en la vida uno va evolucionando. La esencia del grupo de hace 20 años está ahí, pero lo que ha cambiado es la mirada sobre las cosas, ahora es mucho más compleja. Sentimos que nuestra discografía ha ido cambiando con el paso del tiempo”.
Para los miembros de La Oreja de Van Gogh, México ha sido uno de sus mayores cómplices por lo que siempre quieren volver y abrazar a esta nación. Ya desean regresar y “abrazar” a este país que vive los estragos de varios sismos sobretodo del ocurrido el pasado 19 de septiembre.
“México fue el primer país que nos abrió las puertas, cada que vamos nos sentimos en casa. No entendemos a La Oreja de Van Gogh sin México, nunca -sabremos cómo devolverles todo ese cariño que nos han brindado por eso ya vamos para allá para apoyarlos en todo lo que podamos”, dijo.