Por: EFE
Madrid, (EFE).- La historia de la Nasa está grabada en nuestra memoria colectiva con imágenes, desde la llegada del hombre a la Luna a las fotografías del árido Marte o las de nuestro planeta visto desde el espacio, que Carl Sagan describió como ese «punto azul pálido».
A medio camino entre el 60 aniversario de la Nasa y los 50 años, en junio, de la llegada del hombre a la Luna, «The NASA Archives. 60 Years in Space» (Taschen) propone un viaje por el espacio y el tiempo a través de 400 fotografías, en un «homenaje visual al impulso imparable del ser humano por viajar más allá de la Tierra».
Un viaje que comenzó hace 60 años y que ha recorrido millones de kilómetros, más allá de los confines del Sistema Solar, para dejarse sorprender con la increíble belleza de remotas galaxias vistas través de los ojos del telescopio Hubble.
«Houston, hemos tenido un problema», de Jim Lovell en el Apolo 13, como olvidar esa histórica frase.
O el «discurso de la Luna» (1962), del presidente John F. Kennedy para convencer a los estadounidenses de apoyar el programa Apolo.
Imágenes de gran tamaño y alta resolución que muestran la fragilidad del ser humano mientras camina por la «magnífica desolación» de la Luna, como la calificó Buzz Aldrin, al pisar el satélite justo detrás de Neil Armstrong el 20 de julio de 1969.
Y cómo aquellos logros se seguían con una mezcla de emoción e incredulidad, con una imagen de Central Station en Nueva York abarrotada de personas frente a una pantalla gigante que transmite el despegue de John Glenn (1962), el primero en orbitar la Tierra en tres ocasiones.
Recuerdos en blanco y negro que contrastan con el inmenso azul de la Tierra que sirve de marco a los paseos espaciales , el día a día de los astronautas en la Estación Espacial Internacional o el febril trabajo de los miles de empleados de la Nasa, cuyos nombres nunca pasarán a la historia.
Una empresa difícil en la que también ha habido tropiezos y tragedias, que se cuentan con la pérdida de 17 vidas humanas durante vuelos espaciales, resumidas en la terrible imagen del transbordador Challenger explotando en mil pedazos la mañana del 28 de enero de 1986.
«¿Pero qué clase de respuestas esperamos encontrar entre las estrellas? Quizás sea siempre la Tierra lo que estamos buscando», se cuestiona Bizony en el libro.
O dicho en palabras del astronauta del Apolo 8 Bill Anders: «Hicimos todo este camino para explotar la Luna y la cosa más importante que hemos descubierto es la Tierra».