Campazzo, Nocioni, Oveja Hernández y Lamas analizaron a este cautivante jugador esloveno para Infobae. Mientras él intenta llegar a su primera final NBA, los cuatro que jugaron con él y/o en contra lo comparan con estrellas míticas, explican qué lo hace tan especial y cuentan anécdotas que lo describen. Incluso Chapu y Facu hablan de cómo lo “argentinizaron”
Por
Julián Mozo
26 de julio. Estadio Saitama Super Arena. Tokio.
Es el debut de los Juegos Olímpicos para Argentina y Eslovenia. El cuerpo técnico de Sergio Hernández lleva semanas imaginando este partido, decisivo por ser el primero y por el rival, un equipo que lleva 14 partidos sin perder y tiene al jugador qué más temor produce, Luka Doncic.
“Sabíamos que nos enfrentaríamos al mejor jugador del mundo, a un equipo que venía muy bien, con gol en todas las posiciones, pero no queríamos achicarnos. La idea era doblar la apuesta, subir el bloque defensivo y forzar a Luka con un plan: que anotara de larga distancia cuando iba para su mano derecha y que fuera para adentro si iba hacia la izquierda, sin traerle mucha ayuda para no generar espacio para los demás…”, admite Oveja. Pero, a veces, una cosa es lo que se diagrama y otra lo que sale en la cancha, en especial contra estos genios. Y el coach bahiense necesitó dos minutos para intuir que la noche sería larguísima. “En uno de los primeros ataques me miró y se rió de lo que estábamos haciendo en defensa. Me dijo ‘¿en serio me van a pasar por atrás en el pick & roll (NdeR: jugada de 2 vs 2 muy de moda hoy en día)?’. Yo entré en su juego y le respondí ‘obvio, todo el partido’. Me miró y me dijo ‘okey’. Fue lo peor que pude hacer. Lo tomó como una falta de respeto y nos terminó matando”, recuerda Sergio en charla con Infobae.
No fue la única historia que tiene Oveja de aquel duelo inolvidable que protagonizó con la superestrella de la que hoy todos hablan en estos playoffs de la NBA. “Al rato, mi asistente Juan Gatti, que estaba del otro lado, en la platea por la falta de lugares en nuestro banco, le pide a los árbitros un flopping –exageración de una falta, penada por el reglamento- de Doncic. Al no haber público, Luka lo escucha, lo individualiza y le dice, mirándolo serio. ‘Eso que estás haciendo es malo para tu equipo, me estás haciendo enfadar’. En los siguientes dos avances metió dos triples y lo miró de reojo. Es lo mismo que le estuvimos viendo en esta postemporada de la NBA, en especial contra Phoenix. Es alguien que se mete en ese juego trash talk –”diálogo basura” de ida y vuelta con rivales-, pero no pica. Es capaz de hacer enojar a todos, pero él sigue controlado. Parece molesto, pero está en su salsa y saca de eje al resto. Es un animal, un fuera de serie como nunca vi, al menos de primera mano”, relata.
Aquella noche, Luka sumó 48 puntos, 11 rebotes y cinco asistencias, con un +49 impactante. Y, claro, Eslovenia pasó por encima de Argentina (118-100). “Recuerdo que, cuando terminó el partido, me lo crucé a Julio Lamas, DT de Japón, que era su próximo rival, y me preguntó qué podía hacer con él. Y le dije ‘lo único es no hacerlo enojar. Tal vez si lo evitás tenga un partido tranquilo”. Lamas sonríe cuando se lo consulta sobre la anécdota. “Sí, me dijo eso, que no había que entrar porque él siempre se busca un enemigo, que lo enfoca y lo mantiene competitivo. Como hacía Jordan de alguna forma, incluso hablando más con los árbitros”, admite.Doncic y Nocioni cuando jugaban en Real Madrid
Oveja también le comentó sobre el plan defensivo que Argentina había realizado, sin suerte. “Nosotros jugamos el partido tratando de defender al conjunto, a Eslovenia, no fuimos tanto contra él. Dispusimos una defensa zonal que yo iba poniendo y sacando, para frenar el ritmo y sacarle los espacios en el pick and roll, la jugada con la que él se divierte. Lo logramos por momentos, sobre todo en el primer tiempo, luego se conectó durante el tercer cuarto y nos sacó la diferencia. Luego el resto hizo los puntos”, comenta Julio sobre aquel juego en el que Luka terminó con 25 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias. Un partido muy terrenal para él. Claro, funcionó lo que advirtió Oveja: nadie lo hizo enojar. Como sí lograron hacer los Suns en la última serie de playoffs, en especial Devin Booker, quien lo buscó, le habló y hasta lo cargó en público, cuando cayó al suelo por una falta y mientras hacía teatro dijo “esta es la especialidad de Luka”. Doncic lo avisó tras quedar 2-3. “Veo que hablan mucho cuando están arriba en el marcador”. Luego hablaría en la cancha. Un plus de motivación mostró el esloveno, quien terminó destruyendo al último subcampeón, en su casa, con un épico Juego 7 que será recordando en la historia –en el primer tiempo metió tantos puntos como su rival: 27-.
“A mí me sigue pasando que veo los partidos y, más allá de disfrutarlos, me ponen nervioso porque uno, como DT que es, analiza todo, piensa qué podría hacer en tal o cual situación. Y, en el caso de Luka, sigo sin encontrar la forma de poder frenarlo. Nunca me pasó con alguien. Yo no viví la época de Jordan como coach, entonces no puedo compararlo. Pero luego es como Durant o Kobe. O peor, en realidad. Porque ellos eran terribles pero delegaban más en el resto. Y este es impresionante cómo domina cada juego y de la forma que lo hace. Porque no es que domina el juego. Domina el espectáculo: a los rivales, a los árbitros, al público y hasta a sí mismo. Yo nunca vi algo igual”, explica Oveja. Justamente es lo mismo que advierte Lamas, esto que produce en el resto. “Sobre todo los jugadores que juegan contra él por primera vez. Todas las miradas van hacia él y su imagen produce un impacto que empequeñece a los rivales. Es impactante el dominio que tiene de cada partido”, complementa.
Andrés Nocioni jugó con él en el Real Madrid durante tres años, del 2015 al 2017. Y lo conoce muy bien. Fueron compinches. Chapu era uno de los los líderes en la cancha y del vestuario en aquella época: vivió desde la llegada del Olimpia esloveno hasta la explosión como jugador, con apenas 18 años. “Cuando estaba allá, muchos scouts de equipos NBA me llamaron para preguntarme de él y yo les avisé que el impacto sería muy grande, incluso superior al de LeBron cuando comenzó. Porque James, al principio, dominaba más por una capacidad física inusual. Luka no la tenía. Ni la fuerza, ni la velocidad, ni la potencia. Pero lo compensaría con su talento único. Y con los tres años de profesional en Europa. No tenía 20 años pero ya mostraba una experiencia, madurez y oficio de un veterano”, avisó.
Claro, Nocioni no esperaba tanto, al menos lo que está viendo en estos playoffs. “Yo estaba seguro que le iba a ir incluso mejor que en la NBA, esperaba que jugara mejor que en Europa. Básicamente porque allá hay más espacios y Luka es un jugador muy difícil de defender por su manera de jugar. No es un base explosivo sino que es más tiempista, ve toda la cancha y tiene mucha lucidez. Yo sabía que se iba a adaptar mejor, aunque jugara a otro ritmo. Pero, claro, me ha sorprendido igual. No pensé que llegaría tan rápido a este nivel superlativo, tan extraordinario, de tanta madurez basquetbolística y de semejante dominio en momentos tan complejos. Estoy feliz por lo que está haciendo y por haber sido testigo del potencial cuando estuvimos en el Madrid”, aclara el alero, quien jugó en Chicago entre 2004 y 2009, y luego se sostuvo en la NBA hasta el 2012.Doncic fue clave para los Mavericks en la victoria frente a los Suns
Para Nocioni, Doncic ya está en el Top 5 de la NBA. “En el mismo nivel que Giannis, Jokic y Embiid. Es un jugador para construir una franquicia, para armarle un equipo campeón”, asegura mientras enumera lo que siente que lo hace especial. “Los fundamentos de su juego, las lecturas que tiene, el conocimiento general del básquet que trae desde la cuna. Porque así jugaba cuando era chico… Tal vez con menos tiro, pero siempre tuvo este carisma, personalidad y visión de juego que disfrutamos hoy. Es más que un talento extraordinario: además tiene personalidad, es ambicioso y le encantan los desafíos”, especificó. Lamas va un poco más allá y lo ubica entre los tres mejores. “Y a los 23 años –aclara-. Metió a Dallas en la final del Oeste convirtiéndose en un superjugador. Está claro que nació para esto, lo vimos en el Juego 7 ante Phoenix. Tiene de todo: la talla y la visión de Magic Johnson, cosas de Drazen Petrovic en la anotación y ya podemos decir que hay cosas de Doncic… Es un gen especial, con excelencia en casi todos los rubros ofensivos posibles. En el pick and roll es excelente, anotando es excelente, pasando es excelente, en los aclarados es excelente, en las penetraciones con finalización es excelente, en la penetración con descarga es excelente, en el tiro medio es excelente y en el tiro largo, también. Es un fuera de serie”, asegura.
La única deficiencia que se puede marcar o, al menos, algo que puede seguir mejorando es el físico, un tema en boga cuando en la previa de la final se viralizó una foto tomando cerveza en un almuerzo con su compañero Boban Marjanovic y luego de que antes, tanto en la NBA como en la cita olímpica, se lo fotografiara fumando. “Yo no le veo limitaciones físicas. Hoy. Sí creo que puede mejorar su condición atlética, porque todos vemos el cuerpo que tiene… Y yo pienso que lo va a hacer en el futuro, con una mejor alimentación y mayor entrenamiento físico. Básicamente porque ama el juego y le importa mucho el resultado colectivo. No tiene la actitud de otras estrellas, que si cubren su parte, están hechas. Luka siempre quiere más y todavía es joven. De estas cosas se toma conciencia más adelante, viene con la madurez personal y la necesidad de seguir agregando cosas para continuar ganando”, analiza Lamas. Oveja piensa sobre el tema. “También puede pasar al revés, que se deje estar y baje su nivel. Hoy le alcanza y le sobra. Hoy lo ves gordito, va y te mete dos volcadones como lo hizo con los Suns en el sexto juego. Todos estaban cansados y fue, como diciendo, ‘encima te hago esto si quiero’”, cierra.
Hernández, entonces, no tiene dudas. “Para mí, hoy, es el mejor del mundo. Directamente. Acepto que otros elijan a Curry, por gusto. La está rompiendo también. Pero para mí es este pibe”, asevera, dejando claro qué es lo que le impacta más. “Tiene la cabeza más poderosa que vi en mi vida. Pensá que es un blanco de 23 años dominando un mundo de negros. El último fue Larry Bird, tal vez Dirk Nowitzki. O Petrovic, quizá un poco en su momento. Justamente a Luka le veo cosas de Drazen porque juega con una sonrisa en la cara, es rebelde como era el croata y también lo ningunearon, como le pasó a Petrovic en Portland”, agrega.
El tema, entonces, deriva en esa sonrisa que muestra Doncic cuando hace grandes jugadas, para algunos sobradora y de falta de respeto. Y para otros, fiel reflejo que disfruta cuando juega. “Yo creo que esa sonrisa es su combustible, en un punto es lo que lo hace distinto. Te pongo un ejemplo: cuando terminó el Mundial 2019, me cruzo con un periodista que me dice por qué creía que Campazzo había sido uno de los mejores: ‘porque juega con furia sin perder la sonrisa’, me dijo. Luka es un poco así… Genera polémica porque no busca ser simpático. A mí en Tokio me cruzó varias veces y nunca me saludó. Nunca. Sabiendo quién era. Un día iba caminando con Luka Rupnik, su mejor amigo a quien yo había dirigido en Zaragoza. Él se paró a charlar y Luka siguió caminando. Y no por mala onda, porque en la villa olímpica andaba como uno más y se sacaba fotos con todos. Pero yo era su rival. Y punto. Él juega todo el tiempo, te mide, te intimida. Con una sonrisa, pero te intimida”, explica Oveja. Y sobre la soberbia que, para algunos, destila, tiene su teoría. “Es normal, llegó muy rápido a ser hiperestrella. Pero, ojo, él ya sabía que esto iba a pasar. Un poco siente que nadie está a su altura. Y tiene razón”, dice, sonriente. “A mí no me cae simpático, pero es el puto amo. Y punto”, completa.Docic y Campazzo hicieron un gran amistad en el Real Madrid
La charla deriva hacia su parte más humana, a aquella convivencia de los argentinos en el Real, tanto de Nocioni como de Campazzo. Desde Madrid aseguran que el control de Doncic que hicieron los más veteranos fuera la cancha fue muy importante. “Es verdad que lo protegíamos mucho. Yo siento que fui como su padre. Lo quería y sabía, además, que nos iba a ayudar a ganar”, explica Chapu. Sin embargo, Nocioni no cuelga ninguna medalla. “No le aporté más que mi amistad, el tratarlo bien y tal vez aconsejarlo en algunas cosas, como que tuviera paciencia en algunas situaciones de juego, aunque a veces me lo terminaba diciendo él a mi, así que no es para tanto. Realmente no creo haberle aportado mucho, lo que tiene ya lo traía incorporado y hoy estaría en el mismo lugar si no me hubiese conocido”, se sincera.
En el caso de Facu, en el vestuario blanco aseguran que sus duelos en los entrenamientos eran un show aparte. Incluso Luka admitió que aquellos 1 vs 1 lo hicieron mejor jugador. “Es verdad que en los entrenamientos nos defendíamos y atacábamos muy duro. Y creo que nos hizo mejores jugadores a los dos, no sólo a él”, acepta el cordobés que agarró el testigo dejado por la partida de Doncic para transformarse en la nueva estrella del Real. “Con Facu, Luka aprendió a entrenar más fuerte. Campazzo te obliga a mejorar por su constancia física y la terrible intensidad que le mete a los entrenamientos”, aporta Nocioni.
Por último, el tópico deriva hacia la cercanía que tiene Doncic con nuestro país. Es un enamorado del juego pasional y, a la vez, cerebral de nuestros compatriotas. Siempre tiene un comentario positivo y de cariño con los nuestros. Por redes sociales elogió a la Selección en el Mundial 2019 y más de una vez hizo una reverencia virtual para Scola por su vigencia en el más alto nivel. El esloveno, cuenta Chapu, combina ingredientes particulares en su forma de ser, “tiene una personalidad extrovertida, muy divertida, pero a la vez es muy maduro, más que nada por haber estado siempre rodeado de más grandes. Yo trazo un paralelismo con Luis (Scola) o conmigo, quienes también crecimos entre mayores. Vos hablás con Luka y parece un pibe mayor, incluso un viejo. Hizo cosas siempre de un talento precoz, debutó muy joven y tuvo que madurar rápido. Ahora su explosión es muy rápida, ojalá pueda manejarla como hasta ahora. Su techo depende de él. Puede ser la superestrella extranjera más grande de la historia”.
Por último, Nocioni habla de las costumbres argentinas que se le pegaron por el contacto con él y Facu. “Sí, un poco se argentinizó. Habla un poco como nosotros y sé que escucha a Andrés Calamaro. En el vestuario del Real, con Facu y Sergi Llull, lo poníamos y le encantó. Sigo en contacto con él, es un pibe muy sencillo”, reconoce. “Sí, es como dice Chapu. El lo disfrutó más que yo, pero es verdad que se le pegaron cosas nuestras”, admite quien siempre que se lo cruza se lo ve a los abrazos y a las risas. Sellaron una amistad para siempre en el Madrid. Eso sí, en la cancha, cuando se enfrentan, es a cara de perro. Doncic es un elegido, un competidor y esta clase, cuando sale al parquet, no tiene amigos.