Génesis de un éxito musical
La historia detrás de la canción Don’t speak de No Doubt AGENCIAS
La presentación de No Doubt en el festival Coachella ha causado euforia entre las infancias y adolescencias de los años noventa, que crecieron con la música ska-pop de la banda que, desde hace más de una década, no se reunía en el escenario. Por ello, cuando Gwen Stefani tomó el micrófono para interpretar una vez más Don´t speak, su canción más recordada, la ovación del público del festival no se hizo esperar, pero ¿sabes cómo surgió la composición de este tema?, te lo decimos.
Era 1996 y No Doubt llevaba dos álbumes en su haber musical; Eric Stefani, fundador de la banda, se encontraba en la casa que rentaban, tocando un par de notas en el piano, cuando Gwen -su hermana menor- entró y, automáticamente, supo que tenían que darle forma de canción.
Se sentaron a escribir una canción romántica que Gwen dedicaba a su novio de aquella época, Tony Kanal, bajista del grupo.
Algunas estrofas de la canción rezaban:
«Puedo verlo todo en un abrir y cerrar de ojos, sé todo sobre cómo eres, puedo entender exactamente cómo piensas… entre tú y yo, no está muy lejos».
Pero, al poco tiempo, Kanal terminó con la joven que, devastada por la ruptura, sabía que la letra de la canción tendría que reescribirse.
Ella y su ex se encargaron de volver a escribir la canción que ya no hablaría de la química que los unía, sino del desamor que generaba la desesperanza de decirse adiós.
Sentados en el garaje de su casa en Anaheim, California, Gwen y Tony, con la supervisión de su productor Matthew Wilder, escribieron Don’t speak con frases desgarradoras como:
«Tú y yo, solíamos estar juntos, cada día juntos, siempre, realmente siento que estoy perdiendo a mi mejor amigo, no puedo creer que esto podría ser el final…»
«No hables, sé exactamente qué es lo que estás diciendo, así que, por favor, deje de explicar, no me lo digas porque duele… No hables, sé qué estás pensando y no necesito tus razones, no me lo digas porque duele».
Fue así que el sencillo se convirtió en todo un éxito, alcanzando el número uno de las listas de Reino Unido, aunque para sus fans más cautivos, Don’t speak se convirtió en toda una decepción pues, acostumbrados a sonidos menos emocionales y más movidos, no querían que un tema pop convirtiera a su banda favorita en un producto más de la cultura pop, el género más rentable de la época.
El video musical narraba la historia, debatiéndose entre la incógnita de si la banda continuaría junta, tras la ruptura amorosa de dos de sus integrantes, o continuaría en pie.
Y el grupo continúo con dos álbumes de estudio más. Sin embargo, para Stefani no fue sencillo olvidarse del noviazgo de siete años que compartió con Kanal, de quien se enamoró por completo desde el momento en que lo conoció, como ella misma reveló en 2016, en una entrevista para The Howard Stern Show:
«Estaba enamorada y obsesionada con Tony Kanal, y él lo sabe, tan pronto como abrió la puerta del auto pensé: ‘-Lo amo, no sé por qué».
Cuando Tony terminó con Gwen argumentó que no podían seguir creciendo juntos por lo que, lo mejor, era separar sus caminos y, en realidad, la cantante ha reconocido que, a pesar del sufrimiento, ese se convirtió en un momento clave en su vida como creativa, ya que comenzó a escribir canciones que contaban cómo se sentía, composiciones que le parecían que valían la pena.
«Antes era realmente pasiva, lo único que me importaba era estar enamorada de mi novio, no tenía ningún poder creativo, nada (…) pero después de la ruptura, comencé a escribir todas estas canciones y de repente pensé: ‘¡Oh, creo que soy muy buena en esto!'», dijo a People en el pasado.
De hecho, se ha llegado a especular que el tema Cool, que lanzó con su álbum como solista en 2004, fue dedicada a Kanal.