El Ex Monasterio de Santiago Apóstol es una preciosa combinación entre elementos arquitectónicos europeos e indígenas. MXCity
El ex Monasterio de Santiago Apóstol nunca llegó a terminarse pero es una pieza arquitectónica fascinante.
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Cerca del centro de Oaxaca hay un pequeño asentamiento de Cuilápam, con las preciosas ruinas del monasterio de Santiago, enmarcado por una colina encima del pueblo.
Este complejo monástico fue creado por dominicos desde 1555, pero nunca llegó a completarse del todo. Aun así aquí vivieron monjes hasta 1663 y abandonaron el monasterio a medias, siendo una grandiosa obra de construcción, lamentablemente destruida por terremotos.
El permiso oficial para la construcción del complejo fue otorgado en 1555 por el Virrey Luis de Velasco y puesto en marcha por Antonio de Barbosa. En general incluye elementos góticos, renacentistas, platerescos y mudéjares, combinados con elementos autóctonos decorativos.
A diferencia de las instituciones monásticas de la ciudad de México o de Puebla, que podrían tener hasta cincuenta monjes, solo cuatro monjes que vivían aquí en 1555: Domingo de Aguiñaga, Tomás Hurtado, Vicente Gómez y Antonio Barbosa.
La construcción del complejo se detuvo en 1570 y se desconoce la razón precisa. Tal vez por carencia de fondo, o que el complejo se ha vuelto tan lujoso que las autoridades lo detuvieron. Otra causa muy probable fue una disputa sobre quién debería seguir pagando la construcción si la familia real, la encomienda o el propio monasterio.
Otra posibilidad del abandono del sitio es que se cree que la población indígena se redujo de 43,000 en 1520 a 7,000 en 1600, dejando un sitio desolado. En 1753, la Iglesia y el monasterio se secularizaron, lo que significa que el control pasó de los dominicos a los sacerdotes ordinarios.
Pero este sitio tuvo una gran colección de ornamentos eclesiásticos, pintura de retablos, esculturas policromadas y frescos. Sirvió como el principal edificio de relaciones entre los pueblos indígenas y los españoles y fue el centro de la vida política, económica, social y religiosa de la ciudad.
Aunque poco a poco las autoridades seculares descuidaron las necesidades del monasterio, y se deterioró al grado de abandonar sus funciones religiosas del siglo XIX.
Un lugar encantador muy cerca de la capital oaxaqueña
Este lugar es en general tranquilo y se destaca su piedra de cantera verde y rocas de río. Destaca su combinación de elementos indígenas en el marco cristiano, hecho para apoyar el proceso de evangelización en los pueblos mixtecos y zapotecas.
Foto de Gerardo Mendoza
Su atrio tenía una función práctica y simbólica, ya que parecía un vasto patio de teocallis de templos prehispánicos con espacio para 20,000 personas. La estructura más grande es una basílica rectangular abierta con arcos que decoran sus fachadas exteriores.
El tablero en el interior tiene una mezcla de signos mixtecos y la fecha 1555 está escrita en árabe. El monasterio de dos pisos se sometió a trabajos de restauración en 1962, pero para esa fecha muchos retratos de sacerdotes se perdieron por completo. Elementos de imagen y personajes de las tradiciones religiosas y culturales mixtecas y zapotecas se pueden encontrar en pinturas y algunos elementos arquitectónicos.
Facilitar la conversión de los pueblos indígenas, permitiéndoles reconocer similitudes y compatibilidad entre las religiones antiguas y nuevas , fue el propósito de la decoración en varias iglesias de Oaxaca como el Templo de Tepescolula.
El atrio imita al teocalli o recinto sagrado y el fresco “La crucifixión”, en la pared de la sacristía de la Basílica, tiene paisajes con referencias a accidentes geográficos de Cuilápam.