Jemeker Thompson «La Reina del crack» fue una de las principales y más poderosas distribuidoras de droga durante la epidemia del crack de los años ochenta en Estados Unidos
POR LUPITA HARO
Jemeker Thompson-Hairston «La Reina del crack» fue una ex traficante de drogas de Estados Unidos, que alcanzó la cima de ese mundo en el pico de la epidemia de crack en los años ochenta en el país, con sede en el sur de Los Ángeles, por ser una de las pioneras en la venta y distribución de crack, esta es una droga que se crea en combinación de clorhidrato de cocaína y bicarbonato sódico hasta que se convierte en una sustancia dura.
Jemeker Thompson-Hairston es considerada como una de las mujeres más poderosas en el mundo del narcotráfico de Estados Unidos y del mundo; hizo relaciones con narcotráficantes colombianos para distribuir como una de las principales proveedoras de marihuana, cocaína y crack en el país, hasta que fue arrestada por agentes de la DEA y encarcelada por sus delitos durante casi 13 años.
Inicio de Jemeker Thompson en el mundo de las drogas
En 1970, cuando Jemeker tenía tan solo ocho años ocurrió un evento en su vida que la marcó fuertemente y comenzó su pasión por el poder. Esto empieza fuera de su hogar en el sur de Los Ángeles, cuando su madre y ella son desalojadas de su casa.
«Al volver a casa ese día, pude ver una gran nota pegada en la puerta, y no podíamos entrar. En el jardín de enfrente vi mi vestido de Pascuas, mi bicicleta, mis muñecas, mis juguetes. Las cosas que eran mías y que mi mamá me había comprado», señala Thompson en el documental de Netflix “Capos de la Droga”.
El día que nos desalojaron, supe que quería dinero. Supe que quería controlarlo todo. Ese día la Reina del crack entró en mi corazón
Ese control y poder que buscaba, lo encuentra en la secundaria, donde se convierte en la estrella de atletismo, además de ser la novia de Anthony «Daff» Mosley, el apostador y traficante de marihuana más famoso del vecindario.
«Mi objetivo en esa época era correr en las Olimpíadas de 1984. Daff y sus amigos siempre iban a verme correr donde estuviera, luego él y sus amigos apostaban por mí. Claro, siempre ganaba porque yo era de las más veloces en Los Ángeles. Yo decía: «Será mi esposo. Lo amo, lo deseo tanto», recuerda Jemeker.
Daff le daba todos los lujos que Jemeker ansiaba tanto y le mostró un nuevo mundo… el negocio de la marihuana. Jemeker Thompson empieza a vender en un territorio conocido en Hamilton High School, su propia escuela. En poco tiempo de comenzar con este nuevo mundo para ella, logra una conexión propia con un agente de finanzas que le provee un producto mucho más lucrativo: la cocaína.
Jemeker Thompson conoce el «crack» en Los Ángeles
«Me llevó a un cuarto donde me mostró cómo usar una balanza de triple barra y pesar cocaína. Y nunca antes había visto cocaína. Me mostró cómo empaquetarla y todo. La llevé a casa, se la mostré a Daff, y le dije: «Haremos esto. Seremos ricos». Él dijo «No iré a la cárcel. No quiero vender cocaína. Eso es más grave». Le dije: «No tienes que hacerlo. Lo haré yo», menciona Jemeker Thompson.
En este tiempo, Jemeker vendía por la ventana de su cuarto en casa de su mamá en la esquina de la Av. 12 en Venice, en Los Ángeles. Era la única chica que vendía cocaína en esa zona ahí. Empezó vendiendo alrededor de medio kilogramo de cocaína al día, luego pasó a vender un kilogramos, y en dos semanas estaba vendiendo de tres a cuatro kilogramos.
Gané tanto dinero en la secundaria que abrí una caja de seguridad en Beverly Hills, y metía mi dinero ahí hasta que ya no cabía
En 1980, Jemeker termina la preparatoria y se casa con Daff en una capilla de Las Vegas. La nueva riqueza de Jemeker y Daff no solo paga su viaje, sino también un automóvil nuevo de lujo Cadillac. En este tiempo comienza a circular una nueva forma de vender cocaína en las calles.
«Todo comenzó aquí en LA, la gente descubrió un simple proceso para convertir cocaína en polvo en cocaína para fumar. Tiene el mismo efecto que la cocaína, pero ampliado 50 veces», explicó John Brown, Investigador del crimen «Es sumamente adictivo»
Epidemia del crack en Estados Unidos
Jemeker Thompson relata que una persona que le compró cocaína le preguntó si también vendía “crack”, en ese entonces ella no sabía qué era aquella cosa, pero no tardó mucho en averiguarlo.
Alguien vino a comprar cocaína en polvo y preguntó ¿Vendes crack?, y no sabíamos qué era eso. Con el tiempo aprendimos a preparar crack. Terminamos teniendo cuatro o cinco casas de crack a quienes les vendíamos crack
Económico para preparar y fácil de distribuir, el crack se convierte en la droga más consumida por los adictos. Barata, adictiva y destructiva. Las autoridades de Los Ángeles se asombran de este nuevo mercado; vendían crack en todas las esquinas, lo vendían desde en licorerías hasta en iglesias.
«Tenía un proveedor al cual podía llamar a cualquier hora y conseguir lo que necesitaba: la cantidad que fuera y cuando lo necesitara. No la adulteraba yo misma porque el que trabajaba para mí manejaba todo eso. Yo solo daba las órdenes, le decía qué hacer y él actuaba en consecuencia», explica.
La Reina del crack satisfacía la demanda de los adictos. Ella controlaba la venta en las esquinas.En este tiempo, Jemeker elude a la policía al no tener contacto directo con el producto, ya que ella no se encargaba de su venta. Pero quienes estaban en el negocio de la droga la reconocían, respetaban y le temían.
Daff se entera de que Jemekey tiene una arma siempre consigo cuando esta descubre que la engaña con otra mujer. Thompson le disparó a Daff para herirlo, pero falló. El esposo le compra un nuevo automóvil BMW para arreglar las cosas, además de una casa en el suburbio de Encino, en Los Ángeles en la misma calle que la casa de Michael Jackson.
Ganaba muchos millones de dólares. Y tenía todo lo que se podía tener en la vida. Estaba cómoda y cuidaba a toda mi familia.
Jemeker Thompson atrae la atención de la DEA
Pero el lujoso estilo de vida de Jemeker y Daff también atrae atención no deseada a nivel federal de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés)
Entraron en el radar de la DEA como traficantes de cocaína importantes. Los informantes empezaron a brindar información sobre Jemeker y su esposo, decían que eran vendedores de droga importantes. Que traficaban lotes de 100 kilos de cocaína
Mike Vigil, agente especial de la DEA (1973-2004).
Pero en este tiempo Jemeker está tan ocupada con su imperio de droga y su familia que no lo nota que comienzan a ser investigador por la DEA.
La Reina del crack se convierte en madre
En 1982, cuando Jemeker tenía 20 años da a luz a un bebé a quien nombra Anthony Mosley Jr, quien nace en una vida llena de lujos con una habitación solo para juguetes; ajeno a la vida que llevaban sus padres.
Cuando quedé embarazada, Daff me dijo que no quería que siguiera vendiendo drogas. Así que dejé de venderlas, pero seguía recolectando el dinero
Con el nacimiento de Anthony, Jemeker baja el ritmo en su empresa criminal para dedicarse a él, pero continúa recibiendo el dinero por la distribución de la mercancía.
Muerte de Anthony «Daff» Mosley en 1984
Dos años después, en 1984, el mundo perfecto de la Reina del crack se desmoronaría en la sala de un lavado de autos. Uno de los lugares favoritos de Daff para jugar apuestas.
Me llamó y me dijo: Jemeker, te amo, lo siento. Iré a casa. Estoy ganando, me va bien. Y recuerdo que le dije: Yo también te amo, te veré cuando regreses.
Comparió Thompson en el documental.
Pero esto no ocurrió, Daff fue asesinado por alguien que lo quería sacar de en medio. «Ese día, aunque fue hace mucho tiempo. Extraño a Daff. Lo extraño mucho. Y lloré por mi hijo porque no conoció a su papá.”, recuerda con tristeza Jemeker.
Los agentes de la DEA pensaron que con la muerte de su esposo Daff terminaría Jemeker, de 22 años, el tráfico de cocaína, porque este mundo estaba dominado por hombres. «Para que una mujer pueda tener éxito en el tráfico de drogas, debe ser extremadamente astuta, extremadamente brillante, y tiene que ser muy despiadada. Jemeker tenía todas esas cualidades”, comenta un agente.
Auge de la Reina del crack en 1990
Tras la muerte de su esposo, Jemeker tiene una temporada de depresión, de la que sale más fuerte que nunca y comienza de nueva cuenta el negocio, pero esta vez sola.
De solo vender cocaína y distribuir crack en Los Ángeles, pasó a vender drogas en todo el mundo. Comenzó a viajar por diferentes estados dentro de Estados Unidos y sin notarlo empiezó a viajar por todo mundo. De vender 100 kilos en menos de 24 horas, pasó a vender al menos 500 kilogramos.
Creció tanto que alguien le presentó a proveedores colombianos y empezó a trabajar con ellos recibiendo droga de aquel país para pasarla al país estadounidense. La solitaria Reina del crack se convierte en proveedora de docenas de distribuidores autónomos en Estados Unidos.
En 1988, Jemeker, vive una doble vida, ya que oculta el negocio ilegal a su hijo Anthony «No le decía nada a Anthony cuando me iba de casa. Solo le decía que debía viajar a algún lugar”, señala.
Desde México transportan a Estados Unidos la droga, y mientras más se aleja del centro de Los Ángeles su precio de venta se elevaba más.
Jemeker pasa a ser una de las narcotraficantes más ricas y poderosas de los Estados Unidos entre hombres y mujeres. Con una ganancia de millones de dólares por semana, por ello, necesitó encontrar la manera legal de lavar el dinero.
Vuela a Italia donde invierte dinero en el cabello más fino del mundo para pelucas y extensiones y abre una compañía bajo el nombre de Hair Distributors Incorporated, con ella como presidente de la empresa cuando tenía 26 años.
Celebridades como Michael Jackson, Janet Jackson y la hija de Nat King Cole le compraban pelucas a Jemeker, una de las primeras distribuidoras de cabello en Los Ángeles y en el mundo, sin embargo, esta empresa no le apasionaba tanto como el mundo del narcotráfico.
Su deseo de ampliar su empresa criminal la hace volver a viajar para buscar más clientes y ganar más dinero, y de nuevo entra en el radar de la DEA.
Jameker comienza su relación con Percy “Cheese” Bratton
Poco tiempo después, conoce a otro hombre, que cambiaría su vida para siempre. El músico y traficante de cocaína Percy Bratton, conocido como Cheese en Alton, Illinois con el que comienza una relación personal y este se convierte en distribuidor de droga para ella en la ciudad.
Un día, sin saberlo, Cheese le vende drogas de Jemeker a un informante de la DEA y es arrestado; no delata a Jemeker. Además de la DEA, la Policía de Los Ángeles está en busca de pruebas para arrestar a Jemeker por la distribución masiva de crack. Ambas entidades se unen para atrapar a la Reina del crack. Pero las autoridades batallan en encontrar pruebas suficientes para acusarla.
En 1991, Jemeker hace un trato en Las Vegas para vender 30 kilogramos de cocaína a un traficante local. Para ello, contrata a un socio llamado Dino quien llevaría la cocaína a Las Vegas. Dino alquila una limusina para el traslado de la mercancía, en el camino el tráfico hace que este se ponga nervioso y apunte a otros conductores para que le abran el paso, lo que ocasiona que elementos de la policía detengan la limusina y localicen el producto al interior del maletero.
Al fin, los federales creen tener cocaína para relacionar con Jemeker, pero Dino no habló aunque recibió una larga condena, prefirió una condena de 20 a 30 años antes que delatar a la Reina del crack.
Meses después de la detención de Cheese, uno de los mensajeros de él es arrestado en un vuelo de ida y vuelta en un día en Los Ángeles por llevar miles de dólares en efectivo. El mensajero delata a Cheese, quien se encontraba preso acusado de intento de distribución de cocaína; frente a una larga condena en prisión Cheese continúa sin delatar a Jemeker, pero la DEA le ofrece un acuerdo y este termina delatando a su examante y socia.
Cheese pidió inmunidad para testificar contra Jemeker, la Reina del crack. Este les dio las pruebas de documentos de transferencias a Jemeker por el pago de cocaína, que fue una prueba esencial para detenerla.
Cuando Jemeker se entera que la DEA está tras de ella se da a la fuga, de ciudad en ciudad cambiando su nombre. Con pelucas y disfraces evadía ser detenida.
Captura de la Reina del Crack en Los Ángeles
En 1992, el agente especial de la DEA, Greg Underwood viaja de Illinois a Los Ángeles para atrapar personalmente a Jemeker.
Revisan el negocio de peluquería de Jemeker, donde encuentran un diploma del hijo de la Reina del crack y descubren que está por graduarse de sexto grado. Ante esto, idean una trampa para atrapar a la madre fugitiva en la graduación de su único hijo.
Jemeker sabía que las autoridades revisaron la peluquería y podrían atraparla si asistía a la ceremonia de graduación de Anthony, sin embargo comienza a cuestionar su relación con su hijo.
El día de la graduación, los oficiales la esperan ocultos entre familiares y personal de la escuela. “Sabía que era muy riesgoso ir a la graduación de mi hijo, pero al mismo tiempo, era un riesgo que valía la pena tomar”, dijo Jemeker.
Apareció disfrazada, pero no lo suficiente como para engañar a uno de los alguaciles que la reconoció. Se acercaron a ella y le dijeron que los acompañara sin hacer un escándalo.
Él sintió lo mismo que yo sentí cuando nos desalojaron; apenado, avergonzado, aislado, solo
Destaca la Reina del crack sobre su detención frente a hijo y sus compañeros, papás y personal de la escuela, donde fue señalado por la detención de su madre.
Sentencia de casi 13 años de prisión
Fue acusada de siete delitos, entre ellos el intento de distribución de cocaína y lavado de dinero, que surgió de los envíos de dinero por Western Union. Recibió penas simultáneas de 180 meses por cada uno de los siete delitos.
Luego de casi 13 años de estar en prisión, en 2005 Jemeker fue puesta en libertad. Hoy, tiene un ministerio evangélico en Los Ángeles y escribió el libro Queen Pin Memoir, que fue publicado en 2010.