Para Tallulah Willis, crecer con dos estrellas de cine como Demi Moore y Bruce Willis por padres resultó especialmente duro. Aunque ella se ha ahorrado las comparaciones en el plano profesional, porque nunca quiso seguir sus pasos en el mundo del cine, no pudo librarse de ellas en la adolescencia.
Tallulah guarda un parecido innegable con su padre, y que se lo recordaran constantemente hizo que se sintiera avergonzada de su rostro al considerar que era demasiado masculino. En el fondo, ella deseaba haber heredado los rasgos de su famosa madre, y con el tiempo acabó desarrollando una disformia corporal que la ha acompañado durante buena parte de su vida adulta.
Ahora Tallulah ha desvelado que durante años utilizó distintos tratamientos no quirúrgicos para ir retocando poco a poco su apariencia. Sin embargo, recientemente comenzó a deshacer el proceso, como están haciendo muchas otras celebridades, y poco a poco ha ido recuperando sus facciones reales.
«Me daba miedo decirlo, pero hace poco empecé a disolver todas las infiltraciones después de haber estado muy atrapada a nivel emocional y psicológico en lo que creía que me aportaba. Hacía unos seis años que no veía mi auténtica estructura ósea».
Ella todavía está aprendiendo a amarse a sí misma tal como es, y trata de ignorar esa voz en su cabeza que le dice que ‘más siempre es mejor’.