Eduardo Arredondo Delgado
La invasión sueca tuvo en Therion a uno de sus mejores y más auténticos representantes. Venían del subterráneo, con pocas credenciales para poco después convertirse en los grandes artífices del metal sinfónico.
Le dieron prioridad al mito, la leyenda, las civilizaciones desparecidas en condiciones misteriosas y a los saberes prohibidos, cuya temática produjo una curiosidad inmediata que fue el barniz de su propuesta ecléctica.
Con una distinta imagen al pasado quizás más “renovada” a los tiempos – que hace pensar en Moderatto europeo – la banda sueca, Therion actuará hoy en Chihuahua en el salón Pistoleros, tras años de ausencia y una pandemia de casi tres años.
Nunca antes en su carrera, Therion había recorrido tanto el país a lo ancho y a lo largo; en este 2023 los suecos tocarán en dieciocho fechas alrededor de México, culminando en Torreón, Coahuila el próximo 18 de febrero. Ni pensar que la agrupación hizo una de sus primeras incursiones en territorio mexicano en diciembre de 1993, cuando actuaron en Toluca, en el estado de México y en ese entonces eran unos perfectos desconocidos.
El grupo escandinavo promueve, “Leviathan” trabajo de larga duración, el decimoséptimo basado en el monstruo marino narrado en la Biblia. Registrado en el Génesis, Dios habría creado a Leviathan en forma de un dragón o una bestia marina según atestigua el texto sagrado. Su líder, Christofer Johnsson, ahora con chaleco y sombrero de bombín contempla darle seguimiento al concepto de Leviathan en una posible trilogía.
En Leviathan se incluyó “El primer Sol” pieza que se basó en el dios Tezcatlipoca (significa el espejo que humea) y se le considera un dios omnipresente, el señor de todas las cosas.
Therion se ha caracterizado por explorar diversos géneros desde el death, pasando por el metal melódico hasta llegar al sinfónico que en realidad ahí encontraron un nicho virgen. Fue un espacio fértil para potencializar su talento y desarrollarlo.
Después de muchos años, los suecos conquistaron México y hasta dedicaron la emblemática pieza, “Quetzalcóatl” cuyo tema se incluye en el álbum “Lemuria” (un continente perdido según la propuesta del zoólogo Philip Sclater en 1864).
Durante sus etapas, Therion profundizó en los saberes ocultos, plasmándolos en producciones como Theli (el quinto en su discografía), una de las más ambiciosas producciones que detonarían en su evolución, el ejemplo, “Siren of the Woods”, pieza escrita en lengua acadia.
Esta fascinación por el paganismo, sus rituales y sus cosmovisión han enriquecido a Therion. Ya en pleno siglo XXI, ahora Therion son más accesibles a las nuevas generaciones porque antes tenían la fuerza y el dominio de la imagen y una filosofía de no venderse al mejor postor, pero la realidad termina triunfando.