Agencia EFE
(EFE).- Cuba culminó París 2024 con su peor actuación desde Múnich 1972, su menor cantidad de oros desde México 1968 y con la sombra de los cubanos que compitieron con otras banderas y prácticamente consiguieron las mismas preseas que la delegación cubana.
Sus resultados llevan a preguntarse si el fracaso se debió a meras circunstancias o a un problema de fondo, según contrastó la Agencia EFE con dos expertos.
Las cifras de la delegación cubana en París sólo quedaron endulzadas por el récord histórico del luchador grecorromano Mijaín López, que pasó a la historia como el único deportista en conseguir oro en cinco Juegos Olímpicos consecutivos en la misma disciplina.
Al dejar a un lado la hazaña de López, lo que queda es una numerología que deja «insatisfacción», como lo calificó el domingo la propia delegación nacional.
En total, Cuba sumó dos oros, una plata y seis bronces y quedó fuera de los 20 primeros puestos del medallero, el objetivo que se trazó el Gobierno. Clasificó sin embargo segundo entre los países latinoamericanos, por detrás tan sólo de Brasil.
París 2024 fue la primera vez desde México 1968 –sin contar Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, cuando Cuba no participó– que el país ha quedado fuera del top 20.
El dato no es menor. El deporte -tanto su acceso universal como la preparación del talento para las grandes competencias- ha sido una de las grandes insignias del Gobierno desde el triunfo de la revolución, en 1959.
Un modelo a debate
Francys Romero, periodista deportivo cubano, le asegura a la Agencia EFE que el fracaso en París responde a un problema profundo, y no es necesariamente el económico: un sistema «desactualizado del mundo».
El periodista critica, las «trabas» del Gobierno para que, por ejemplo, un atleta se una a un club en el extranjero, como sucede con normalidad en otros países.
«El talento y la calidad del atleta cubano es indiscutible», destaca, pero de seguir en la situación actual, el deporte de la isla «va a seguir en retroceso hasta llegar al nivel que tenía en los sesenta», cuando el olimpismo cubano conseguía menos de cinco medallas por cita.
Alejandro Rodríguez, periodista deportivo de la televisión estatal cubana, no coincide con los diagnósticos «catastrofistas» y recuerda, en entrevista con la Agencia EFE, que a Cuba se le escaparon entre «dos y tres» medallas consideradas «seguras».
Rodríguez destaca aquí el caso del boxeador bicampeón olímpico Julio César La Cruz, eliminado en su primer combate contra el cubano-azerbayano Loren Berto Alfonso (y que terminó obteniendo una plata).
«Lo que sí hay que hacer es buscar nuevas formas de financiamiento» que no vengan exclusivamente del Estado, «como patrocinios». Considera que el modelo deportivo cubano habría que «adaptarlo a los nuevos tiempos», apunta.
De no introducir cambios, advierte Rodríguez, los fracasos en grandes competencias podrían repetirse.
Cubanos con otros países
El desempeño de los cubanos que compitieron para otros países, en muchos casos, atletas que abandonaron su delegación en alguna competencia en el extranjero, fue otra estampa de París 2024.
Una de las imágenes que dejó la cita fue el podio del triple salto masculino. Los ganadores del oro, plata y bronce fueron los cubanos nacionalizados: Jordan Díaz (España), Pedro Pichardo (Portugal) y Andy Díaz (Italia), respectivamente.
Entre los 21 insulares que participaron con otra bandera, hubo una medalla de oro, cuatro de plata y tres de bronce. En un caso se trató de un cubano que formó parte de un equipo: Wilfredo León con la selección polaca de vóley.
Para Romero, este fenómeno refleja un problema endémico del deporte cubano: la fuga de talento.
Al respecto, la delegación olímpica cubana criticó que el país enfrentó «fenómenos» adversos en París, como las «nacionalizaciones en función de resultados», con desempeños «fraguados al amparo de recursos materiales y humanos ajenos a sus países de origen».
También destacó la importancia de las medallas alcanzadas pese a la grave crisis económica de la isla.
Sin embargo, a inicios de año, el Gobierno anunció que incrementó en un 27 % en la partida presupuestaria del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (Inder) para encarar los Olímpicos.
Por Juan Carlos Espinosa