Paula Martíns
En el mundo de la moda todo es imprevisible. Cuando hace dos años las tendencias de principios de los 2000 volvieron a tiendas, llegaron sin esperarlo, trayendo de vuelta una estética que, si bien muchos habían olvidado, otros habían denostado. Aterrizaron en pasarelas, catálogos y en el street style de manera masiva, reviviendo pautas de estilo controvertidas que jamás habríamos imaginado que se volverían a llevar.
Además de estas propuestas de hace dos décadas, las firmas de moda han traído a nuestros armarios otras apuestas igual de impactantes, como la incorporación de la ropa interior en el street style, demostrando que la creatividad de los diseñadores no tiene límites y que siempre existe una nueva forma de reinterpretar las prendas, sin importar su trayectoria. Primero fueron lastiras de los tangas asomando por encima del pantalón; luego, las camisetas interiores de pointelle de nuestra infancia combinadas con cualquier tipo de prenda inferior. Después, llegaron los microshorts estilo braguita y los sujetadores utilizados como tops. Pero ahora, las chicas más influyentes en moda ya nos están adelantando otra tendencia que promete arrasar tanto en la calle como en eventos: las enaguas.
Tradicionalmente, las enaguas son faldas interiores de tejidos ligeros –como el algodón, seda o satén– que se usan debajo de otras faldas o vestidos, con la función de evitar que las prendas exteriores se transparenten o se peguen al cuerpo. Incluso, hay ocasiones en las que también se emplean para añadir volumen y estructura a las piezas que se luzcan encima ya sea en corte mini, largo, hasta la rodilla o el tobillo. Y, aunque originalmente son parte de la indumentaria interior femenina, al igual que ha sucedido con otras prendas de su misma categoría, ahora se están reinterpretando como prendas de moda que se llevan a la vista, incorporándose en toda tipología de looks, ya sean clásicos o modernos.
En realidad, el éxito de las enaguas en las calles viene dado por varios factores. Por un lado, firmas del moda como Saint Laurent las presentaron en sus colecciones de Primavera/Verano 2025 asomándose bajo otras faldas. Por otro, mujeres como Victoria Beckham se adelantaron a esta gran presentación llevándolas en diferentes ocasiones, tanto con otros diseños encima, como, incluso, de manera independiente y en todo su esplendor. Pero aún hay más, pues lo cierto es que teniendo en cuenta que las faldas satinadas ya hicieron una aparición estelar la temporada pasada en los looks más aplaudidos de las calles, la llegada de las enaguas a nuestros looks no es más que una prolongación de esta apuesta, de los mini vestidos lenceros, y de las faldas de encaje que también vimos por doquier desde la pasada primavera. Basta con repasar algunos de los looks retratados por los paparazzi de las invitadas a lasSemanas de la Modamundiales para darse cuenta, pues en muchos de ellos comprobamos que estas piezas, además de cómodas, pueden llegar a ser unas de las más elegantes de nuestros armarios.
Cómo combinar bien las enaguas en la calle
Al contrario que sucede con muchas de las tendencias que más eco están teniendo este año, combinar una enagua es tarea fácil, todo depende del diseño que vayamos a lucir, así como de la ocasión en la que queramos llevarla. Eso sí, hay algunas normas que se pueden aplicar a cualquier salida. Por ejemplo, si se busca lucir una falda estilo enagua sencilla de algodón o de algún material discreto, lo mejor es combinarla con otras prendas más llamativas para equilibrar el look, como blusas con lazadas o de colores vibrantes o tejidos especiales, chaquetas de corte estructurado o incluso, son una buena opción con suéteres oversize que añadan un contraste de texturas.
Quienes prefieren una enagua satinada, la mejor opción será llevarla como pieza principal, acompañada únicamente de accesorios que destaquen el conjunto, como camisetas básicas con collares llamativos, un bolso estampado, o un zapato tendencia. Y aún hay más, pues hace tiempo que las tendencias de moda conjugan diferentes códigos estéticos en todas las ocasiones. Por eso, otra opción que ha ganado popularidad, sobre todo si se pretende llevarla a la oficina, es la de combinarlas con prendas de sastrería, como con americanas XL o camisas grandes metidas mitad por dentro, y la otra mitad por fuera.
En un contexto en el que casi todas las prendas las podemos encontrar en diferentes tejidos, diferenciar una falda de una enagua no es fácil. De hecho, a día de hoy en tiendas podemos encontrar muchos diseños de faldas que imitan a las enaguas, y que, a no ser que queramos ir a una mercería a comprar una, resultan una buena inversión. Lo importante para seguir la tendencia es que se trata de un tejido ligero, generalmente con goma en la cintura. No importa si contiene detalles diferenciadores, como algún lado con encaje, pues siempre demuestran adaptarse tanto a looks románticos como a estilismos más desenfadados y modernos, mostrando su versatilidad.