Por: AFP .
Panama City, Estados Unidos.- Tres días después del devastador paso en Florida del huracán Michael, que hasta ahora ha provocado 17 muertos, las operaciones de búsqueda de víctimas continuaban el sábado, pero la prioridad de los rescatistas pasó a quienes que lo perdieron todo.
En el vasto campo de escombros en el que se ha convertido el pequeño centro turístico de Mexico Beach, un primer cuerpo fue hallado el viernes. Decenas de casas, tiendas y restaurantes sobre la costa fueron volados cientos de metros hacia adentro, o golpeados en sus cimientos. El descubrimiento del cuerpo, un hombre de avanzada edad, elevó a ocho el número de muertes en Florida por el huracán, el más violento que ha afectado el noroeste del estado desde el inicio de los registros en 1851.
Michael también ha tocado otros estados costeros. Según informes, provocó cinco muertes en Virginia, tres en Carolina del Norte (un estado golpeado por el huracán Florence el mes pasado) y una niña en Georgia, quien falleció cuando el toldo de un garaje aterrizó en su casa.
Michael había golpeado violentamente la costa de Florida el miércoles, con vientos de hasta 250 km/h.
El gobernador de Florida, Rick Scott, rindió homenaje el sábado al «trabajo arduo» de los socorristas y todos los empleados del sector público que trabajan para restaurar puentes, accesos por carretera y otras infraestructuras vitales. Unas 261.000 casas aún estaban el sábado sin electricidad.
En Panama City, una ciudad que también fue muy afectada, la radio local proporcionaba regularmente información sobre tiendas abiertas y centros de distribución de productos básicos.
Algunas tiendas como Walmart han reabierto. El Ejército de Salvación instaló puntos de distribución de ayuda en toda la ciudad.
El sábado por la mañana, colas de automóviles se alargaban en las pocas estaciones de servicio abiertas.
La iglesia bautista de St Andrew estableció un centro de distribución de raciones de alimentos, agua, toallas y hasta comida para perros, provenientes de todo el estado a través de la Organización Bautista de Ayuda para Desastres de la Florida.
«Esta noche podremos alimentar a 500 personas», dijo Mark Bateman, uno de los pastores de la parroquia, que tiene alrededor de 800 fieles.
La Agencia de Manejo de Emergencias (Fema) advirtió que temía encontrar más víctimas mortales. «Creo que el balance general aumentará hoy y mañana a medida que avancemos a través de los escombros», dijo el jefe de Fema, Brock Long, a la CNN el viernes.
El presidente Donald Trump anunció que viajará a Florida y a la vecina Georgia, que también fue duramente golpeada, a inicios de la semana.
Las instrucciones de evacuación probablemente salvaron muchas vidas, y varias de las personas que habían buscado refugio regresaron a sus hogares para participar en las extensas operaciones de limpieza.
Otros estados han ofrecido ayuda, como Arkansas, que envió dos helicópteros Black Hawks y personal militar a Florida.
La base aérea de Tyndall, próxima a Panama City, fue objeto de mucha especulación, ya que algunos de sus hangares muy dañados podrían albergar aviones de caza F-22 Raptors, conocidos por su enorme costo unitario.
La Fuerza Aérea estadounidense no dio detalles sobre la suerte de estas naves.
«Muchas vidas han sido alteradas para siempre. Muchas familias lo han perdido todo», lamentó el gobernador de Florida, Rick Scott, que habló de una «destrucción inimaginable».