Ignacio CamachoQuien algo quiere, algo le cuesta. Sobre todo si se trata de la Champions League. Como cada verano, los grandes aspirantes a conquistar la Copa de Europa refuerzan sus plantillas con el fin de hacerlas temibles, imparables. Da igual que sean prácticamente invencibles en sus respectivas ligas, como es el caso del City de Guardiola: nunca parece ser suficiente. El técnico catalán lo ha comprobado mejor que nadie en los últimos años: por mucho que ha gastado, sus rivales europeos han demostrado estar a la altura y la Champions se le ha resistido a un equipo que cada temporada parece invencible en un primer momento. Todo esfuerzo es poco hasta que no consiga el objetivo. Y este mercado de fichajes no iba a ser una excepción. Ni para el City ni para nadie.