JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
LA BATALLA DE CAMARÓN, LA PRIMERA GUERRA DE LA HISTORIA QUE TERMINÓ POR UNIR Y HERMANAR A DOS EJÉRCITOS Y A DOS PAÍSES. HECHOS HISTÓRICOS MUY POCO CONOCIDOS.
Por: José Luis Jaramillo Vela
¿Qué fue la Batalla de Camarón?
Fue una acción de guerra durante la Segunda Intervención Francesa a México, que tuvo lugar el 30 de abril de 1863 en la Hacienda de Camarón en Veracruz (actual Camarón de Tejeda, Veracruz), entre las Tropas de la Legión Extranjera Francesa y las Tropas del Ejército del Estado de Veracruz. La batalla la ganaron las tropas veracruzanas, que lograron desmantelar una unidad invasora; por su parte, los franceses aunque perdieron esta batalla, lograron cumplir la misión que se les había asignado por el General Lorencez.
Sin embargo, la trascendencia histórica de este hecho, no radica en quiénes ganaron o quiénes perdieron la batalla, sino en el comportamiento, la consideración hacia el enemigo vencido y la nobleza militar de los mexicanos, frente a la actitud militar, la valentía, el honor y heroísmo de los franceses; esta lección de nobleza militar le dio la vuelta al mundo, calando fuerte en todos los ejércitos de los países, y generando un espíritu de camaradería y hermandad entre Francia y México, algunos años después de sucedidos los hechos.
La Legión Extranjera Francesa antes de la Batalla de Camarón
Debido a la creciente expansión y conquista de territorios por parte de Francia en el siglo XIX, ya fueran en los diferentes continentes como en los Territorios de Ultramar, el gobierno francés se decidió a crear la Legión Extranjera, la que se estableció como una rama del servicio militar del Ejército Francés en 1831, con el fin de apoyar en la consolidación de las nuevas conquistas, anexiones e invasiones de Francia en el mundo.
En realidad, en sus inicios no era otra cosa más que una oficina de reclutamiento de mercenarios, filibusteros y aventureros, entre los que se colaban habitualmente algunos delincuentes y ex presidiarios de diversos países de Europa; todos estos hombres, pasaban a formar parte de la Legión Extranjera del Ejército Francés. Como es de suponer, con tanta diversidad de personajes, muy rápido se presentaron los problemas de disciplina y de excesos, de mal comportamiento, de identidad, de pertenencia y de compromiso hacia el uniforme y hacia la Bandera Francesa;
aunque la Legión Extranjera les daba buenos resultados, también les ocasionaba serios problemas, por lo que en lugar de desaparecerla, los franceses se vieron obligados a comenzar a poner orden en esa rama militar.
La solución estuvo en seleccionar de preferencia a ex militares y ex soldados de los ejércitos de los países europeos vecinos, como Italia, Austria, Suiza, Alemania, Bélgica, Polonia, Rusia, Yugoslavia, etc, todos ellos entrenados, capacitados y formados en la disciplina militar; a dichos soldados, la Legión Extranjera les atraía por las oportunidades que ofrecía, ya que en sus respectivos ejércitos no existían las posibilidades de conquistar nuevos territorios, ni tampoco el sueldo que sí pagaba la Legión Extranjera.
Los hechos de la Batalla de Camarón
El 29 de abril de 1863, el General Charles Ferdinand Latrille, Segundo Conde de Lorencez, al frente de la Segunda Intervención Francesa a México, ordena el traslado de un importante y valioso convoy, desde el Puerto de Veracruz hacia la ciudad de Puebla; el convoy constaba de 64 carretas y dos mil mulas, que transportaban millones de municiones, armamento, pertrechos militares y 14 millones de francos en monedas de oro y plata, que se utilizarían para el pago de los salarios de las tropas francesas en México.
El General Lorencez ordenó que el valioso cargamento partiera en secreto y con el mayor sigilo, designando a la Legión Extranjera, al mando del Coronel Pierre Joseph Jeanningros como responsables del traslado hacia Puebla; el Coronel Jeanningros recibe información sobre la movilización de tropas mexicanas en la zona y decide enviar a la Tercera Compañía del Primer Batallón de la Legión Extranjera, al mando del Capitán Jean Danjou con 64 soldados y tres oficiales, cada uno con 60 balas, la misión era explorar la zona y asegurar el tránsito del convoy por el Paso del Cristo sin ningún problema; la Tercera Compañía llevaba también algunas mulas con provisiones y abastecimiento de munición. Partieron por la noche del 29 de abril.
A las cuatro de la mañana se encuentran a la Cuarta Compañía del Tercer Batallón de la Legión Extranjera, al mando del Capitán Félix Gustave Saussier, quien le ofrece apoyarlo con once soldados de refuerzo, Danjou los rechaza puesto que están a dos horas del Paso del Cristo, lugar donde debía acampar y asegurar el buen paso del convoy; mientras que el Capitán Saussier y su gente iban un poco más lejos, hacia el Paso del Macho para hacer lo mismo, asegurar al paso del convoy; en Paso del Macho, acamparían todos y de ahí saldrían ambas compañías para asegurar el paso por Palo Verde, y de ahí enfilar hacia Tehuacán, Puebla, rodeando la Sierra de Acultzingo.
A las seis de la mañana, la Tercera Compañía del Capitán Jean Danjou se encuentran con el casco de una hacienda abandonada, era la Hacienda de Camarón y deciden acampar ahí, puesto que el Paso del Cristo que debían resguardar, estaba a seiscientos metros del casco de la hacienda y desde ahí podían establecer el control; Danjou ordena desmontar para tomar un ligero descanso, hacer café y tomar su desayuno; envía un grupo de diez soldados a inspeccionar el Paso del Cristo, para ubicar un puesto de control.
A esa misma hora, una patrulla de veinte Lanceros de Orizaba al mando del Capitán Sebastián Campos, inspeccionaba la zona en busca de tropas francesas, ignorando la batalla que estaba por desencadenarse; mientras, en el Paso del Cristo, los soldados franceses divisan la nube de polvo que levantan los soldados del Capitán Campos y dejan el punto para ir a avisar al Capitán Danjou, resultando que los mexicanos también divisan entre la selva, la nube de polvo que levantan los franceses y aún sin avistarse, se acercan al Paso del Cristo, en donde al no ver a nadie, supone que se refugiaron en el casco de la Hacienda de Camarón; cuando lograron avistar a los franceses escondidos en la hacienda, el Capitán Campos envía a dos hombres a avisarle a su jefe, el General Francisco de Paula Milán, quien además de ser el Jefe Militar de Veracruz, era también el Gobernador del Estado; de Paula se encontraba a ocho kilómetros de la Hacienda de Camarón, en el poblado de La Joya con una tropa de tres mil hombres y rápido se pusieron en marcha hacia Camarón. El General de Paula salió con dos mil hombres, dejando mil soldados en La Joya.
Mientras tanto, el Capitán Sebastián Campos, a las siete de la mañana, sin esperar a que llegue el General de Paula, sin saber cuantos franceses eran y si tomar en cuenta que su grupo de veinte ya solo eran dieciocho, por los dos emisarios enviados, al grito de ¡Viva Juárez!, ordena el ataque a la Hacienda de Camarón; muy rápido Campos sufrió sus primeras bajas y se diócuenta de que estaba enfrentando a soldados profesionales, bien entrenados, bien equipados y con el armamento más moderno del mundo. Campos decide retroceder a esperar al General de Paula. En el ataque, las mulas se asustan y escapan, siendo capturadas por los mexicanos; Danjou y su gente se habían quedado sin reabastecimiento de munición, sin provisiones y sin agua, únicamente con una dotación de sesenta balas por cada soldado.
Antes de las nueve de la mañana, llega el Gobernador de Veracruz, General Francisco de Paula Milán con dos mil hombres y rodean el casco de la Hacienda de Camarón, que era un cuadrado con un muro de cincuenta por cincuenta metros, con cuartos adentro; en el interior, el Capitán Danjou ordena al Sargento Morziki subir al techo para ver cuántos enemigos tenían que enfrentar, Morziki le informa que son “miles” y que tienen rodeada la hacienda; Danjou da órdenes para distribuir a su gente y ser lo más efectivos posible.
A las 9:30 de la mañana, el General de Paula envía al Teniente Coronel Ramón Layne (mexicano hijo de franceses), solo y enarbolando una bandera blanca en señal de tregua; Layne, se detiene a diez metros del Capitán Danjou y en español y en perfecto francés, le pide la rendición total, en nombre del Gobernador de Veracruz y del Ejército Veracruzano y les asegura que se les respetará la vida; Danjou, a través de un legionario español, le contesta: “Ni hablar de rendirse, tenemos mucha munición”, Danjou estaba mintiendo, pero eso no lo sabían los mexicanos, además tenía la esperanza de que el Capitán Gustave Saussier escuchara los disparos y acudiera, pero éste ya estaba llegando al Paso del Macho.
El Teniente Coronel Layne regresa con la respuesta de Danjou y le informa al General de Paula que por lo que él observó, no son más de setenta franceses los que están ahí en la Hacienda de Camarón; con esa información, de Paula se queda con 850 hombres y regresa al resto al campamento de La Joya y con esos 850 soldados, ordena el ataque al casco de la Hacienda de Camarón. Al igual que el Capitán Campos, el General de Paula se dio cuenta muy pronto, de que estaba frente a un grupo de soldados profesionales y altamente entrenados y equipados.
Mientras que las tropas mexicanas, muchos de ellos estaban armados solo con machete, otros con lanzas y espadas, el armamento era viejo y casi obsoleto; en la Batalla de Camarón se llegaron a recoger fusiles mexicanos de la época de la Guerra de Independencia y fusiles de pedernal; aprovechando la selva veracruzana que rodeaba el campo de batalla, el General de Paula ordenó trepar hombres en los árboles para servir de francotiradores. La batalla estaba en su apogeo, de Paula estaba orgulloso de la bravura de sus hombres, pero estaba admirado de la forma en que los franceses estaban luchando en una situación de desventaja de 12 a 1, con un valor y una gallardía que era de admirarse.
A las 11:00 de la mañana muere en combate el Capitán Jean Danjou, atravesado por un certero disparo en el pecho, toma el mando de la Tercera Compañía de la Legión Extranjera, el Teniente Jean Jaques Napoleón Vilain, quien trata de infundir más ánimo en los valientes legionarios. El General de Paula desiste de los francotiradores en los árboles, debido a que se los tumbaron a todos, cambiando su estrategia de ataque, pues los franceses estaban haciendo gala de magnífica puntería y de un extraordinario manejo de sus recursos militares.
A las 12:00 del medio día, el General de Paula envía de nuevo al Teniente Coronel Ramón Layne a ofrecer de nuevo la oportunidad de rendirse, pero el Teniente Vilain a través de su Sargento español le responde a Layne: “¡Váyase a la mierda usted Teniente Coronel, sus salvajes mexicanos y su maldito General!”, la airada respuesta no molestó al General de Paula, con eso se dio cuenta de la desesperación de Vilain y de los franceses y ordenó a los cornetas tocar a todo pulmón el toque Andalúz o toque de degüello, este toque de batalla, significa la orden de ataque sin cuartel,
pero también es una orden para los soldados de que no se van a tomar prisioneros a los enemigos que queden vivos, sino que se les va a degollar vivos en el campo de batalla.
Alrededor de las 12:30 hrs. los legionarios franceses escucharon el toque Andaluz y supieron que la batalla se tornaría más cruenta y que los mexicanos atacarían hasta exterminarlos; en realidad, el General de Paula ordenó el toque de degüello como presión sicológica hacia los franceses, buscando que se rindieran, pero estos legionarios nunca se rendirían, traían el valor y la dignidad tatuados.
Aproximadamente a las 2:00 de la tarde cae abatido el Teniente Jean Jaques Vilain y de inmediato toma el mando el Subteniente Clément Maudet; a las 3:00 de la tarde, el General de Paula ordena el ataque con todos sus 800 hombres que le quedan, 600 de infantería y 200 de caballería y muestra enfado y preocupación al no poder derrotar con 800 hombres a 65 franceses acuartelados en una hacienda en ruinas.
Ya son las 5:00 de la tarde y los franceses siguen dando una feroz y heróica batalla, quedan diez y seis legionarios en pie, ya ninguno tiene municiones y se preparan para la lucha cuerpo a cuerpo con sus bayonetas; los mexicanos han quemado los techos de paja y el denso humo dificulta la visibilidad, situación que aprovechó el Coronel Ángel Luciano Cambas para ingresar con su Batallón de Córdoba y establecer la lucha cuerpo a cuerpo en medio del fuego y de una infernal humareda que solo ellos saben como le hacían para ver.
Minutos antes de las 6:00 de la tarde, después de once horas de batalla ininterrumpida, el General de Paula ordena el cese al fuego, para esa hora ya lo únoco que se escuchaba eran gritos y las órdenes del Coronel Cambas exigiendo la rendición de los franceses, entonces de Paula entra al casco de la Hacienda de Camarón y la escena que ve le deja impactado en lo más profundo de su ser como militar y como hombre.
En una esquina del casco de la hacienda, había una edificación todavía en pie, los legionarios franceses, mostrando una enorme solidaridad y hermandad de grupo como hermanos de armas, con todo el fragor de la batalla, bajo las condiciones de calor y humedad y sobre todo ante la descomunal diferencia en el número de elementos, se las arreglaron para resguardar a sus compañeros heridos, en esa habitación; de modo que cuando el General de Paula ingresa ahí, lo que ve es a seis legionarios franceses en pie, agotados, hambrientos y sedientos, empuñando sus fusiles solo con la bayoneta montada, en una actitud feroz, como una fiera acorralada, los seis resguardando la entrada del cuarto donde habían recogido a sus heridos.
Como se había ordenado el toque andaluz o toque de degüello, los franceses sabían que iban a ser degollados vivos y el Coronel Cambas ya tenía listo a su grupo de verdugos para acatar la orden, pero el General de Paula la canceló al ver el enorme valor, la gallardía y la dignidad con la que los legionarios vivos, se unieron en torno al Subteniente Clément Maudet, quien sostenía con una mano su fusil y con la otra la bandera de Francia; de Paula vió en la mirada de aquellos hombres el valor y la dignidad en su más pura expresión.
El General de Paula se planta frente al Subteniente Clément Maudet y le ordena al Teniente Coronel Ramón Layne que le solicite la rendición, Maudet responde que lo único que les queda es su arma y su bandera y que si van a ser degollados, caerán defendiéndo con su arma a su bandera; la respuesta de de Paula fue igual de épica, Layne le traduce a Maudet: “No teman por sus vidas, hoy nos han dado varias lecciones que perdurarán en nosotros por siempre, valientes como ustedes no pueden morir ni ser ejecutados, pero hay códigos de guerra y la rendición implica la entrega de las armas y la caída de la bandera”, con estas inobjetables palabras, el Subteniente Maudet clava su bayoneta y su bandera en el suelo, saluda a su bandera y con toda gallardía da un paso hacia atrás, en señal de rendición.
El General de Paula ordena asistir a los heridos y darles de comer a todos, cuando aprende otra lección de los legionarios franceses: antes que otra cosa, reúnen los cuerpos de sus compañeros y jefes caídos para darles sepultura;
de Paula les da alimentos y ordena a sus hombres cavar dos fosas para enterrar a los caídos de cada bando y prepara carretas para trasladar a todos los heridos a los hospitales de Huatusco y Jalapa.
El Capitán Jean Danjou era una leyenda dentro de la Legión Extranjera, había perdido una mano en la Batalla de Argelia al explotarle su mosquete y destrozarle su mano izquierda, misma que le fue amputada ahí en el mismo campo de batalla, en vivo y sin anestesia, al regresar a Francia, él mismo se fabricó una prótesis de madera aprovechando sus conocimientos de ebanistería; de modo que el Capitán Danjou y su mano de madera eran motivo de inspiración en la Legión Extranjera; al ser sepultado su cuerpo, el Subteniente Clément Maudet la separó de su brazo diciendo: “Esta es la fuente de inspiración de la Legión Extranjera, no debe ser enterrada”.
Al final, después de recibir todas las atenciones médicas, se recuperaron siete heridos y seis a salvo, a los trece el General de Paula los envió con una escolta desde Veracruz hasta Marsella, Francia; al desembarcar, a los trece legionarios les fueron entregadas sus armas y a Maudet la bandera francesa, para ser entregados a sus superiores como Héroes de Guerra. La escolta mexicana a cargo del Coronel Ángel Luciano Cambas fueron recibidos con honores y devueltos a México también como Héroes de Guerra; todo esto mientras Francia y México libraban la guerra de la Segunda Intervención Francesa. Una gota de humanidad entre lo inhumano de la guerra.
Las lecciones que dejó la Batalla de Camarón
+ Este episodio resonó en todos los ejércitos y gobiernos alrededor del mundo; en México el Ejército Mexicano suprimió el toque andaluz de sus toques de guerra y entendió que debía ponerse en la ruta de la profesionalización, entrenamiento, armamento y modernización desu ejército, en la medida de sus posibilidades.
+ En Francia, el Emperador Napoleón III Bonaparte ordenó inscribir en letras de oro, los nombres de los 65 legionarios (52 caídos y 13 sobrevivientes) en el Complejo Militar de los Veteranos de Guerra, conocido popularmente como “Palacio de los Inválidos”.
+ En noviembre de 1863, la Legión Extranjera Francesa adopta como sus colores oficiales, los mismos colores de la Bandera de México, en sus mismos tonos para los galones, insignias y sectores en los uniformes de sus oficiales y tropa; también estrena su nuevo estandarte en donde aparece el Escudo Nacional Mexicano de aquella época con el águila devorando una serpiente, con los colores verde, blanco y rojo cruzando el estandarte en forma de “X”; permaneciendo intactos hasta el día de hoy. También se añadió la palabra “Camerone” a su emblema oficial.
+ El Cuartel General y Sede de la Legión Extranjera Francesa se encuentra en Aubagne, Marsella, Francia, ocupa una extensión de unas catorce hectáreas y es conocido popularmente por los franceses como el “Cuartel Camarón”; las fuerzas armadas de Francia y de muchos otros países, adoptaron el sistema de reclutamiento que sí tenía el Heróico Colegio Militar de México, en cuanto a requisitos como edad, peso, estatura y exámenes médicos, para seleccionar a su personal.
+ En 1880, bajo la presidencia de Porfirio Díaz, la Legión Extranjera Francesa solicita hermanarse con el Ejército Mexicano, lo que desembocó en el reinicio de las relaciones diplomáticas entre ambos países; México reabre su Embajada en París, enviando al Embajador Emilio Velasco, Francia envía a su nuevo Embajador, el Barón Boissy d’Anglas.
+ La prótesis de madera de la mano izquierda del Capitán Jean Danjou es la reliquia más venerada por la Legión Extranjera, se encuenrtra resguardada en exhibición en el Museo de la Legión Extranjera; cada año, en el desfile de conmemoración de la Batalla de Camarón, es portada por el legionario con más méritos en servicio durante el año anterior y se considera uno de los más altos honores en la Legión.
+ En 1892, el Gobierno de Francia solicita el permiso para construir un Mausoleo de la Batalla de Camarón, en el poblado de Camarón de Tejeda, Veracruz, justo en el sitio donde se llevó a cabo la batalla.
+ En 1960, con la autorización del los Presidentes de México y Francia, Lic. Adolfo López Mateos y General Charles de Gaulle, el General Marcel Pénette, Jefe de las Fuerzas Armadas de Francia y Comandante de las Fuerzas de Paz de la ONU y el General Agustín Olachea Avilés, Secretario de la Defensa Nacional, fundan la Association Camerone, A.C. (Asociación Camarón, A.C.), de duración indefinida y con nueve finalidades o prioridades:
1.- Desarrollo de la amistad militar Franco – Mexicana, por todos los medios al alcance de la Asociación.
2.- Conservación y mantenimiento de los monumentos y mausoleos construidos por la Asociación, en México y Francia.
3.- Conservación y mantenimiento de los predios donde están construidos dichos mausoleos y monumentos.
4.- Rendir homennaje permanente a los caídos en la Batalla de Camarón, tanto mexicanos como franceses.
5.- Búsqueda y localización de restos de combatientes franceses muertos y los que se quedaron en suelo mexicano.
6.-Culto y difusión de los actos heróicos de los legionarios y de la nobleza militar mostrada por el Ejército Mexicano.
7.- Estudio y búsqueda de fuentes históricas inéditas sobre la Batalla de Camarón.
8.- Difusión y publicación de dichos estudios.
9.- Todas aquellas actividades que sean necesarias para cumplir todas las finalidades mencionadas.
+ En 1963 se conmemoró el centenario de la Batalla de Camarón, se modernizó el Mausoleo en Camarón de Tejeda, Veracruz y se construyo un Mausoleo en la explanada central del Cuartel General de la Legión Extranjera en Abagne, Francia, en el que se rinde homenaje al General Francisco de Paula Milán y al Coronel Ángel Luciano Cambas, por los actos de humanidad y nobleza militar hacia los legionarios sobrevivientes.
El prietito en el arroz
En el año 2010, el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy Nagy-Bocsa, perteneciente a la rancia aristocracia húngara, en una reunión con el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa le exige la inmediata liberación de la secuestradora francesa Florence Cassez Crépin; la respuesta de Calderón fue en el sentido de que el Presidente (al menos él) no manipula a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ella toma sus decisiones basadas en el Derecho.
El Presidente Sarkozy se molestó por la negativa de Calderón y tomó tres decisiones que pusieron en verdadero riesgo no solo la relación entre México y Francia, sino la paz; Primero: la empresa francesa Eurocopter ya había decidido hacer una inversión multimillonaria en Querétaro y Sarcozy la vetó y decidió enviarla a Brasil; la empresa Eurocopter desconoció a Sarkozy y se estableció en Querétaro.
Segundo: la cancelación de la celebración del Año de México en Francia, en cuya organización estaban involucrados la Legión Extranjera Francesa y la Asociación Camarón, A.C. Estas dos decisiones ocasionaron duras protestas diplomáticas de México, que amenazó con retirar a su Embajador y cerrar la Embajada de México en Francia.
Tercero: Aquí Sarkozy no se midió; durante más de cien años, la flota camaronera de México y de Estados Unidos pescaron camaron en las costas de la Isla Clipperton, un atolón propiedad de Francia, a 1500 kms. de las costas de Oaxaca y Guerrero; Sarkozy envió a la Armada Francesa desde Papiti, Tahiti, la capital de la Polinesia Francesa a 5500 kms. de ahí; la Armada Francesa disparó cañonazos a las embarcaciones pesqueras gringas y mexicanas y les hizo saber que estaba prohibida la pesca en aguas francesas, las embarcaciones se retiraron hacia aguas
internacionales; sin embargo, la Armada de México y de Estados Unidos se hicieron presentes y se estacionaron frente a la Armada Francesa en actitud desafiante. La Legión Extranjera le hizo saber a Sarkozy que si iniciaba un ataque contra México, ese cuerpo militar lo desconocería como Comandante Supremo. El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama amenazó a Sarkozy con desconocer a su gobierno y asunto arreglado. Pero en el mundo entero, creció la idea de que Sarkozy era un loco que anda suelto.
+ Desde 2014, el Capitán Ricardo Uribe es el único mexicano perteneciente a la Legión Extranjera Francesa.
Fuentes Bibliográficas:
+ relatosehistorias.mx
+ ambassadedefranceaumexique.org
+ camerone.org
+ twitter.com
+ revistaconsideraciones.com
+ cronica.com.mx
+ ministeredesarmees/legionetrangerie.fr
+ legionextranjera.es
+ cndh.org.mx
+ facebook.com
+ valor.militarytimes.com
+ jornada.com.mxes.wikipedia.org
+ milenio.com