Cynthia Caccia
A punto de cumplir 40, Katy Perry está en su mejor momento. Mientras que en el plano profesional está por lanzar un nuevo sencillo (del que viene dando pistas hace semanas), en el plano personal disfruta de su familia, esa que formó junto a su hija Daisy Dove y el actor Orlando Bloom, con quién mantiene una relación amorosa desde hace ocho años.
Dentro del ranking de las mujeres mejores pagas del pop, la intérprete de “‘I Kissed a Girl” ocupa un lugar de privilegio. No sólo es dueña de numerosos éxitos y premios sino que también se ha convertido en un referente de la moda, sobresaliendo con su estilo y sus camaleónicos cambios de look tanto en sus shows como en las alfombras rojas. De hecho, en los últimos años, su vestuario se ha transformado en su aliado número uno a la hora de comunicar lo que le interesa, ya sea un nuevo lanzamiento musical o una causa benéfica.
De cantar en la iglesia a llenar estadios
Nacida el 25 de octubre de 1984 en Santa Bárbara, California, Katheryn Elizabeth Hudson creció en el seno de una familia religiosa. Sus padres, Mary Christine Perry y Maurice Hudson, eran pastores pentecostales por lo que, a los 9 años, esta muchachita comenzó a cantar en la iglesia música gospel. De hecho, su primer álbum, que se llamó Katy Hudson (como su nombre real) tiene fuertes influencias de este género. Con el tiempo, la artista no sólo cambio su estilo musical sino también su nombre, utilizando el apellido de su madre.
Su carrera en el pop comenzó en 2008 con One of the Boys, álbum que la hizo saltar a la fama con temas como “I Kissed a Girl” (canción que inevitablemente generó críticas dentro del núcleo evangélico), “Thinking of You” y “Ur So Gay”, hit que rápidamente llegó a todas las radios luego de que Madonna confesara ser fan.
Dos años después, Perry confirmó que era una de las referentes del género con Teenage Dream, un álbum en el que tuvo colaboraciones con los raperos Snoop Dogg y Kanye West. El video de “The One that got Away” dio que hablar por una nueva cara conocida: el actor Diego Luna fue el encargado de interpretar esta historia de amor. Prism fue su nueva apuesta en 2013 y pasó a la historia con su single de lanzamiento “Roar”, que fue presentado en los MTV Video Music Awards de ese año. Witness –lanzado en 2017- y Smile, en plena pandemia del coronavirus, confirmaron por qué Katy Perry se convirtió en una gran referente de la escena, siendo merecedora de múltiples premios y nominaciones.
Hoy, cuatro años más tarde, la cantante y compositora se prepara para lanzar un nuevo disco, al que define como “positivo, alegre y divertido”. De hecho, en las últimas semanas, ha dado algunos indicios de lo que será este nuevo álbum a través de su vestuario. En un evento, al que asistió junto a su pareja Orlando Bloom, la artista apareció con un pequeño bolso transparente con un papel en su interior que decía: “KP6 Top Secret”, algo que muchos entendieron como el posible nombre. “Katy ha estado trabajando en su álbum más personal durante gran parte de los últimos dos años. Es bastante diferente a todo lo que ha publicado antes ”, le comentó una fuente cercana al diario The Sun, anticipando que se viene una nueva era en su carrera, una mucho más punk y electrónica.
Amores tormentosos y el fin de una amistad
Antes de formar una familia con Orlando Bloom, Katy Perry tuvo un pasado amoroso bastante turbulento. De hecho, en octubre de 2010 pasó por el altar con Russell Brand, actor de Cómo sobrevivir a mi novia. La pareja dio el sí en una exótica boda en Rajastán, al oeste de India, donde el novio llegó a caballo tras una gran comitiva de elefantes.
La extravagancia de la ceremonia no se correspondió con lo que duró el matrimonio. Apenas un año después, la cantante recibía un mensaje de texto de su marido donde este le comunicaba sus intenciones de separarse. “Es un hombre muy inteligente y estaba enamorada de él cuando me casé. No volví a saber de él desde que me mandó un mensaje de texto en el que me dijo que se divorciaba el 31 de diciembre de 2011″, reveló Perry en una entrevista con Vogue. Y aunque el humorista británico alegó “diferencias irreconciliables” como motivo de ruptura, ella aseguró que el creciente éxito en su carrera fue el gran detonante.
En 2012, la cantante anunció que no estaba sola. ¿El candidato? Nada más y nada menos que el músico John Mayer. La pareja blanqueó rápidamente su romance ante la prensa y juntos compusieron el hit “Who you Love”. “Por primera vez en mi vida no siento que estoy en una relación pública. No estoy tan expuesto, pero sé que es pública, es difícil de explicar”, dijo el cantante dando a entender que su relación con Katy era totalmente diferente a las anteriores.
Sin embargo, a pesar del amor que se declaraban uno al otro, la relación pasó por varios altibajos y varias rupturas. La definitiva fue a comienzos de 2014 cuando ambos decidieron tomar distancia. Mientras algunos aseguraban que una relación tan formal con presentación familiar incluida asustó a Mayer, los propios protagonistas responsabilizaron a sus ajetreadas agendas laborales de esta decisión. “Todo lo que puedo decir sobre esa relación es que John tiene una mente preciosa. Una mente preciosa y un alma torturada. Tendría que averiguar por qué me suelo sentir atraída hacia este tipo de hombres”, reveló la californiana dando pistas sobre los verdaderos motivos de la ruptura.
La separación fue en buenos términos, tanto que durante años la expareja siguió disfrutando de la compañía del otro sin reclamos. Ejemplo de ello fue un viaje a Disney que compartieron en 2015, dando cuenta de su gran amistad. Sin embargo, se dice que Mayer no pudo olvidarla fácilmente y si no lo creen, pueden correr a escuchar la balada “Still Feel Like Your Man”, una canción que parece gritar el nombre de Perry a los cuatro vientos.
Aunque digan otra cosa, su noviazgo con Mayer le costó una amistad. Es que, antes de salir con ella, el intérprete de “New Light” había tenido una relación con su amiga Taylor Swift, relación de la que la artista salió muy afectada. A eso, se sumó un conflicto laboral que hizo estallar todo por los aires. ¿Qué pasó? Taylor se fue de gira con su disco Red y llevó a varios bailarines que tiempo atrás habían trabajado con Perry. Sin embargo, la gira se extendió más de la cuenta y antes de que Swift terminara sus shows, los artistas empezaron un nuevo tour con la intérprete de “Roar”. “Durante años no supe si éramos realmente amigas. Ella se acercaba a mí en las entregas de premios, me decía algo y desaparecía. Yo me quedaba pensando: ‘¿somos amigas o me acaba de decir el insulto más grave sonriendo?’ El año pasado hizo algo tan horrible que me quedó claro que éramos enemigas. No fue sobre un chico, sino sobre negocios; ella básicamente intentó sabotear una presentación. Quiso contratar a un grupo de personas que estaban trabajando para mí”, dijo Taylor sin vueltas sobre su distanciamiento de Perry.
Desde entonces, las cantantes fueron protagonistas de un fuerte enfrentamiento que llegó a las redes sociales y hasta a la letra de algunas canciones que, según los fans, se “dedicaron” mutuamente. “Bad Blood”, de Swift, fue una de las más evidentes: “¿Creías que estaríamos bien? Aún tengo cicatrices en mi espalda de tus puñaladas”, dice una de las estrofas.
Aunque parecía imposible, la reconciliación llegó en 2018. La que dio el primer paso fue Katy Perry, cuando le envió a su colega una rama de olivo y una carta el día en que la artista iniciaba su gira Reputation Tour. Ante este gesto, la intérprete de “Shake It Off” le agradeció en una de sus historias de Instagram, dejando atrás todo tipo de rencores.
La confirmación pública de esto ocurrió tiempo después, cuando Katy Perry decidió ser parte del video “You Need To Calm Down”, de Taylor. Y para dar cuenta de lo que realmente era su amistad, las cantantes recurrieron a algo bien gráfico y metafórico: Perry se vistió de hamburguesa mientras que su amiga se convirtió en una porción de papas fritas. A través de estos disfraces, las chicas del pop dejaron en claro que eran inseparables y se complementaban a la perfección.
En febrero de este año, la esposa de Bloom volvió a sorprender a sus seguidores al publicar una foto con su colega al asistir a uno de sus conciertos en Sídney. Y como sabemos, si hay foto… hay video. En él, se la ve a Perry cantando el estribillo de “Bad Blood”, tema que como dijimos anteriormente, Taylor le habría dedicado en medio de su rivalidad.
Una hamburguesa robada, el principio de todo
No hay dudas de que Katy Perry y Orlando Bloom son una de las parejas más admiradas de Hollywood. Y la historia de cómo se conocieron hace ocho años es aún más sorprendente: el actor se acercó a su mesa en la post party de los Globo de Oro de 2016 y robó una hamburguesa. Lejos de enojarse, la cantante se sintió deslumbrada por este galán “irrespetuoso”, de quien no se despegó en toda la noche.
La relación pasó por varios altibajos, como una breve ruptura en 2017 que coincidió con la poca repercusión de uno de sus discos, lo que la llevó a una fuerte depresión. “Acababa de separarme de mi novio y estaba emocionada con el próximo álbum, pero no fue bien valorado, entonces me hundí”, contó Perry que, según sus dichos en Radio SiriusXM CBC, estuvo al borde del suicidio y que, gracias a la fe, pudo salir adelante.
La fe y la terapia de pareja fueron sus grandes aliados en cada tormenta. “Orlando y yo estamos yendo a terapia de pareja. Nos gusta porque nos mantiene en sintonía”, contó públicamente la jurado de American Idol en otra crisis posterior. “Tus parejas, por lo general, ven lo mejor de vos, pero también multitud de tus peores yos porque están ahí para ser tus espejos. El resentimiento del uno hacia el otro y viceversa puede volverse muy fuerte cuando estamos los dos trabajando tan duro. Y, aunque agradezco a Dios por haber tenido éxito y estar en el centro de atención, cuando querés volver a ser normal en el ámbito doméstico, no es algo sencillo; hay que volver a aprender a ser diferente. A gran y a pequeña escala”, confesó a corazón abierto.
Se ve que la terapia surtió efecto porque para San Valentín de 2019 Katy anunció su compromiso en las redes sociales. “Full Bloom”, escribió la artista en su cuenta de Instagram junto a una postal con globos de corazones rojos de fondo y un excéntrico anillo de diamantes y rubíes en forma de flor. Y como era de esperarse, la propuesta por parte de Bloom fue digna de cualquier guion cinematográfico o canción. Tras una cena, el actor de Piratas del Caribe llevó a su prometida a pasear en helicóptero. “Teníamos champán en el helicóptero, el anillo estaba en su bolsillo y había escrito todo lo que quería decir en una nota”, recordó Perry en el programa Jimmy Kimmel Live. Sin embargo, un pequeño percance casi arruina la romántica declaración: “Orlando rompió la botella al sacar la caja del anillo de su bolsillo”, contó sobre aquel vuelo que terminó en una terraza de Los Ángeles, donde amigos y familiares los esperaban para brindar.
Cinco años han pasado de aquella declaración de amor. Sin embargo, la pareja nunca ha pasado por el altar. La pandemia de coronavirus en 2020 y luego, la llegada de su hija Daisy Dove han pospuesto sus planes pero no su amor.
Un anuncio hecho canción
Al parecer, la música lo es todo en la vida de Katy Perry. Por eso, a la hora de contarle al mundo que estaba embarazada, la futura mamá lo hizo a través del videoclip de “Never Worn White”, donde sobre el final se la ve de perfil con la panza al descubierto. “Digamos que es una revelación. Estoy emocionada, estamos emocionados y felices”, escribió una vez que se conoció la noticia en su cuenta de Instagram.
Ser madre fue “la mejor decisión” que Perry tomó en toda su vida. “No era muy maternal y creo que eso probablemente se deba a algunas cosas de la infancia”, confesó en diálogo con Chelsea Handler. Pero ver a su esposo y su hijo Flynn, fruto del matrimonio que el actor tuvo con Miranda Kerr, la hizo reflexionar sobre sus deseos de tener su propia familia.
La pequeña llegó en agosto de 2020 y la pareja lo anunció con una emotiva fotografía en sus redes sociales. “Estamos flotando de amor y asombro por la llegada sana y segura de nuestra hija. Pero sabemos que somos afortunados y que no todos pueden tener una experiencia de parto tan pacífica como la nuestra”, escribieron en referencia a la ONG de la que participan en pos de una infancia saludable. De hecho, junto a la noticia abrieron una página de donaciones para contribuir a la causa: “Al colaborar estás apoyando un comienzo seguro en la vida y reimaginando un mundo más saludable para cada niño. Esperamos que en tu corazón florezca la generosidad. Agradecidos. Katy y Orlando”, concluyó la pareja.
Tras confesar que “ser madre es un trabajo que nunca termina”, la estrella de la música tuvo que hacer malabares para compaginar su carrera con su nuevo rol. Y si bien desde entonces no lanza nuevo material discográfico, Perry nunca abandonó los escenarios. De hecho, en los últimos años también brilló en la TV como jurado de American Idol , participación que acaba de finalizar tras siete temporadas. “Encontré todo lo que siempre estaba buscando cuando me convertí en madre. Muy agradecida por este amor tan profundo y muy honrada de unirme al club de las madres. Feliz Día de la madre”, escribió en 2021 la flamante primeriza para celebrar su debut con este título.
La mujer de las mil caras
Está claro que su éxito y liderazgo no sólo se acota al ámbito musical. Haga lo que haga, Katy Perry se ha convertido en una marca registrada gracias a su talento y versatilidad. Es que, cuando esta artista se baja de los escenarios, despliega un sinfín de facetas que desempeña con el mismo compromiso, entusiasmo y amor que ha demostrado por la música.
Su camino como empresaria comenzó en 2010. La fragancia Purr fue su primera apuesta en el mundo de la belleza y le fue tan bien que, al año siguiente, lanzó Meow!; ambas en sociedad con Nordstrom. En 2017, Perry amplió su horizonte y diseñó una línea de zapatos que llevó su sello: Katy Perry Collections, además de las innumerables campañas con marcas como Adidas, Proactiv y CoverGirl, de las cuales fue embajadora en más de una oportunidad.
Es que si hablamos de imponer estilos y marcar tendencia, Katy Perry es la uno. A través de sus cambios de look (donde su cabello ha pasado por todos los tonos y cortes que existen) y su extravagante guardarropa, la artista se ha convertido en un ícono de la moda en cada uno de sus shows, alfombras rojas, portadas de revista o premiaciones. De hecho, en varias ocasiones ha utilizado su vestuario como herramienta de comunicación a la hora de promocionar su trabajo o alzar la voz en pos de algún objetivo.
Así como en la MET Gala de 2017 la cantante lució un modelo de John Galliano acompañado por un velo de tul bordado con la frase Witness para anunciar el título de su nuevo álbum, en una entrega de premios usó un Valentino con una maxi falda con notas musicales impresas. Hace unas semanas, la intérprete reveló parte de la letra de su nuevo tema “Woman’s World” con un sensual vestido rojo que se destacaba por su kilométrica cola. “Fire in her eyes. Feminine divine. She’s born to shine, to shine. She’s a flower, she’s a thorn. Super-human, number one (Fuego en sus ojos. Femenina divina. Ha nacido para brillar, para brillar. Es una flor, es una espina Superhumana, una número uno)”, decía ese pedazo de tul que fue el centro de todos los flashes en la Semana de la alta costura.
Para quienes la tildan de frívola y superficial, su costado solidario y filántropo supera ampliamente sus emprendimientos en el mundo fashion. Embajadora de Unicef desde 2013, la artista es conocida por su trabajo en materia de educación, salud y nutrición infantil. A su vez, participa en organizaciones que apoyan a personas con cáncer y VIH, causa para la que diseñó junto a H&M una línea de ropa llamada Fashion Against AIDS (La moda en contra del SIDA). Pero eso no es todo. Perry también es una gran referente a la hora de hablar de feminismo y una gran defensora de los derechos de la comunidad LGBTQ+. Solo hay que recordar su rol en la campaña de Barack Obama para propulsar la ley del matrimonio igualitario.
A pocos meses de convertirse en una señora de cuatro décadas, Katy Perry tiene motivos de sobra para celebrar y demostrar por qué es la gran estrella del pop mundial.