Omar Peralta
Julio César Chávez Jr. estaba llamado a ser un digno representante de la realeza boxística: hijo del Gran Campeón Mexicano, su camino en el boxeo parecía encontrar rumbo definitivo en 2011, cuando capturó el campeonato mundial de peso mediano al vencer al alemán Sebastian Zbik. Se trataba de un presagio cumplido: el vástago de la máxima gloria mexicana no podía pasar de noche por la dulce ciencia. Al año siguiente perdió el título con Sergio Maravilla Martínez.
Fue una noche triste, pero una porción de esperanza podía haber: Chávez Jr., a pesar de haber sido superado durante todo el combate, tuvo un arranque de orgullo en los últimos tres minutos que por poco lo convierten en vencedor. Todo se marchitó de inmediato. Un positivo a marihuana alertó que algo no estaba bien en la carrera del Junior. El declive fue constante desde ese momento. Jamás Chávez Carrasco volvió a estar en la órbita de un título mundial.
En 2024, el Hijo de la Leyenda tendrá un nuevo regreso al ring. La última vez que su nombre figuró en un combate oficial fue en diciembre de 2021, cuando venció a David Zegarra. A partir de entonces, su huella deportiva ha desaparecido. Todo lo que se ha hablado de él tiene que ver con otros asuntos, particularmente con sus problemas de adicciones, los cuales lo han alejado por completo del ensogado. Su rival, el próximo 20 de julio, será el jamaiquino Uriah Hall. Este choque formará parte de los combates previos a la pelea estelar entre Mike Tyson y Jake Paul, el 20 de julio en la Amelie Arena en Tampa, Florida.
El récord de Chávez Jr. es de 53 victorias, 6 derrotas y un empate. Con 38 años, es muy probable que este peleador haya visto ya pasar los mejores días de su carrera. En entrevista con Telemundo, el mes pasado, Chávez Carrasco admitió que no sólo ha tenido problemas de adicción con las pastillas para perder peso. «Yo tomaba pastillas para la depresión y otras para bajar de peso, de ahí fue que me acusaron de que me dopaba. Yo llegué a probar la cocaína y la marihuana, pero hace mucho, más que nada eso, y pastillas», confesó.
A nivel mediático, los intercambios de declaraciones con su padre han sido constantes. Chávez Sr. cuenta con una clínica especializada en adicciones, en la cual ha internado a su hijo. El proceso, sin embargo, ha sido muy arduo. «Me da lástima, porque sus hijos están chiquitos y no los está disfrutando. Me duele que se vaya a quedar loco, que le vaya a pasar un accidente manejando a las 12-1 de la mañana a todo lo que da, que le vaya a dar un infarto de tantas pastillas que se mete», comentó en el podcast Bromeando con los Rivera, en octubre pasado. En diversas ocasiones, Chávez Jr. ha arremetido contra su padre y ha recordado que él también tuvo graves problemas de adicciones. La historia de Julio César Chávez Jr. ha estado enmarcada por los escándalos. Un día supo ser campeón mundial, pero ese nivel le duró muy poco. En contraparte, su principal antagonista de aquellos días, Saúl Canelo Álvarez, con quien existió una comparación durante al menos una década, sí que logró establecerse en la élite del boxeo. Fue todo lo que Chávez Jr. nunca pudo ser. Pero el heredero de la dinastía se aferra al peso de su legado y volverá a la acción. Más vale tarde que nunca.