Se sabía y se sentía puertorriqueña y abanderó desde las letras la lucha contra el imperialismo estadounidense y la independencia del país
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Julia Alegre Barrientos
Julia de Burgos está considerada como la poetisa más importante de Puerto Rico y una de las grandes referentes latinoamericanas de este género literario. Abandonó su isla querida demasiado pronto, a los 25 años. Como demasiado pronto dejó este mundo, rodeado de un misterio que todavía hoy, setenta años después de su muerte, continúa sin resolverse. A propósito del Día Internacional de la Mujer, repasamos la vida de esta mujer de las letras que dejó tras de sí una prolífera obra que, hasta décadas después, no recibió la atención que merecía. Y cabe cuestionarse si a día de hoy la recibe.
Hija de Consuelo García y Juan de Burgos, la niña Julia nació en 1914 en un pequeño pueblo de Carolina, situado al este de la capital, San Juan, y en el seno de una familia pobre conformada por 13 hermanos. Era la mayor de todos ellos y la primera que logró acceder a la universidad. Aunque se graduó en magisterio y se desempeño como maestra hasta los 20 años, siempre demostró una devoción profunda por la literatura y, en especial, por la poesía, donde se despuntó con una maestría poco común para su corta edad. Sus composiciones siempre estuvieron embebidas por un fuerte sentido de pertenencia nacionalista y de amor a la patria. Se sabía y se sentía puertorriqueña y abanderó desde las letras la lucha contra el imperialismo estadounidense y la independencia del país.
Los versos de Julia de Burgos fueron poesía y crónica desde los que abordó el pasado colonial de Puerto Rico, la violencia de la que fueron víctimas los nativos con la llegada de los conquistadores y el legado que trajo la esclavitud procedente de África. Quizá uno de los poemas que mejor representa sus exploraciones en torno a estas temáticas es ‘Río Grande de Lóiza’, embebido de anhelo y nostalgia por un pasado soberano que ella apenas pudo experimentar.
‘¡Río Grande de Loíza!… Azul. Moreno. Rojo.
Espejo azul, caído pedazo azul de cielo;
desnuda carne blanca que se te vuelve negra
cada vez que la noche se te mete en el lecho;
roja franja de sangre, cuando baja la lluvia
a torrentes su barro te vomitan los cerros’.Pronto, su trabajo la llevó a compartir con otros intelectuales de los círculos eruditos de Puerto Rico. Se casó a los 20 años con Rubén Rodríguez Beauchamp y se divorció tres años después. Su condición de divorciada, poco habitual en la década de los 30 del pasado siglo, le valió la animadversión de los sectores más conservadores portorriqueños y el rechazo unánime a sus aportes literarios. Protagonizó una intensa relación amorosa con Juan Isidro Jimenes Grullón, exiliado en la isla y nieto del presidente dominicano Juan Isidro Jimenes. Fue el gran amor de su vida e inspirador de muchos de los poemas más célebres de Julia de Burgos. En 1936, la joven poetisa se unió a las Hijas de la libertad, el movimiento femenino vinculado al Partido Nacionalista de Puerto Rico, liderado por Pedro Albizu Campos, desde donde encauzó su ideología independentista.
Julia Alegre Barrientos