LA NACION
La competición de rugby seven femenino en los Juegos Olímpicos de París 2024 sorprendió en su última jornada, que se desarrolló el martes, por brillantes jugadas y emocionantes momentos protagonizados por las representantes de las 12 selecciones que participaron del torneo. Sin embargo, un momento en particular destacó por sobre el resto: la espectacular maniobra que llevó a cabo la irlandesa Erin King para salvar a su compañera de lo que podría haber sido un importante accidente.
En los cinco minutos finales del enfrentamiento entre Reino Unido e Irlanda por el séptimo y octavo puesto del certamen, que se disputó ayer en Stade de France, el equipo británico devolvió la pelota al conjunto rival, la cual recibiría la medio scrum Emily Lane. Cuando King la levantó en el aire para que atrapara el balón la rugbier oriunda de Dublín pareció calcular mal la trayectoria y quedó expuesta ante la posibilidad de caer hacia atrás y lesionarse de gravedad.
Afortunadamente, King tuvo la audacia y fuerza para salvar a su compañera de equipo de una lesión segura. La jugadora de tan solo 20 años sostuvo de la cintura a su compañera por unos segundos hasta lograr evitar que cayera hacia atrás, de cabeza contra el césped. Las imágenes de las extraordinaria secuencia se viralizaron en las últimas horas en redes sociales y llevó a internautas en distintas plataformas -sobre todo en X- a deshacerse en elogios hacia King.
Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos se llevaron el oro, plata y bronce olímpico
Fuera de aquella heroica hazaña, el resultado del partido terminó por favorecer al equipo inglés, que se llevó el séptimo puesto con una victoria de 28-12. Con respecto al podio, Nueva Zelanda revalidó su título olímpico al vencer a Canadá por 19-12, mientras que Estados Unidos ganó sorpresivamente la medalla de bronce. Las kiwis anotaron tres tries contra dos de las canadiense, en un partido tenso y liderado por la defensa que fue visto por 69.000 espectadores. Estados Unidos, que había llegado por primera vez en su historia a semifinales, derrotó al conjunto australiano, que se posicionaba como favorito, por 14-12.
Sobre los primeros minutos de la final, la capitana neozelandesa, Risi Pouri-Lane, escapó de Chloe Daniels y corrió desde 50 metros para anotar el primer try, logrando también la conversión. El tanto de las kiwis inclinó la balanza de manera definitiva. Luego, el rumbo del encuentro parecía que iba a torcerse cuando Portia Woodman-Wickliffe recibió una tarjeta amarilla por un tackle alto. Sin embargo, las neozelandesas compensaron su falta y se impusieron sin problemas.
Nueva Zelanda comenzó el segundo tiempo exactamente como necesitaba: la impresionante Michaela Blyde eludió a Corrigan para anotar un buen try, convertido por Tyla King para devolverle la ventaja (14-12). Stacey Wakaa luego obtuvo el try decisivo para estirar la diferencia a siete puntos (19-12) y sentenciar el título.
Respecto del equipo norteamericano, aprovechar las ventajas les permitió marcar la diferencia. En la primera parte, Daniels jugó al espacio con Olivia Apps y ésta anotó el primer try de su país, Poco después, Sarah Hirini intentó una descarga ambiciosa, pero la canadiense Alysha Corrigan la interceptó y anotó el segundo try de Canadá, dando vuelta el marcador (12 a 7) con el que se fueron al descanso. El marcador se mantuvo intacto hasta los últimso segundos del encuentro.
Sobre la recta final, Alex Sedrick emprendió una sorprendente corrida mientras sus rivales la miraban sin poder hacer nada para detenerla. Ya con el tiempo cumplido, la número 8 de los Estados Unidos se arrojó al ingoal para señalar un try clave bajo los palos (12-12) y logró la conversión que le otorgó otra medalla a su país.