LA NACION
La última vuelta: esa imagen es la que queda inmortalizada en la historia. Porque la velocista estaba cuarta a poco más de 100 metros de la meta y después de casi tres minutos de carrera en equipo. Pasó a una, pasó a dos, pasó a tres. Cambió ella sola la historia. Con un sprint providencial en la recta final, Femke Bol le dio este sábado el oro a Países Bajos en el eléctrico relevo 4 x 400 metros mixto de los Juegos Olímpicos París 2024, batiendo a Estados Unidos y Reino Unido. Fue un final de fiesta alucinante, pocas veces visto en los últimos tiempos en el atletismo.
La estadounidense Kaylyn Brown recorrió a la cabeza la última vuelta en el Stade de France, que hervía bajo la lluvia, pero Bol la doblegó en los últimos 30 metros y detuvo el cronómetro en 3m7s43/100, apenas dos centésimas por encima del récord del mundo, batido el viernes en una semifinal por el equipo de Estados Unidos.
El registro logrado por Bol, Lieke Klaver y los varones Eugene Omalla e Isaya Klein Ikkink supone además un récord europeo. El conjunto norteamericano marcó 3m7s74/100, y el británico, 3,8s1/100. Polonia, vencedor hace tres años en los Juegos de Tokio, quedó séptimo con 3m12s39/100.
La final de París 2024 tuvo sabor a revancha para el equipo mixto neerlandés y para Bol en particular, que en el Mundial de Budapest 2023 se cayó cuando iba liderando a pocos metros de la llegada y entregó la victoria a Estados Unidos. Bol explicó tras la carrera que el accidente del año pasado fue un disparador para acelerar en los metros finales de la carrera. “En los últimos 100 pensaba solamente en seguir adelante, y en mi enfado por Budapest”, comentó la neerlandesa de 24 años. Recorrió la última vuelta en 47,93 segundos –frente a los 49,14 de Kaylyn Brown–, una marca que sorprendió incluso a ella misma.
“Esperaba correr así de rápido en algún momento, pero la verdad es que en el relevo una nunca se fija mucho en los tiempos parciales, sino en estar juntos como equipo”, agregó Bol. “Simplemente, fui a hacer historia. Esta vez queríamos una medalla; no pensamos que fuera a ser el oro, sino simplemente una medalla. Y bueno, hemos logrado el oro y somos campeones olímpicos. Es de locos para un pequeño país como el nuestro”, conmovió.
En realidad, la sorpresa llegó cuando Femke fue ganando metros contra sus rivales de forma extraordinaria. Todo el mundo esperaba una destacada actuación de la segunda de las mejores vallistas de 400 metros de la historia, pero lo que se vivió en Saint-Denis superó todo pronóstico. Omalla, Klaver y Klein Ikkink, sus compañeros del relevo, no podían creerlo cuando la vieron cruzar la meta en la primera posición. Corrieron a abrazarla y a agradecerle su última posta, prodigiosa, que les dio una medalla dorada para todos los tiempos.