Natalia Trzenko
En Hollywood, la producción de películas y programas de televisión es la actividad principal, la industria que moviliza a toda una ciudad y a un colectivo de artistas que la hacen posible. Claro que para que la usina funcione sin pausa se necesita algo más que talento, buenas ideas e inversiones millonarias. Muchas veces para que un proyecto llegue a buen puerto se precisa de altas dosis de diplomacia, buena gestión y algo de manipulación. El fin, dicen en los pasillos de los estudios, justifica los medios. Y cuando se trata de lidiar con actores temperamentales, inseguros y ciclotímicos, la dieta cotidiana en Hollywood, el riesgo de que toda iniciativa se derrumbe siempre está presente.
El ejemplo más reciente de ese tipo de debacle lo protagonizó Joaquin Phoenix en agosto pasado, cuando cinco días antes de comenzar el rodaje de la nueva película de Todd Haynes (Lejos del paraíso, Carol) decidió renunciar al proyecto , que él mismo coescribió, en el que se contaba la historia de amor de dos hombres en los años treinta . Con el equipo listo para comenzar a filmar en Guadalajara, México, el actor decidió retirarse y con él lo hicieron también los inversores que solo habían decidido poner su dinero bajo la condición de que Phoenix participara en el proyecto. De hecho, Haynes había dicho unos meses antes que el film había sido impulsado por el actor, interesado por llevar al límite el relato del vínculo amoroso en el centro del relato que iba a protagonizar junto al actor Danny Ramirez (Top Gun: Maverick). El escándalo que dejó a todo un equipo de filmación sin trabajo podría derivar en una demanda por incumplimiento de contrato para el intérprete.
Claro que no es la primera vez que Phoenix pone en riesgo una película en marcha. “ Estaba vestido con el traje del príncipe diciendo: ‘No puedo hacerlo’. Yo no lo podía creer y Russell (Crowe) le dijo que era ‘terriblemente poco profesional’ ”, contó Ridley Scott en una entrevista reciente con The New York Times, recordando las dificultades que tuvo para filmar Gladiador en las vísperas del estreno de su secuela que llegará a los cines el jueves. Según explicó el director, para convencerlo de que se quedara en el film se vio obligado a ponerse en el rol de “hermano mayor o padre”.
El esfuerzo dio sus frutos: Phoenix fue nominado al Oscar al mejor actor de reparto por su papel de Commudus en Gladiador. La sociedad entre el intérprete y el realizador resultó lo suficientemente satisfactoria para que años después Scott lo eligiera como su protagonista en Napoleón. Y, una vez más, Phoenix intentó “escaparse” de la película. Lo único que evitó su renuncia fue la intervención de otro de sus directores afines, Paul Thomas Anderson. “Tommy estaba haciendo Licorice Pizza y al mismo tiempo me estaba aconsejando sobre Napoleón. Nos juntamos los tres y la verdad es que nos divertimos mucho. Gritábamos de la risa trabajando en el guion”, explicó Scott que resumió como positiva su experiencia trabajando con el actor de Guasón. De hecho, hace unos años el intérprete contó su lado de la historia.
“ Siempre estoy nervioso antes de cada película, pero creo que la situación más intimidante para mí fue Gladiador porque fue la primera vez que participé de un rodaje de ese tamaño. Parecía que el set se extendía por kilómetros, había camiones por todos lados, cientos de extras y múltiples cámaras. De repente la escala me impactó y me sentí superado por todo lo que veía a mi alrededor. Creí que no iba a poder superarlo. Se lo dije a Scott. ‘No puedo hacerlo, es imposible’. Y él fue muy inteligente porque de alguna manera me convenció, pero durante cuatro horas ‘filmó’ mis escenas pero sin poner película en la cámara. Él sabía que me iba a llevar un tiempo darle algo que le sirviera y no quería desperdiciar nada”, contó Phoenix en una entrevista con el sitio Collider, en 2018.
Claro que, como demostró su debacle más reciente, lejos de haber aprendido algo de aquella experiencia y sin que el paso del tiempo ni el Oscar como mejor actor principal que ganó por su peripatética interpretación en Guasón ayudaran a calmar sus nervios, contar con Phoenix en el elenco puede ser, alternativamente, la mejor y la peor noticia que un director puede recibir.