JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
LESTER BARLOW, ¿SABE QUIEN FUE?… MMMH, NO POS’ NO OIGA; ¿SABE QUE PANCHO VILLA TENÍA SU FUERZA AÉREA?… ¡¡AHH, PERO COMO SERÁ CHARRERO!!; COSAS QUE LA HISTORIA NUNCA NOS HA CONTADO… PUDIENDO HABERLO HECHO.
José Luis Jaramillo Vela
Habiendo seleccionado ya el tema histórico para esta semana, llego a casa y afuera está una vagoneta de la empresa de envíos “DHL”, con una entrega; venía pensando en el tema y como ya conozco al operador, le pregunto: ¿Sabe quién fue Lester Barlow?, se me queda viendo entre intrigado y sorprendido por la pregunta y me responde: ¡Mmmh, no, pos´no oiga!, de inmediato le lanzo otra pregunta: ¿Sabe que Pancho Villa tenía su fuerza aérea? y el hombre, terminando de cerrar la puerta corrediza de la vagoneta, voltea y con tremenda sonrisa como si le estuviera contando un chiste, me responde: ¡¡Ahh, pero como será charrero!!, provocando mi risa… Se despide, me desea un buen día y se va con la misma sonrisota en su cara y yo me quedo pensando: “Es que la historia nunca se los ha contado”. Por eso el título de esta interesante reseña.
Lester Barlow el inventor, después de la guerra de secesión se desató el espíritu aventurero gringo
Lester Pence Barlow nació el 2 de diciembre de 1886 en en Monticello, Wisconsin; un tipo muy inquieto desde niño, interrumpió su educación en el octavo grado para trabajar; era un chico con una gran inventiva y mucha iniciativa; en 1904, con 18 años, ingresa a trabajar en la naciente industria de la radio en la Green Bay Radio Station, de ahí pasa a la matriz Milwaukee Radio Station, en donde aprende todo sobre instalaciones de radio, antenas y frecuencias y programación de radio.
Habiendo aprendido todo lo que requería sobre radio, se enrola en la Marina de Estados Unidos, donde alcanzó el grado de Teniente y es enviado a la Isla de Guam, ahí con sus conocimientos, él solo se encargó de instalar la primera estación de radio para fines militares en el Pacífico Sur. En 1908 es enviado a la Base Naval de San Diego, California; al retirarse de la Marina, Barlow se inscribe en una incipiente escuela de vuelo (estaba iniciando la era de la aviación en el mundo) y aprende a volar aviones y obtiene su licencia de piloto.
Lester Barlow a la Revolución Mexicana
Desde tiempos ancestrales, las guerras, revoluciones y conflictos bélicos, han sido un imán para los mercenarios y aventureros; muchos trabajan a sueldo, y otros trabajan a destajo, es decir, lo que logren hacerse en el pillaje y el saqueo; y la Revolución Mexicana no podía ser la excepción, atrayendo a este tipo de gente, en algunos casos necesarios, en otros no tanto.
En 1914, Hipólito Arango, hermano de Pancho Villa y un tipo muy visionario y al igual que su hermano, muy inteligente, lo convence de comprar un avioncito con la finalidad de que les sirviera como enlace rápido de suministros y mensajería en los diferentes frentes de batalla de la División del Norte, así como ubicar a las tropas enemigas. Villa sabía que era lo más moderno de la época, pero también había oído que los pilotos no volaban bajo condiciones de nubosidad porque no podían ver las montañas y eso, él lo consideraba un problema.
Mientras tanto, Lester Barlow, ya metido en el medio de la aviación, se entera de que Pancho Villa ha comprado un avioncito usado en El Paso, Texas, para la División del Norte y ve aquí una oportunidad; Barlow viaja a Chihuahua y solicita entrevistarse con el General Villa, quien pensando que se trataba de algún representante de las casas filmadoras de Hollywood para ofrecerle un contrato para filmar sus hazañas, Villa le manda decir que ya tiene contrato firmado con la Mutual Films y que no lo va a recibir.
Barlow acude al General Felipe Ángeles, “Dígale al General Villa que tengo unas bombas que le pueden interesar”; y Villa lo recibió. Barlow había estado experimentando con explosivos, logrando inventar una bomba que se podía arrojar desde un avión, que detonaría al hacer contacto con el suelo; entonces capturó la atención de Villa y su Estado Mayor. Al Ejército de Estados Unidos no le interesaron las bombas de Barlow, porque aún no organizaban su fuerza aérea.
La “Flota Aérea de la División del Norte”
Villa le pidió hacer unas pruebas antes de comprometerse, Barlow le hizo varias demostraciones y Villa se dio cuenta de que las bombas no aniquilarían a una tropa numerosa, pero también se dio cuenta de que eran muy eficaces para destruir ferrocarriles, vías férreas e instalaciones militares y estratégicas, además de crear caos y pánico en las tropas enemigas; entonces Villa crea la “Flota Aérea de la División del Norte”, estableciéndose la sede de la flota en Monterrey, N.L., con bases en Chihuahua, Torreón y Tampico.
Esta noticia causó un fuerte impacto en la Revolución, ni siquiera el Ejército Mexicano tenía aviones, y ahora Pancho Villa salía con que ya contaba con una fuerza aérea; en el frente Carrancista, que ya se proclamaba como Gobierno Constitucionalista, Carranza se interesó en el asunto, pero carecía de los fondos que sí tenía Pancho Villa; mientras que el Presidente usurpador, Victoriano Huerta, embebido en sus botellas de coñac, al no ser reconocido por el gobierno estadounidense, sabía que los gringos no le iban a vender un solo avión.
Pancho Villa le encargó a su hermano Hipólito Arango, la compra de las aeronaves para la Flota Aérea de la División del Norte; Hipólito negoció la compra de tres aviones Wright Modelo B, un avión Wright con fuselaje, un avión Wright HS, un avión Martin TT y un avión Christofferson. Por otra parte, a Lester Barlow se le encomendó buscar y contratar a los pilotos, todos estos tendrían que ser estadounidenses puesto que en México nadie conocía estos aparatos, menos saber volarlos.
En el Hotel Orndorff de El Paso, Texas, Lester Barlow y Raúl Madero, contratan a los pilotos norteamericanos Edwin Parsons, Bill Heath, Philip Rader y Jefferson de Ville, este último originario de Martinica; todos ellos por un sueldo de doscientos dólares mensuales, mientras que el sueldo de Barlow quedó estipulado con Pancho Villa, en quinientos dólares mensuales.
La operación de la Fuerza Aérea Villista
La primera tarea de Lester Barlow como Comandante de la aviación villista, fue el usar su gran ingenio para adaptar un tren que pudiera transportar los aviones cuando fuese necesario, así como un taller móvil para la fabricación y transporte de las bombas; muy pronto los aviones de la Flota Aérea de la División del Norte ya estaban siendo usados en apoyo a las tropas terrestres, en labores de inteligencia y en combates aéreos muy rudimentarios.
Los aviones no estaban hechos para el uso militar, pero el ingenio de Barlow permitió adaptarlos para el bombardeo aéreo, Quizá no muy efectivo, pero ocasionaba situaciones de pánico en las filas enemigas y al mismo tiempo creaba un estado de ánimo favorable en las tropas villistas.
Esta Flota Aérea fue usada con éxito en las batallas de León, Torreón, Durango y Zacatecas, así como en batallas de menor importancia; también se presentaba un problema para los pilotos, pues al no estar identificados los aviones, se veían bajo el fuego de sus propias tropas.
Durante la Batalla de Zacatecas, el avión de Edwin Parsons sufrió una avería, entonces Villa le ordena llevarlo a Cd. Juárez y repararlo; Parsons acata la instrucción, pero cuando cruza hacia El Paso, Texas para comprar las refacciones, se entera de que puede ser acusado por su país de traición a la Patria, al saberse que perteneció a la Legión Extranjera de Francia, y ahora peleando en México; Parsons se regresa a Juárez, arregla el avión, le envía un telegrama a Villa diciendo que el avión está reparado y listo, y se regresa a su país, abandonando las filas de la División del Norte.
Villa envió a Jefferson de Ville a recoger el aeroplano, pero también le mandó decir a Parsons que la deserción era un acto indigno y que se consideraba traicionado por él, por lo que le advirtió que no olvidaría ese abandono.
La Fuerza Aérea Carrancista
Derrocado Huerta, asume el Gobierno Constitucionalista de Venustiano Carranza, ahora con el poder del gobierno, Carranza se aboca a crear la primera fuerza aérea institucional y le encomienda a su sobrino Alberto Salinas Carranza, iniciar los trámites necesarios para la creación del Arma de Aviación del Ejército Mexicano, así como la contratación de pilotos. Esta Arma de Aviación, fue la precursora de la actual Fuerza Aérea Mexicana.
Los aviones de esa época, no estaban construidos para la guerra, por lo que no estaban artillados, ni contaban con portabombas, por lo que los combates aéreos eran a punta de pistola entre los propios pilotos, mientras que el acompañante arrojaba las bombas; por supuesto que debió parecer algo muy cómico y rudimentario, comparado con las batallas aéreas de la actualidad.
En 1916 se ven ya los últimos vestigios de la aviación villista, tras el ataque a Columbus, Nuevo México que ocasionó la Expedición Punitiva, Villa se enteró de que en la flota aérea del General Pershing venía nada menos que Edwin Parsons y Villa le ordena a Lester Barlow robar el avión de Parsons; Barlow lo roba y se lo entrega a Villa, quien con ese avión siguió desde el aire los movimientos de Pershing. Fue el último servicio que Lester Barlow prestó a la Flota Aérea de la División del Norte, antes de solicitarle a Villa su baja voluntaria e irse a trabajar para el Ejército de Estados Unidos.