JIRONES DE NIUESTRA HISTORIA
JIRONES DE NIUESTRA HISTORIA
CÓMO LOS PIRATAS, CORSARIOS Y BUCANEROS INTERVINIERON EN LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO DE MANERA DECISIVA; OTRO HECHO QUE LA HISTORIA OFICIAL ESCONDE.
Por: José Luis Jaramillo Vela
Un poco del contexto pirata y La República Pirata
Hacia los inicios de los años 1600 comienzan a llegar los primeros piratas, principalmente operando en la zona del Mar Caribe, desde ahí podían acechar a los barcos que navegaban las rutas marítimas que conectaban a Europa con América, principalmente desde Inglaterra, Holanda, Francia, Portugal y España, ya que estos países tenían colonias en el nuevo continente; para ellos las islas del Caribe eran un punto estratégico, desde ahí podían navegar y patrullar las aguas del Golfo de México, y navegar hacia el norte hasta las colonias inglesas y hacia el sur hasta Brasil y Argentina, en busca de barcos mercantes para atacar.
Pronto la región del Caribe se infestó de piratas, atraídos por los grandes cargamentos de oro y plata que salían de las colonias de América hacia Europa, muchos de ellos dejaron de asaltar en la ruta de las especias, para venirse a cometer sus actos en el Caribe; llegaron piratas principalmente ingleses, holandeses, franceses y españoles; estos delincuentes también eran bucaneros ya que robaban en tierra, atacando y saqueando las ciudades costeras, ante la poca respuesta de las autoridades; la Armada Española y la Armada Inglesa, no se daban abasto para proteger a la navegación.
En 1696, el pirata inglés Henry Avery, ante la muerte del pirata Henry Morgan, pretende erigirse como líder de los piratas del Caribe y se asienta en las Bahamas, en la isla de la Nueva Providencia, territorio de la Corona Británica, en donde sobornó con oro, plata y marfil al gobernador de las Bahamas, permitiendo que se asentaran ahí los piratas; tanta riqueza recibió el Gobernador de los piratas, que fue perdiendo poder y los piratas terminaron por tomar el control total de las Bahamas.
Ya con la zona bajo su completo poder, en 1700, los piratas ingleses Benjamín Hornigold y Henry Jennings proclaman la República Pirata, erigiéndose Ben Hornigold como primer “gobernante”; con los piratas gobernando, la población emigró de las islas y la Corona Británica parecía perder la colonia, pues ya nadie deseaba ir a gobernar ahí. La República Pirata no era un país como tal, ni estableció relaciones con otros países; era simplemente un coto de poder de los piratas, en donde podían estar a salvo de todas sus fechorías; además, a manera de Constitución, se regían por el Código del Pirata (un interesante código de doce estatutos), que se juraba con una mano sobre una botella de
ron, la otra sobre la Biblia y luego se firmaba el juramento como pirata. En 1718, el Rey Jorge I de Gran Bretaña se cansa de la situación y envía a la flota completa de la Armada Inglesa, al mando del Capitán Woodes Rogers y destierra de las Bahamas a los piratas.
Rogers recuperó las Bahamas y expulsó a los piratas, pero no los exterminó, estos se diseminaron por el Caribe y se reagruparon tiempo después en la escondida bahía de Tampa Bay en la Florida, desde donde lanzaban sus cobardes ataques a los navíos mercantes.
Los Héroes de nuestra Independencia… ¿piratas, corsarios, bucaneros y bandoleros?
La historia real de México es muy rica en hechos históricos y actos heroicos, pero también la Historia Oficial Mexicana es muy famosa por esconder la basura debajo de la alfombra y con una mano ensalzar y glorificar a ciertos hechos y personajes, mientras que con la otra esconde lo que no quiere que se sepa; no es que la Historia Oficial desconozca los hechos históricos, no, perfectamente los sabe, los conoce y los tiene archivados, simplemente esconde lo que no quiere que se conozca y para eso la Historia Oficial se pinta sola.
En el caso de los hermanos Juan Pablo, Juan José y Hermenegildo Galeana, ellos descienden de piratas, su abuelo paterno fue un pirata inglés que se retiró y se quedó a vivir en México, comprando unas tierras en el actual Estado de Guerrero, el padre de ellos también fue pirata y hay varios indicios que apuntan a que ellos también habrían sido piratas o tal vez bucaneros, ya que la historia aporta algunos datos muy precisos de ellos y sin embargo no aporta nada de datos acerca de su etapa de adolescencia y juventud; también se sabe que eran una familia acomodada, pero la historia no aporta datos sobre las actividades familiares que les dieron ese estatus; otro dato que se sabe es que de su hacienda en Tecpan (actualmente Tecpan de Galeana, Guerrero) salieron un buen número de cañones y numeroso armamento para ser utilizados en el Movimiento Insurgente y aquí surge la pregunta ¿qué persona con un modo honesto de vida guarda cañones y armamento en su propiedad?. La historia no deja muy en claro las actividades de estos tres hermanos, principalmente de Hermenegildo Galeana, quien está reconocido como Héroe de la Independencia.
Otro prócer nacional del que se tienen serias dudas es de José María Teclo Morelos y Pavón Pérez, aquí el asunto se torna más grave debido a que Morelos es uno de los máximos héroes de nuestra Independencia, sin embargo, también hay contradicciones y espacios de tiempo en oscuro durante su juventud. Se sabe que su padre Manuel Morelos, de oficio carpintero abandonó a su familia llevándose a Nicolas el mayor de sus hijos, dejando a su familia en el desamparo; es aquí donde la historia comienza a “hacerse bolas”, se dice que fue a un internado a estudiar religión, luego que se fue a la Hacienda de Tehuejo con su tío Felipe Morelos Ortuño, luego de repente aparece como carretonero transportando mercancías desde Acapulco y todo apunta a que aquí es donde está el clavo, pues al verse en apremiante necesidad a los trece años, hay indicios de que se relacionó con una banda de piratas en Acapulco y tras dedicarse a la piratería en alta mar, desembarcaban en los puertos de Guerrero y Michoacán y el joven Morelos recibía su parte del botín en dinero y en especie, y eso era lo que vendía en un carretón por los pueblos de la región y luego se volvían a hacer a la mar y así, ese carretón pasó a convertirse en una compañía de carretones de transporte de mercancías robadas. Ahí en la piratería habría conocido a Hermenegildo Galeana, aunque la historia oficial nos diga que habría sido en otras circunstancias. Un sello distintivo de su pasado como pirata es que, a partir de esta etapa, Morelos nunca se deshizo de la pañoleta que cubría su cabeza, al más puro estilo de la usanza pirata, no existe una sola imagen de Morelos sin su pañoleta pirata a la cabeza; otro rasgo característico es su conocimiento de estrategias de ataque y el uso de las armas de fuego y la espada, eso no se aprende en un convento. La Universidad de Guanajuato mantiene abierta una investigación acerca de esta etapa de la vida de Morelos.
Hay más todavía, está el caso del español Francisco Xavier Mina, de quien según dice la historia, entra al Movimiento Insurgente bajo el supuesto de una “invitación” que le hace Fray Servando Teresa de Mier en Londres; qué casualidad, cómo sabían exactamente a quienes dirigirse para “invitarlos” a sumarse al movimiento independentista; lo que no dice la historia oficial, es que Francisco Xavier Mina era un reconocido corsario que bajo una “patente de corso”, se dedicaba
a atacar y saquear buques mercantes enemigos de la Corona Española, aunque también cometía actos de piratería, e incluso de bucanero, al saquear pueblos costeros; la línea entre pirata, corsario y bucanero es muy delgada, el pirata es un delincuente que actúa en la ilegalidad, un corsario es lo mismo, pero con permiso de su gobierno y un bucanero, además de atacar naves, saquea pueblos costeros; ya en altamar y con buque a la vista, o pueblo costero aislado, fácilmente se pierde esa línea. Este hombre está también entre los héroes de la Independencia de México y sus restos están sepultados en la Columna de la Independencia.
La mano que mece la cuna interviene y asoma su rostro… desde Londres
Cuando Miguel Hidalgo arranca el Movimiento Insurgente, nunca se imaginó la cantidad de gente que se uniría a la lucha contra el dominio español y en esto influyen dos puntos clave: el primero fue al tomar como bandera el Estandarte de la Virgen de Guadalupe, supo muy bien donde mover el sentimiento de la gente; y segundo, su permisividad y muy poca o nula ética como persona, como sacerdote y como “jefe militar”, al permitir y participar él mismo en la rapiña y el saqueo a los pueblos e iglesias.
A medida en que el Ejército Insurgente crecía, se hizo necesario el abastecimiento de armas y municiones para todo el personal; llegó un momento en el que los líderes se vieron rebasados y el éxito dependía de los suministros bélicos y de equipamiento, puesto que muchos insurgentes andaban armados solo con un machete, otros con una honda y muchos más andaban en la bola, nomás a ver qué pepenaban en la rapiña y el saqueo; en cambio, el Ejército Realista del General Félix María Calleja del Rey, estaba bien armado y abastecido, y desde España continuaban llegando los suministros, por lo que el movimiento de la insurgencia corría el riesgo de fracasar.
Es entonces cuando entra en acción el verdadero líder de la insurgencia, el hombre que inició todo, quien adoctrinó a Hidalgo, Morelos y todos los insurgentes, quien ideó toda la Conspiración contra los españoles, el hombre que movía los hilos y cuya mano mecía la cuna, y quien al ser descubierto por Calleja y antes de ir a la Santa Inquisición, decidió autoexiliarse en Londres, desde donde ahora asomaba su rostro para ayudar al movimiento que él mismo creó e inició, se trata de Fray Servando Teresa de Mier, quien de inmediato actuó e hizo actuar a los líderes en México.
No es malo pedir ayuda, sino a quien se le pide…
Fray Servando Teresa de Mier, ni tardo ni perezoso se movió para buscar los apoyos necesarios para la insurgencia en México y recurrió a su amigo el Capitán Francisco Xavier Mina, corsario español ya referido líneas arriba; Mina aceptó de inmediato y en Londres buscaron los apoyos, algunos políticos ingleses, con intereses personales en México los contactaron con marinos justamente en Liverpool, el nido de piratas de Inglaterra; ahí consiguieron veinte piratas y mercenarios entre españoles, ingleses e italianos y se embarca Mina rumbo a Norfolk, Virginia y a Cuba.
Por su parte, Fray Servando Teresa de Mier busca apoyos en Baltimore, Tampa Bay, Nueva Orleans y Galveston, curiosamente, los sitios con mayor concentración de piratas, bucaneros y corsarios en Estados Unidos; es cierto que solicitó ayuda a los armadores de buques, comerciantes y a mexicanos exiliados, pero básicamente se dirigió a los piratas y éstos adoptaron una postura un tanto a la espera, pues las condiciones políticas en ese momento eran muy especiales, enseguida veremos el porqué.
Mientras tanto en México, los líderes insurgentes más visibles como Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, José María Morelos e Ignacio López Rayón, enviaron a los señores Bernardo Gutiérrez de Lara, José Manuel Herrera, y Antonio Peredo como emisarios para buscar y negociar ayuda oficial y privada; ninguno de estos emisarios logró establecer contacto a nivel gubernamental, a pesar de ir debidamente acreditados; el Presidente de Estados Unidos, James Madison ni siquiera los quiso recibir, alegando una política de neutralidad ante el conflicto; Haití por su parte, recién independizada de Francia, su presidente Alexandre Pétion no quiso problemas, pues estaban organizando al país; y así en general, los países recién liberados, ninguno quiso meterse en más problemas.
En donde sí encontraron eco las peticiones de ayuda de los insurgentes mexicanos fue en los grupos de piratas y corsarios, casi todos ellos de origen europeo y en los empresarios fabricantes y armadores de barcos de Baltimore, que eran quienes les fabricaban, reparaban y equipaban sus buques a los piratas y corsarios.
La situación política “sui generis” de ese momento
Aunque para ese momento ya había varios países independizados, tanto de Inglaterra, como de Francia y de España, la situación política en la región era muy especial; Napoleón Bonaparte tenía invadida a España y a su Rey Fernando VII lo había llevado prisionero en Francia y en su lugar había nombrado como Rey de España a su Hermano José Bonaparte, popularmente conocido como “Pepe Botellas”, por su desmedida afición al coñac; pero al mismo tiempo, Estados Unidos estaba en plena negociación con Francia por la cuestión de los finiquitos por la compra de la Luisiana y con España por la compra de la Florida, de tal modo que los gringos no querían moverse para ningún lado para no entorpecer esas negociaciones, pero de que deseaban sacar tajada de la situación de México, ni duda cabía.
En cuanto a Haití, aunque ya se habían liberado de Francia, no deseaban provocar la ira de Napoleón, quien estaba muy ocupado con sus afanes de conquistar Europa y se avecinaba una guerra con Inglaterra; los demás países que ya se habían liberado de España, estaban en reconstrucción y deseaban permanecer neutrales.
Sin embargo, la “neutralidad” era aparente, en España, aunque estaban en ese momento dominados por Francia, los Bonaparte pensaban que las cosas con respecto a la Nueva España debían seguir funcionando igual, de modo que los galeones españoles continuaban navegando hacia México, trayendo equipamiento bélico para sus soldados, dichos galeones, protegidos por buques de la Armada Española; mientras que los navíos mercantes de los países recién independizados, eran blanco de los piratas, entonces los gobiernos reaccionaron.
Y lo que se provocó fue que los gobiernos de estos países trataron con los piratas; a cambio de no atacar a sus navíos mercantes, les extendieron una “patente de corso”, de esa forma los piratas con la carta firmada por estos gobiernos se fueron a atacar a los buques españoles, considerados como el enemigo común de estos nuevos países; claro que esta estrategia se la vendieron a los insurgentes en forma de ayuda a su movimiento independentista.
El efecto fue inmediato, los ataques de los corsarios terminaron por ahuyentar a los barcos españoles de el Golfo de México y con ello se cortó el suministro bélico a las tropas realistas; por otro lado, los mismos corsarios estaban trayendo armamento y municiones a los insurgentes, ya sin la presencia de la Armada Española custodiando la región, esto por supuesto fue de gran ayuda para el Ejército Insurgente y causó estragos en el Ejército Realista; el efecto negativo fue que en las costas de Nautla, Veracruz se comenzaron a congregar piratas y corsarios de todas nacionalidades.
Sin duda la intervención de los corsarios fue de una enorme utilidad en la Guerra de Independencia, pero esto puso a los líderes insurgentes en una posición difícil, por un lado los piratas y corsarios reclamaban premios, recompensas y cotos de poder por sus servicios prestados; por otra parte países vecinos de manera oportunista y mañosa, reclamaban territorios por haber puesto a los piratas y corsarios al servicio de la Independencia de México, nada más falso, lo hicieron por su propio beneficio, pero querían aprovecharse de México, ante esta situación, parecía que los insurgentes habían hipotecado bienes nacionales por ayuda.
Sin embargo, otro giro de la historia saca del atolladero a los insurgentes mexicanos…
La estrepitosa derrota de Napoleón en Waterloo, Bélgica vuelve a cambiar el panorama político
Con la humillante y aplastante victoria de los ingleses sobre Napoleón, se acabaron los sueños napoleónicos de conquistar Europa completa; la derrota tuvo sus efectos inmediatos en Europa y en América; Francia tuvo que desocupar España, el Rey Fernando VII fue liberado y retomó la Corona Española, pero ya con varios países independizados y a punto de perder la joya de la corona, el enorme territorio de la Nueva España.
En América, España termina por vender la península de la Florida a Estados Unidos, que además, toman control y posesión de varias islas en el Caribe y liquida la Luisiana a Francia, produciendo un impacto letal para la piratería por que ya estaba atacando navíos americanos; al tener Estados Unidos ya control total en Luisiana y Florida, se va contra los piratas y los destierra de Tampa Bay, Nueva Orleans y Galveston, así como de todas sus islas en el Mar Caribe, lo que provoca una drástica reducción de piratas, corsarios y bucaneros en la región, quienes optaron por regresar a cometer sus fechorías a los mares de Asia e Indonesia y a las rutas de África y Medio Oriente.
En México, los efectos del “Napoleonazo” fueron totalmente positivos y benéficos; los piratas, que ya reclamaban derechos por sus “servicios en alta mar”, se fueron desterrando a causa de las acciones de Estados Unidos en su contra, al mismo tiempo desocuparon el enclave de Nautla, Veracruz dejando un Golfo de México libre de barcos españoles (y de piratas), causando lenta agonía al Ejército Realista y al Virreinato, que terminaría por doblar las manos y perder a la Nueva España. En cuanto a los países vecinos que reclamaban derechos por “haber puesto a los corsarios al servicio de la insurgencia”, los líderes los declararon en la ilegalidad por apoyar los actos de los piratas y con eso se los sacudieron de sus pretensiones.
Como consecuencia, España terminó por perder toda su fuerza en la Nueva España y en el Continente Americano, ocasionando la liberación e independencia de todas sus posesiones.
¡Los héroes, héroes son… pero también las cosas como son!
La historia de México está plagada de héroes y de actos heróicos que son conocidos, reconocidos, valorados y agradecidos por la Patria y por los mexicanos, no se les juzga por sus actos ni por su vida, porque los hechos ahí quedan registrados y gracias a muchas de sus acciones, se fue forjando nuestra Patria; lo que se critica es el proceder de la Historia Oficial de nuestro país, que gusta de sacar a nuestros héroes de su justa dimensión y colocarlos como dioses perfectos e impolutos, cuando en realidad fueron hombres y mujeres de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos. La Historia debe ser más objetiva, los héroes deben ser valorados en su real dimensión y rendirles el tributo y el reconocimiento ganado con sus actos en beneficio de la Patria, pero también deben ser presentados de carne y hueso, como fueron en realidad.
La crítica no es hacia ellos, es hacia la Historia Oficial por esconder y ocultar muchas cosas de nuestra historia y de nuestros héroes, datos que deben ser conocidos y contados, solo así podremos valorar en su justa medida a nuestros Héroes de la Patria y de la Nación.
Fuentes Bibliográficas:
+ mexicodesconocido.com.mx
+ bagn.archivos.gob.mx + www.ugto.mx
+ redalyc.org
+ excelsior.com.mx
+ lifeder.com
+ cndh.org.mx
+ cnnespañol.cnn.com
+ es.wikipedia.org
Por: José Luis Jaramillo Vela
Un poco del contexto pirata y La República Pirata
Hacia los inicios de los años 1600 comienzan a llegar los primeros piratas, principalmente operando en la zona del Mar Caribe, desde ahí podían acechar a los barcos que navegaban las rutas marítimas que conectaban a Europa con América, principalmente desde Inglaterra, Holanda, Francia, Portugal y España, ya que estos países tenían colonias en el nuevo continente; para ellos las islas del Caribe eran un punto estratégico, desde ahí podían navegar y patrullar las aguas del Golfo de México, y navegar hacia el norte hasta las colonias inglesas y hacia el sur hasta Brasil y Argentina, en busca de barcos mercantes para atacar.
Pronto la región del Caribe se infestó de piratas, atraídos por los grandes cargamentos de oro y plata que salían de las colonias de América hacia Europa, muchos de ellos dejaron de asaltar en la ruta de las especias, para venirse a cometer sus actos en el Caribe; llegaron piratas principalmente ingleses, holandeses, franceses y españoles; estos delincuentes también eran bucaneros ya que robaban en tierra, atacando y saqueando las ciudades costeras, ante la poca respuesta de las autoridades; la Armada Española y la Armada Inglesa, no se daban abasto para proteger a la navegación.
En 1696, el pirata inglés Henry Avery, ante la muerte del pirata Henry Morgan, pretende erigirse como líder de los piratas del Caribe y se asienta en las Bahamas, en la isla de la Nueva Providencia, territorio de la Corona Británica, en donde sobornó con oro, plata y marfil al gobernador de las Bahamas, permitiendo que se asentaran ahí los piratas; tanta riqueza recibió el Gobernador de los piratas, que fue perdiendo poder y los piratas terminaron por tomar el control total de las Bahamas.
Ya con la zona bajo su completo poder, en 1700, los piratas ingleses Benjamín Hornigold y Henry Jennings proclaman la República Pirata, erigiéndose Ben Hornigold como primer “gobernante”; con los piratas gobernando, la población emigró de las islas y la Corona Británica parecía perder la colonia, pues ya nadie deseaba ir a gobernar ahí. La República Pirata no era un país como tal, ni estableció relaciones con otros países; era simplemente un coto de poder de los piratas, en donde podían estar a salvo de todas sus fechorías; además, a manera de Constitución, se regían por el Código del Pirata (un interesante código de doce estatutos), que se juraba con una mano sobre una botella de
ron, la otra sobre la Biblia y luego se firmaba el juramento como pirata. En 1718, el Rey Jorge I de Gran Bretaña se cansa de la situación y envía a la flota completa de la Armada Inglesa, al mando del Capitán Woodes Rogers y destierra de las Bahamas a los piratas.
Rogers recuperó las Bahamas y expulsó a los piratas, pero no los exterminó, estos se diseminaron por el Caribe y se reagruparon tiempo después en la escondida bahía de Tampa Bay en la Florida, desde donde lanzaban sus cobardes ataques a los navíos mercantes.
Los Héroes de nuestra Independencia… ¿piratas, corsarios, bucaneros y bandoleros?
La historia real de México es muy rica en hechos históricos y actos heroicos, pero también la Historia Oficial Mexicana es muy famosa por esconder la basura debajo de la alfombra y con una mano ensalzar y glorificar a ciertos hechos y personajes, mientras que con la otra esconde lo que no quiere que se sepa; no es que la Historia Oficial desconozca los hechos históricos, no, perfectamente los sabe, los conoce y los tiene archivados, simplemente esconde lo que no quiere que se conozca y para eso la Historia Oficial se pinta sola.
En el caso de los hermanos Juan Pablo, Juan José y Hermenegildo Galeana, ellos descienden de piratas, su abuelo paterno fue un pirata inglés que se retiró y se quedó a vivir en México, comprando unas tierras en el actual Estado de Guerrero, el padre de ellos también fue pirata y hay varios indicios que apuntan a que ellos también habrían sido piratas o tal vez bucaneros, ya que la historia aporta algunos datos muy precisos de ellos y sin embargo no aporta nada de datos acerca de su etapa de adolescencia y juventud; también se sabe que eran una familia acomodada, pero la historia no aporta datos sobre las actividades familiares que les dieron ese estatus; otro dato que se sabe es que de su hacienda en Tecpan (actualmente Tecpan de Galeana, Guerrero) salieron un buen número de cañones y numeroso armamento para ser utilizados en el Movimiento Insurgente y aquí surge la pregunta ¿qué persona con un modo honesto de vida guarda cañones y armamento en su propiedad?. La historia no deja muy en claro las actividades de estos tres hermanos, principalmente de Hermenegildo Galeana, quien está reconocido como Héroe de la Independencia.
Otro prócer nacional del que se tienen serias dudas es de José María Teclo Morelos y Pavón Pérez, aquí el asunto se torna más grave debido a que Morelos es uno de los máximos héroes de nuestra Independencia, sin embargo, también hay contradicciones y espacios de tiempo en oscuro durante su juventud. Se sabe que su padre Manuel Morelos, de oficio carpintero abandonó a su familia llevándose a Nicolas el mayor de sus hijos, dejando a su familia en el desamparo; es aquí donde la historia comienza a “hacerse bolas”, se dice que fue a un internado a estudiar religión, luego que se fue a la Hacienda de Tehuejo con su tío Felipe Morelos Ortuño, luego de repente aparece como carretonero transportando mercancías desde Acapulco y todo apunta a que aquí es donde está el clavo, pues al verse en apremiante necesidad a los trece años, hay indicios de que se relacionó con una banda de piratas en Acapulco y tras dedicarse a la piratería en alta mar, desembarcaban en los puertos de Guerrero y Michoacán y el joven Morelos recibía su parte del botín en dinero y en especie, y eso era lo que vendía en un carretón por los pueblos de la región y luego se volvían a hacer a la mar y así, ese carretón pasó a convertirse en una compañía de carretones de transporte de mercancías robadas. Ahí en la piratería habría conocido a Hermenegildo Galeana, aunque la historia oficial nos diga que habría sido en otras circunstancias. Un sello distintivo de su pasado como pirata es que, a partir de esta etapa, Morelos nunca se deshizo de la pañoleta que cubría su cabeza, al más puro estilo de la usanza pirata, no existe una sola imagen de Morelos sin su pañoleta pirata a la cabeza; otro rasgo característico es su conocimiento de estrategias de ataque y el uso de las armas de fuego y la espada, eso no se aprende en un convento. La Universidad de Guanajuato mantiene abierta una investigación acerca de esta etapa de la vida de Morelos.
Hay más todavía, está el caso del español Francisco Xavier Mina, de quien según dice la historia, entra al Movimiento Insurgente bajo el supuesto de una “invitación” que le hace Fray Servando Teresa de Mier en Londres; qué casualidad, cómo sabían exactamente a quienes dirigirse para “invitarlos” a sumarse al movimiento independentista; lo que no dice la historia oficial, es que Francisco Xavier Mina era un reconocido corsario que bajo una “patente de corso”, se dedicaba
a atacar y saquear buques mercantes enemigos de la Corona Española, aunque también cometía actos de piratería, e incluso de bucanero, al saquear pueblos costeros; la línea entre pirata, corsario y bucanero es muy delgada, el pirata es un delincuente que actúa en la ilegalidad, un corsario es lo mismo, pero con permiso de su gobierno y un bucanero, además de atacar naves, saquea pueblos costeros; ya en altamar y con buque a la vista, o pueblo costero aislado, fácilmente se pierde esa línea. Este hombre está también entre los héroes de la Independencia de México y sus restos están sepultados en la Columna de la Independencia.
La mano que mece la cuna interviene y asoma su rostro… desde Londres
Cuando Miguel Hidalgo arranca el Movimiento Insurgente, nunca se imaginó la cantidad de gente que se uniría a la lucha contra el dominio español y en esto influyen dos puntos clave: el primero fue al tomar como bandera el Estandarte de la Virgen de Guadalupe, supo muy bien donde mover el sentimiento de la gente; y segundo, su permisividad y muy poca o nula ética como persona, como sacerdote y como “jefe militar”, al permitir y participar él mismo en la rapiña y el saqueo a los pueblos e iglesias.
A medida en que el Ejército Insurgente crecía, se hizo necesario el abastecimiento de armas y municiones para todo el personal; llegó un momento en el que los líderes se vieron rebasados y el éxito dependía de los suministros bélicos y de equipamiento, puesto que muchos insurgentes andaban armados solo con un machete, otros con una honda y muchos más andaban en la bola, nomás a ver qué pepenaban en la rapiña y el saqueo; en cambio, el Ejército Realista del General Félix María Calleja del Rey, estaba bien armado y abastecido, y desde España continuaban llegando los suministros, por lo que el movimiento de la insurgencia corría el riesgo de fracasar.
Es entonces cuando entra en acción el verdadero líder de la insurgencia, el hombre que inició todo, quien adoctrinó a Hidalgo, Morelos y todos los insurgentes, quien ideó toda la Conspiración contra los españoles, el hombre que movía los hilos y cuya mano mecía la cuna, y quien al ser descubierto por Calleja y antes de ir a la Santa Inquisición, decidió autoexiliarse en Londres, desde donde ahora asomaba su rostro para ayudar al movimiento que él mismo creó e inició, se trata de Fray Servando Teresa de Mier, quien de inmediato actuó e hizo actuar a los líderes en México.
No es malo pedir ayuda, sino a quien se le pide…
Fray Servando Teresa de Mier, ni tardo ni perezoso se movió para buscar los apoyos necesarios para la insurgencia en México y recurrió a su amigo el Capitán Francisco Xavier Mina, corsario español ya referido líneas arriba; Mina aceptó de inmediato y en Londres buscaron los apoyos, algunos políticos ingleses, con intereses personales en México los contactaron con marinos justamente en Liverpool, el nido de piratas de Inglaterra; ahí consiguieron veinte piratas y mercenarios entre españoles, ingleses e italianos y se embarca Mina rumbo a Norfolk, Virginia y a Cuba.
Por su parte, Fray Servando Teresa de Mier busca apoyos en Baltimore, Tampa Bay, Nueva Orleans y Galveston, curiosamente, los sitios con mayor concentración de piratas, bucaneros y corsarios en Estados Unidos; es cierto que solicitó ayuda a los armadores de buques, comerciantes y a mexicanos exiliados, pero básicamente se dirigió a los piratas y éstos adoptaron una postura un tanto a la espera, pues las condiciones políticas en ese momento eran muy especiales, enseguida veremos el porqué.
Mientras tanto en México, los líderes insurgentes más visibles como Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, José María Morelos e Ignacio López Rayón, enviaron a los señores Bernardo Gutiérrez de Lara, José Manuel Herrera, y Antonio Peredo como emisarios para buscar y negociar ayuda oficial y privada; ninguno de estos emisarios logró establecer contacto a nivel gubernamental, a pesar de ir debidamente acreditados; el Presidente de Estados Unidos, James Madison ni siquiera los quiso recibir, alegando una política de neutralidad ante el conflicto; Haití por su parte, recién independizada de Francia, su presidente Alexandre Pétion no quiso problemas, pues estaban organizando al país; y así en general, los países recién liberados, ninguno quiso meterse en más problemas.
En donde sí encontraron eco las peticiones de ayuda de los insurgentes mexicanos fue en los grupos de piratas y corsarios, casi todos ellos de origen europeo y en los empresarios fabricantes y armadores de barcos de Baltimore, que eran quienes les fabricaban, reparaban y equipaban sus buques a los piratas y corsarios.
La situación política “sui generis” de ese momento
Aunque para ese momento ya había varios países independizados, tanto de Inglaterra, como de Francia y de España, la situación política en la región era muy especial; Napoleón Bonaparte tenía invadida a España y a su Rey Fernando VII lo había llevado prisionero en Francia y en su lugar había nombrado como Rey de España a su Hermano José Bonaparte, popularmente conocido como “Pepe Botellas”, por su desmedida afición al coñac; pero al mismo tiempo, Estados Unidos estaba en plena negociación con Francia por la cuestión de los finiquitos por la compra de la Luisiana y con España por la compra de la Florida, de tal modo que los gringos no querían moverse para ningún lado para no entorpecer esas negociaciones, pero de que deseaban sacar tajada de la situación de México, ni duda cabía.
En cuanto a Haití, aunque ya se habían liberado de Francia, no deseaban provocar la ira de Napoleón, quien estaba muy ocupado con sus afanes de conquistar Europa y se avecinaba una guerra con Inglaterra; los demás países que ya se habían liberado de España, estaban en reconstrucción y deseaban permanecer neutrales.
Sin embargo, la “neutralidad” era aparente, en España, aunque estaban en ese momento dominados por Francia, los Bonaparte pensaban que las cosas con respecto a la Nueva España debían seguir funcionando igual, de modo que los galeones españoles continuaban navegando hacia México, trayendo equipamiento bélico para sus soldados, dichos galeones, protegidos por buques de la Armada Española; mientras que los navíos mercantes de los países recién independizados, eran blanco de los piratas, entonces los gobiernos reaccionaron.
Y lo que se provocó fue que los gobiernos de estos países trataron con los piratas; a cambio de no atacar a sus navíos mercantes, les extendieron una “patente de corso”, de esa forma los piratas con la carta firmada por estos gobiernos se fueron a atacar a los buques españoles, considerados como el enemigo común de estos nuevos países; claro que esta estrategia se la vendieron a los insurgentes en forma de ayuda a su movimiento independentista.
El efecto fue inmediato, los ataques de los corsarios terminaron por ahuyentar a los barcos españoles de el Golfo de México y con ello se cortó el suministro bélico a las tropas realistas; por otro lado, los mismos corsarios estaban trayendo armamento y municiones a los insurgentes, ya sin la presencia de la Armada Española custodiando la región, esto por supuesto fue de gran ayuda para el Ejército Insurgente y causó estragos en el Ejército Realista; el efecto negativo fue que en las costas de Nautla, Veracruz se comenzaron a congregar piratas y corsarios de todas nacionalidades.
Sin duda la intervención de los corsarios fue de una enorme utilidad en la Guerra de Independencia, pero esto puso a los líderes insurgentes en una posición difícil, por un lado los piratas y corsarios reclamaban premios, recompensas y cotos de poder por sus servicios prestados; por otra parte países vecinos de manera oportunista y mañosa, reclamaban territorios por haber puesto a los piratas y corsarios al servicio de la Independencia de México, nada más falso, lo hicieron por su propio beneficio, pero querían aprovecharse de México, ante esta situación, parecía que los insurgentes habían hipotecado bienes nacionales por ayuda.
Sin embargo, otro giro de la historia saca del atolladero a los insurgentes mexicanos…
La estrepitosa derrota de Napoleón en Waterloo, Bélgica vuelve a cambiar el panorama político
Con la humillante y aplastante victoria de los ingleses sobre Napoleón, se acabaron los sueños napoleónicos de conquistar Europa completa; la derrota tuvo sus efectos inmediatos en Europa y en América; Francia tuvo que desocupar España, el Rey Fernando VII fue liberado y retomó la Corona Española, pero ya con varios países independizados y a punto de perder la joya de la corona, el enorme territorio de la Nueva España.
En América, España termina por vender la península de la Florida a Estados Unidos, que además, toman control y posesión de varias islas en el Caribe y liquida la Luisiana a Francia, produciendo un impacto letal para la piratería por que ya estaba atacando navíos americanos; al tener Estados Unidos ya control total en Luisiana y Florida, se va contra los piratas y los destierra de Tampa Bay, Nueva Orleans y Galveston, así como de todas sus islas en el Mar Caribe, lo que provoca una drástica reducción de piratas, corsarios y bucaneros en la región, quienes optaron por regresar a cometer sus fechorías a los mares de Asia e Indonesia y a las rutas de África y Medio Oriente.
En México, los efectos del “Napoleonazo” fueron totalmente positivos y benéficos; los piratas, que ya reclamaban derechos por sus “servicios en alta mar”, se fueron desterrando a causa de las acciones de Estados Unidos en su contra, al mismo tiempo desocuparon el enclave de Nautla, Veracruz dejando un Golfo de México libre de barcos españoles (y de piratas), causando lenta agonía al Ejército Realista y al Virreinato, que terminaría por doblar las manos y perder a la Nueva España. En cuanto a los países vecinos que reclamaban derechos por “haber puesto a los corsarios al servicio de la insurgencia”, los líderes los declararon en la ilegalidad por apoyar los actos de los piratas y con eso se los sacudieron de sus pretensiones.
Como consecuencia, España terminó por perder toda su fuerza en la Nueva España y en el Continente Americano, ocasionando la liberación e independencia de todas sus posesiones.
¡Los héroes, héroes son… pero también las cosas como son!
La historia de México está plagada de héroes y de actos heróicos que son conocidos, reconocidos, valorados y agradecidos por la Patria y por los mexicanos, no se les juzga por sus actos ni por su vida, porque los hechos ahí quedan registrados y gracias a muchas de sus acciones, se fue forjando nuestra Patria; lo que se critica es el proceder de la Historia Oficial de nuestro país, que gusta de sacar a nuestros héroes de su justa dimensión y colocarlos como dioses perfectos e impolutos, cuando en realidad fueron hombres y mujeres de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos. La Historia debe ser más objetiva, los héroes deben ser valorados en su real dimensión y rendirles el tributo y el reconocimiento ganado con sus actos en beneficio de la Patria, pero también deben ser presentados de carne y hueso, como fueron en realidad.
La crítica no es hacia ellos, es hacia la Historia Oficial por esconder y ocultar muchas cosas de nuestra historia y de nuestros héroes, datos que deben ser conocidos y contados, solo así podremos valorar en su justa medida a nuestros Héroes de la Patria y de la Nación.
Fuentes Bibliográficas:
+ mexicodesconocido.com.mx
+ bagn.archivos.gob.mx + www.ugto.mx
+ redalyc.org
+ excelsior.com.mx
+ lifeder.com
+ cndh.org.mx
+ cnnespañol.cnn.com
+ es.wikipedia.org