Terminaron la malaria del Cruz Azul
EL UNIVERSAL
Jesús Corona y Julio César Domínguez, capitanes del Cruz Azul, terminaron con su malaria de no ser campeones de la Liga MX, al coronarse esta noche sobre la cancha del Estadio Azteca.
Así como La Máquina concluyó con la sequía de 23 años sin título en la competencia doméstica, este par de veteranos por fin alzaron el trofeo, tras perder cuatro y cinco finales, respectivamente.
Corona perdió una con Tecos en 2005 y «Cata» dos (2008) como celeste antes de que llegara «Chuy». Como compañeros cementeros, cayeron en tres disputas directas por la gloria de la Liga MX: Apertura 2009 (vs. Monterrey), Clausura 2013 y Apertura 2018 (frente al América).
«Hubo gente que me tiró mucha mierda, pero no juzgo a la gente, es para mi familia, lo logramos, fue para bien en aguantar todos esos años, todos esos juegos», comentó Domínguez al final de la premiación.
«Tengo que disfrutar este momento, es inolvidable. Quince años trabajé para esto, se lo dedico a mi familia en Chiapas, también para todos los trabajadores de Lagunas, de Jasso, para todo el Cruz Azul».
Por fin, este par de históricos futbolistas del Cruz Azul terminaron con su sequía personal y con la del club.
El peruano Juan Reynoso, entrenador del Cruz Azul del fútbol mexicano, elogió este domingo el humanismo de sus jugadores, a los que vio llorar en la derrota y ahora en la victoria, al conquistar el título del Clausura del fútbol mexicano.
Después de un bajo rendimiento en el primer tiempo, en el que el Santos lo dominó y tomó ventaja de 0-1 con gol del chileno Diego Valdés, el Cruz Azul empató la final de este domingo 1-1 con una diana del uruguayo Jonathan Rodríguez y ganó la serie 2-1, luego de un triunfo el jueves en el encuentro de ida.
Fue la novena estrella de los celestes, que acabaron con una sequía de 23 años y medio sin ganar un título de liga, lo cual causó la aparición de leyendas relacionadas con fantasmas malditos y burlas de los hinchas de equipos contrarios, que inventaron el verbo ‘cruzazulear’, cuyo significado fue fallar a la hora buena.
Reynoso fue el líder de la defensa y capitán del equipo de Cruz Azul campeón del torneo de invierno de 1997, la anterior ocasión en la que los celestes ganaron un campeonato, y consideró un honor haber guiado al equipo a su noveno cetro mucho tiempo después.
«Estoy sin palabras, tengo un campeonato como jugador, otro como director técnico. No son palabras menores», agregó.
Aunque todos lo elogian como el héroe que encontró al equipo roto en enero luego de una humillante eliminación en el torneo Apertura, Reynoso dejó claro que su medalla de campeón será para su maestro Enrique Meza, quien jugó con los celestes, los dirigió y los lleva en su corazón.
Si bien ha manifestado que alguna vez le gustaría dirigir a la selección de Perú, Reynoso dijo que ahora el equipo de su país está dirigido por el argentino Ricargo Gareca y es momento de respetar su proceso, mientras él espera lograr otros títulos con Cruz Azul a corto plazo.
«Me veo en el corto plazo colaborando para hacer un equipo de época y ganar campeonatos; me dio gusto que los recoge balones son gente que destaca en las inferiores; les dije que un día me van a sacar campeones», concluyó.