La actriz celebra que su primera película en cinco años se posicione entre lo más popular de Netflix mientras huye de la realidad de las malas críticas
Hace tiempo que la plataforma viene creando su propio catálogo en este subgénero de acción estrafalario e imposible que rinde homenaje al cine de los ’80. Ese que apuesta por el entretenimiento ligero entre explosiones, patadas voladoras y fórmulas gastadas. Después de que Liam Neeson, Keanu Reeves y Jason Statham lo pusieron de moda de nuevo en la gran pantalla, Netflix lo adoptó para su servicio. Pero, además de hacerlo junto a estrellas masculinas como Chris Hemsworth con las dos entregas de Misión de rescate, parece haber encontrado su propio nicho de éxito con mujeres de armas tomar.
Lo vimos con Gal Gadot en Agente Stone, con Elsa Pataky en Interceptor, Jennifer Lopez por partida doble en La madre y Atlas, y ahora con Jessica Alba. Que Netflix apueste por abrir el camino hacia la diversidad en un género que durante décadas estuvo dominado por hombres es motivo de celebración. Son propuestas repletas de clichés, de argumentos desgastados, superficialmente diseñadas para el lucimiento acrobático como hicieron Steven Seagal, Jean-Claude Van Damme o Jason Statham tantas veces. Sin embargo, en este caso en particular, todas comparten un triste denominador común que queda más en evidencia tras el estreno de Detonantes: son producciones tan malas y formuladas que ninguna se salva de las malas críticas, dejando un agujero negro en la filmografía de sus actrices aunque jueguen a esquivar la pura realidad.
La otra cara del éxito de ‘Detonantes’
Todas las producciones destacadas recibieron palos de la crítica, pero triunfaron en Netflix de todos modos. Agente Stone (con un desaprobado del 31% de la crítica en Rotten Tomatoes) fue la segunda película más vista de la plataforma en la segunda mitad de 2022 (con cerca de 110 millones de visionados), Interceptor (44%) acumuló más de 50 millones de horas vistas en poco tiempo, mientras Jennifer Lopez se ha erigido como una de las reinas del servicio arrasando con su historia de venganza en La madre (43%) siendo la sexta película más vista en la historia de Netflix con 234 millones de horas visionadas, y Atlas (19%), que suma 145 millones de horas vistas al momento de escribir este artículo (según los datos oficiales de la plataforma).
Y Detonantes no es la excepción. Esta película sobre una agente especial de las fuerzas armadas que regresa a casa para vengar la muerte de su padre, es la más vista de Netflix en gran parte del mundo desde su estreno el 21 de junio (Flix Patrol), aunque la crítica y el mismo público le esté tirando tomates con un desaprobado del 20% por parte de los especialistas y 16% por parte de la audiencia. Sin embargo, así como hicieron Gal Gadot, Elsa Pataky y Jennifer Lopez, Jessica Alba juega a vivir en una dimensión paralela donde el éxito solo se mide por los datos de audiencia y no por lo que el mundo realmente piensa.
Todas ellas participaron en el juego promocional de sus películas destacando el auge a través de sus redes sociales, promocionando imágenes de los rankings de Netflix que mostraban cómo sus producciones estaban en el #1 en diferentes países y agradeciendo a la audiencia por el éxito comercial. Pero haciendo oídos sordos a la conversación posterior. Esa donde ese mismo público que les dio la oportunidad vierte su reacción. Jessica Alba siguió la misma estrategia, sin embargo, la realidad queda en evidencia aunque ella mire hacia otro lado.
La actriz promocionó el éxito de Detonantes mostrándola en el puesto número uno entre lo más popular de Netflix, escribiendo: “Agradecida por todos los que están en Netflix y relajándose conmigo”.
No obstante, la realidad tras este presunto éxito es diferente. El desaprobado obtenido en Rotten Tomatoes, la puntuación del 4.6/10 en Imdb o los 37/100 en Metacritic, reflejan la opinión generalizada que provoca la película. Incluso en la misma publicación de la actriz encontramos a fans que la celebran por su regreso a la interpretación como heroína de acción pero, también, comentarios negativos.
“Con todos mis respetos, apagué esta película a los 30 minutos. No aconsejo que malgasten su tiempo”, escribe un usuario entre los comentarios. “Lo siento señorita Alba pero esta película es mala, muy mala, ¿por qué hace una película como esta? ¿no tiene suficiente dinero”, escribe otro.
“Tan decepcionada. La adoro como actriz pero esta película es pura basura. La mala actuación, los malos efectos, todo malo”, añade otra. “Esta película debe haber sido la peor que he visto. Y pensaba que la película de JLo era mala”, “Ella se ve genial pero dejé de ver esta película rápidamente. Aburrida, cliché, irrealista, tonta. No es buena”, sentencian otros usuarios
El error de Jessica Alba
Que Detonantes haya convocado a la audiencia de Netflix en sus primeros días no debería extrañarle a nadie. Después de todo, el cine de acción es un arma infalible para Hollywood. Tanto en la época de los videoclubs como en cines o el streaming, siempre existió un apetito insaciable por este tipo de historias que ofrecen una oportunidad de distracción pasajera entre explosiones, heroismo imposible y aires de blockbuster.
Por eso, que Jessica Alba haya optado por este género para volver al cine tras cinco años de ausencia podría ser una estrategia pensada, justamente, para llamar la atención rápido. Para recordarle a la audiencia que tiene un talento especial como mujer de armas tomar tras triunfar en sus inicios profesionales con la serie Dark Angel. Evidentemente, sacar una cinta de acción en un servicio popular supone una vía rápida para volver a conectar con la audiencia que, por ejemplo, apostar por un drama social o una producción independiente donde las trabas hacia la exposición comercial son más difíciles de superar.
Pero tras ver la malograda producción, los vacíos en su argumento vengativo, el homenaje carente de originalidad a Rambo, los clichés sobrantes con villanos corruptos y gratuitamente violentos que lanzan peyorativos hacia la comunidad latina entre pura ignorancia, y otros detalles que prefiero olvidar, no puedo evitar preguntarme si era la vía más acertada para volver al rodeo.
La actriz, que pasó el último lustro centrada en su familia y empresa The Honest Company -que abandonó en abril de este año- nunca disfrutó de una carrera bañada en aplausos de la crítica. Con la excepción de La ciudad del pecado, Machete y Stretch, sus películas no obtuvieron el beneplácito generalizado pero, aun así, siempre se mantuvo firme en la industria, saliendo y volviendo cuando le dio la gana. Sin embargo, después de cinco años desaparecida del mundo del cine, este regreso podría haberle servido para apostar por una etapa diferente donde la comercialidad y superficialidad narrativa pasara a un segundo plano para permitirle brillar como actriz desde historias que nos mostraran una cara diferente de su talento. Porque ya sabíamos que las coreografías se le dan bien, que luce de maravilla peleando y dando su merecido a los villanos de turno.
Regresar al candelero con una película tan olvidable, superficial y trivial como Detonantes refleja una oportunidad malgastada para volver por todo lo alto. Para iniciar una nueva etapa con un despliegue de talento que realmente sorprendiera.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.