JAVIER CORRAL PREPARA SU AUTOEXILIO A EL PASO, TX
Por Lorena Ruiz P.
Colaboradora
A partir de esta semana Javier Corral, gobernador de Chihuahua, se dedica a promover su IV informe de gobierno, luego de dos derrotas que lo dejaron noqueado: la negativa del Congreso del Estado para solicitar un préstamo y que Maru Campos, alcaldesa de la capital, quedara como candidata al gobierno por parte de su partido, Acción Nacional.
Javier se olvida que para llegar a la gubernatura dedicó una buena temporada a acusar a su antecesor, César Duarte, de corrupto a través de una campaña intensa en la que sumó a la sociedad con un odio a sus gobernantes, a partir de las palabras clave: «corrupción» y «cambio» (al puro estilo de López Obrador).
Ahora circula en las redes una pregunta que, al parecer, fue lanzada anónimamente por leales priistas: «¿Cuántas personas conoces que hayan sido robadas por César Duarte? y “Dame el nombre de alguna a la que la hizo daño».
Solicitan que no se digan las frases y mensajes repetidos de Javier Corral: «se robó el dinero del pueblo» «dañó a los chihuahuenses» y más. Sólo nombres de afectados.
Y luego retoman esa frase de 2018 que se viralizó: «Estábamos mejor cuando estábamos peor».
Como dicen los genéricos, que sea la justicia la que diga si cometió delitos o no y si los hizo, que pague; pero siendo fríos, a la vista está que antes se vivía mejor, que había materiales para las escuelas, para los equipos médicos, para asociaciones civiles, religiosas, campesinos, migrantes y más, lo que ahora no se ve.
¿Y la Cherokee, Apá? o sea ¿Y la atención al pueblo? Con el pretexto de que fueron los anteriores, tanto Javier Corral como López Obrador se han dedicado a vivir del pasado, a seguir en sus campañas, a querer dominar a sus partidos, a otros poderes y siguen calentando a la sociedad con eso de que los dejaron sin dinero.
López tiene tiempo de corregir. Ojalá que vivir en carne propia el Covid, sirva para ponerse en los zapatos de la gente y enmiende los tantos errores que ha tenido (es un deseo y un editorial, pero parece imposible por su actitud autoritaria) y de Javier Corral no hay qué desear pero sí mucho qué decir: prepara mediáticamente sus ataques a Duarte y a Maru Campos.
Soy periodista y sin partido político, pero mi evaluación como ciudadana me dice que Maru es la opción ante la cerrazón y disciplina de los poderes con los gobernantes.
Javier tiene unos meses para hacer un buen show, pero debe estar consiente que de llegar Maru al Gobierno del Estado, le va a pedir cuentas y a buscarlo por tanto daño que hizo y la poca obra que dejó.
Y como se ha mantenido peleando con MORENA, pues es mejor que deje su casa del Campanario en Chihuahua y se vaya a su residencia en su ciudad y país natal: El Paso, Texas, Estados Unidos de Norteamérica, pues le debe varias a Loera, Pavel y López Obrador.