Hope Hicks, directora de comunicación de la Casa Blanca y una de las figuras más fieles a Trump, presentó su dimisión, y el círculo de confianza del mandatario se reduce a la mínima expresión. Hicks, exmodelo de 29 años, llevaba casi tres años al lado del magnate y era una de sus principales confidentes.
Hicks, ferviente seguidora y creyente de Trump, se convierte en el cuarto nombre en abandonar la jefatura de comunicación de la Casa Blanca en sólo 13 meses.
La noticia llegó justo un día después de que Hicks estuviera casi nueve horas declarando en el Congreso, interrogada sobre su participación en la trama rusa. En esa sesión confesó haber dicho «mentiras piadosas», pero nunca faltar a la verdad. También se negó a responder a algunas preguntas de los congresistas, especialmente a las referentes a su periodo como funcionaria de la Casa Blanca.
Según The New York Times, la exmodelo presentó su renuncia la mañana de ayer argumentando el fin de un ciclo, el cumplimiento de metas y para buscar nuevas oportunidades. «No hay palabras suficientes para expresar mi gratitud al presidente Trump», dijo en un comunicado.
Hicks, sin experiencia política previa, era más que una jefa de comunicación: era la confidente de la familia. Inició como asesora de imagen de Ivanka Trump. De ahí pasó al patriarca, a quien acompañó como jefa de prensa de su campaña. La crisis más profunda que pasó fue la relacionada con el exsecretario de gabinete, Rob Porter, con quién mantenía una relación sentimental.
Ap
Complica. La salida de Hicks es el fin de una era y la erosión del núcleo duro de Trump.