Inscritos en este ciclo casi 25 mil estudiantes indígenas en el estado
– Son atendidos en 543 planteles distribuidos sobre todo en municipios serranos, y son apoyados con hospedaje, alimentación y uniformes en los albergues
Casi 25 mil niños y niñas originarios de comunidades indígenas rurales y urbanas en la entidad iniciaron el ciclo escolar 2019-2020, en los diversos centros a cargo de Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech).
La actual matrícula de este periodo lectivo es de 24 mil 984 estudiantes, concentrados en su mayoría en municipios serranos, aunque también hay escuelas en las ciudades como Juárez y Chihuahua.
De ese total, 630 infantes son de Educación Inicial, que estudian menores de tres años de edad, mientras que hay cuatro mil 480 de Preescolar, y 19 mil 874 en Primaria.
Niñas y niños serán atendidos en 543 escuelas, albergues y centros de trabajo, a cargo de mil 269 docentes, y de personas encargadas de cuidados maternales en el caso del nivel de Educación Inicial.
Chihuahua dispone de 120 albergues para estudiantes provenientes de pueblos originarios del estado: rarámuri, pima, guarojío y tepehuán, ubicados en los municipios con población predominantemente indígena.
Una gran parte de estos espacios son administrados por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, aunque la atención de cinco de ellos corresponde al Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de Seech, y se denominan Centros de Integración Social (CIS).
A este alumnado se le ofrecen servicios y apoyos de hospedaje, alimentación, ropa, uniformes, libros y útiles escolares.
Los CIS representan una importante forma de acercar a la población originaria a la escuela, debido a que las zonas poblacionales tienen una gran dispersión en la entidad.
Por medio de Educación Indígena se pretende que niñas y niños conserven sus raíces y el uso de su respectiva lengua materna, por lo que en los últimos años se ha trabajado en la preparación y diseño de libros de texto especiales con contenidos diseñados por docentes, asesores técnicos, habitantes y hablantes de todas ellas.
Lo anterior con el fin de que dichos textos reflejen el sentir y el pensar de las propias comunidades, al tiempo que vean reflejadas sus lenguas, costumbres, tradiciones y creencias.