Oscar A. Viramontes Olivas
En la conclusión de esta crónica, el ingeniero don Carlos había iniciado con un recorrido de prueba por las dos rutas que tenía el tranvía urbano en la ciudad de Chihuahua; una de estas, era hasta el Santuario de Guadalupe, él, se bajó junto a sus acompañantes, los cuales, se quedaron ahí para también dar gracias a la Guadalupana; don Carlos, entró por la puerta principal, miró al cielo y dio gracias, así mismo, el trayecto de ida y vuelta solo le llevó al ingeniero 45 minutos, más el tiempo dentro de la iglesia. El tranvía de Chihuahua tenía básicamente dos rutas: entre las dos estaciones del ferrocarril y entre los templos de Nombre de Dios y el Santuario de Guadalupe. La terminal de los tranvías estaba a unas pocas cuadras al Este de la estación del Ferrocarril Central Mexicano (hoy el conservatorio de música).
En el regreso y a su paso por las calles de la ciudad, numerosos contingentes de ciudadanos desde una hora antes, esperaban el paso del aparato motorizado, recibiéndolo repetidamente con estruendosos aplausos y hurras a favor de la compañía que había implementado en Chihuahua tan útil mejora. Al siguiente día, nuestro personaje principal, el ingeniero don Carlos Millán, encargado del proyecto, realizó una nueva prueba hacia otros rumbos de la ciudad de Chihuahua, para lo cual, habían sido invitados numerosas personas que a su paso lo vitoreaban. Ahora, el tranvía se encaminaba al barrio del Pacífico y a la naciente colonia Dale. La inauguración estaba planeada para el domingo 4 de octubre de 1908 a eso de las once de la mañana, según un comunicado que trascendió de la oficina de la misma compañía.
Ya descansando el ingeniero en la terminal de ferrocarriles, se puso a platicar como mi abuelo Antonio, el cual, le comentaba que entre las personalidades que estarían en el acto inaugural, serían el mismo Gobernador del estado, don Enrique C. Creel, junto a un programa de eventos como la presencia de un grupo musical que amenizaría el momento; un discurso del señor licenciado Juan Prieto Quemper y finalmente, el mismo gobernador declararía inaugurado el servicio de tranvías eléctricos y todas las personas ahí invitadas se les pediría abordar sus coches que recorrerían junto al tranvía todas las líneas y rutas ya establecidas.
Se llegó el gran día, era domingo con un sol muy brillante, pero con un frío que a la larga calaba. Un día donde se percibía el entusiasmo de toda la gente de Chihuahua de diferentes clases sociales que, de manera espontánea, estaban en espera por celebrar un momento muy importante para la ciudad, la inauguración del servicio de tranvías eléctricos urbanos. Por toda la avenida Juárez, un sin número de familias se empezaban a congregar hasta llegar a la estación y a colocarse en el mejor lugar, como si se tratara de un desfile. Con mucha impaciencia esperaban se iniciara el evento.Ya muy cerca de la estación de tranvías eléctricos, gran número de carruajes, automóviles y peatones, esperaban mientras en el interior del edificio y en uno de sus más amplios salones, una concurrencia selecta y numerosa se congregaba.
A las once en punto, ocupó el lugar de honor que de antemano se le había designado al señor Gobernador del estado, don Enrique C. Creel, teniendo a su derecha al Exmo. Sr. Barón Radowitz, encargado de Negocios del Imperio Alemán y a su izquierda, al general don José María De la Vega, Jefe de la 2ª Zona Militar. En el mismo estrado, tomó asiento el gerente de la compañía, el ingeniero don Carlos A. Malán y principales accionistas de este enorme proyecto que ya era una realidad en la ciudad de Chihuahua. Ya estando todos en posición, comenzaba lo que todos esperaban, caras felices y orgullosas de sus autoridades, miraban y escuchaban con atención todo lo que hay en el estrado se empezaba a gestar. Con un inicio estrepitoso, gracias a las hermosas melodías que interpretaba para la solemne ceremonia de inauguración, la Banda del 3er. Regimiento de Caballería, que fuera la parte introductoria para que los discursos que vendrían a continuación, no fueran tan aburridos para la gran mayoría de los asistentes.
En primer lugar, le tocó hablar al licenciado Juan Prieto Quemper, quién, vestía un elegante traje de ceda, hecho en la ciudad de París, el cual, con voz ronca y emocionada comenzó su discurso, dirigiéndose en primera instancia a los invitados especiales. Comenzaba hablando de la importancia que había tenido la electricidad en el progreso de las comunidades y cómo había evolucionado en los últimos años, hasta tratar de utilizarla como medio de locomoción. Al llegar a este punto, el orador tuvo frases de encomio para la Compañía que, estaba impulsando en la ciudad de Chihuahua, el uso del tren eléctrico. Prieto Quemper, concluía su intervención, haciendo una remembranza de la toma de posesión del Gobierno Constitucional del Estado por don Enrique C. Creel el 4 de octubre del año 1907, así como un reconocimiento especial para él.
Por fin terminaba Quemper su largo discurso, el cual, fue secundado por un enorme aplauso por parte de la numerosa muchedumbre que se había dado cita al evento. Después de él, le tocaba al gobernadorCreel, para dirigir unas palabras a todos los asistentes. Se levantó de su silla, se colocó en el ambón y acomodándose su gran bigote y con la frente en alto empezó diciendo: “Estimados compatriotas, hoy es un día muy especial para Chihuahua; hoy, se consolidan los sueños de muchas personas en hacer realidad lo que por bastante tiempo se había planeado. No cabe duda que todos estaremos contentos de poder hacer uso de los tranvías eléctricos que hoy 4 de octubre de 1908 son ya una realidad; así mismo, quiero hacer un reconociendo al trabajo que han realizado técnicos y personal de la Compañía Eléctrica y los Ferrocarriles de Chihuahua, S.A. por su decidida acción en pro del beneficio de todos los chihuahuenses; por tal motivo, siendo las 11:40 de la mañana del día 4 de octubre de 1908, declaro inaugurado todo el sistema férreo de Tranvías Eléctricos Urbanos de Chihuahua”. De esta manera concluye el gobernador de Chihuahua, Enrique C. Creel.
Con estas palabras, las hurras y aplausos de la gente y con la diana de la Banda militar, el acto quedaba finiquitado; el gobernador Creel, tendía sus manos al señor Barón Von Radowitz, haciendo votos fervientes por el progreso de la compañía y de los Ferrocarriles de Chihuahua.Al terminar los protocolos establecidos, todos los automotores, llevando en su parte superior tiras con lienzos de colores nacionales, fueron ocupados por las personalidades invitadas al acto para ser los recorridos por las diversas líneas, siendo ovacionados y aclamadas a su paso.Por la línea del Pacífico, llegaron a la Escuela Modelo (20 de Noviembre y Ocampo), tomando la vía que conduce a la recién formada colonia Dale, la cual con sus edificios modernos y sus numerosas construcciones, extendida en una altiplanicie que descubría un hermoso panorama.
Así desde las dos de la tarde de ese mismo día, los tranvías quedaban al servicio público y a esa hora y mucho después de las diez de la noche, hubo un tráfico constante; la animación y entusiasmo no decayeron ni un solo minuto, pues la muchedumbre ávida de conocer las nuevas líneas y pasear en los flamantes coches, los tomaba por asalto, lo que dificultaba encontrar un asiento para ir sentados. El reloj daba las 8:30 de la noche, donde aparecieron algunos carros extras iluminados exteriormente con foquillos de colores, que fueron ocupadas por distinguidas familias invitadas a conocer las instalaciones, las que sintieron el verdadero sacrificio del “jodido” que tendría que utilizar estos colectivos de aquí en adelante.La noche invadía cada extremo, cada rincón de ese día 4 de octubre de 1908 y el Ingeniero don Carlos A. Malán, encargado técnico del proyecto, se dirigía a su casa satisfecho por esta fecha que marcaría un precedente en la vida urbana de la ciudad de Chihuahua. Finalmente, pasaron los años y junto al conflicto revolucionario, los tranvías libraron los sin sabores de la guerra y de la crisis, pero al pasar este desafortunado evento y entrada la década de los 20s, para ser más precisos en 1922, los Tranvías Eléctricos Urbanos de Chihuahua, terminarían su recorrido por las calles de Chihuahua y de esta manera, una luz se apagaba para siempre, ya no habría más y las unidades se confinarían al corralón de la chatarra, anunciado una época muy importante para Chihuahua.
De esta forma, terminaban las notas que un día había descubierto en los archivos que tenía mi abuelo Antonio en su estudio, pero que me hicieron transportarme a una época preciosa que vivieron los chihuahuenses. ¡Así sea!
El contenido de esta crónica es con fines de investigación, sin ánimo de lucro, por lo que no viola derechos de propiedad intelectual ni derechos conexos. “Inauguración del Tranvía Eléctrico Urbano de la ciudad de Chihuahua (1908)”, forma parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas de mis Recuerdos. Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos del I al XII adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No. 111) y Bodega de Libros. Si usted está interesado en los libros, mande un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.
Fuentes:
Profesor Antonio Olivas Robles.
Fotos: Allen Morrison, 2007.
Archivo Histórico del Municipio de Chihuahua.
Periódico El Independiente, 1908.
violioscar@gmail.com