Con la cinta Glass llega a su fin la trilogía que Shyamalan ideó con mucha discreción desde hace casi dos décadas
Ahora la historia concluye con la tercera y última cinta: Glass, que da cierre a la saga al incluir también a Samuel L. Jackson, que en el año 2000 participó en la primera entrega. En esta nueva historia, los tres personajes se encuentran en un hospital psiquiátrico donde la Doctora Ellie Staple, interpretada por Sarah Paulson, se hace cargo de los tres.
“Las preguntas dominantes de esta película son: ¿Qué tenemos todos en nuestro interior? ¿Es bueno creer que somos capaces de cualquier cosa y de todo? ¿Deberíamos dudar? ¿Cuánta seriedad queremos darle a nuestra propia creencia? Es interesante considerar ese proceso de pensamiento interno”, explica la ganadora del Globo de Oro.
La Doctora Ellie Staple tiene una especialidad en tratar pacientes que están convencidos de contar con poderes especiales, creyendo ser superhéroes. “Glass no está situada en un mundo de fantasía. Es la realidad. Entonces, ¿qué sucede cuando realmente crees que tienes súper poderes y que puedes ser un superhumano?”, añade la actriz.
Para involucrarse en este mundo, gran parte de la filmación se realizó dentro de un hospital psiquiátrico real que se encontraba abandonado en Filadelfia. “Es un lugar que da miedo. A veces, cuando íbamos del set al baño, teníamos que caminar solos por esos corredores, entre algunas curvas y cambios de dirección. Es un poco escalofriante”, recuerda Samuel L. Jackson, que da vida a Mr. Glass.
Y aunque ahora luzca sedado y en una silla de ruedas, el actor anticipa que poco ha cambiado en la personalidad de Elijah Price. “Es casi el mismo, aún es muy calculador, muy observador y aún es fuerte. Fue aislado recientemente, y esto le dio mucho más tiempo para formular opiniones, formular planes y para profundizar mucho más en lo que él cree”, explica.
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El nominado al Oscar se reencontró con su papel como Elijah Price luego de casi dos décadas. Jackson formó parte de El protegido, que coprotagonizó con Bruce Willis, y con quien ya había trabajado previamente en Pulp fiction. “Siempre disfruto de trabajar con Bruce. Es un personaje muy fácil y puedo adaptarme muy bien a sus formas de actuar”, dice.
El cierre de la trilogía capta especial atención luego del éxito de Fragmentado, que llamó la atención por el trabajo histriónico de James McAvoy y las 23 personalidades a las que daba vida, entre ellas La bestia, la más temida de todas, y por la que se desencadena la historia detrás de Glass.
“Fue imposible para mí no estremecerme en asombro cada vez que él dejaba un personaje para entrar en otro. Desde el punto de vista de la actuación, fue terriblemente inspirador, y pude utilizar parte de esa respuesta emocional para la Dra. Staple, para que se conmoviera por lo que estaba presenciando”, destaca Paulson.