Cierta ocasión durante una entrevista de prensa en Venezuela le preguntaron a Carlos Villagrán quién era su personaje entrañable en la serie El chavo del 8; sin dudarlo, el famoso Quico respondió que Don Ramón. Y en efecto, el actor Ramón Valdés se quedó en el corazón de millones de espectadores en gran parte del planeta donde, incluso aún, continúa transmitiéndose la popular serie de la televisión mexicana.
Era, para el chavito, Ron Damón; el padre de La Chilindrina y el amor platónico de la Bruja del 71; el holgazán de la vecindad habitualmente cacheteado por Doña Florinda y, en síntesis, la “chusma, chusma” para el propio Quico. Pero más allá de su labor en los programas de Roberto Gómez Bolaños, el actor nacido en Ciudad de México el 2 de septiembre de 1923, realizó una larga carrera artística de más de 40 años que incluyó casi un centenar de películas. Murió un día como hoy, hace 30 años. Ramón Antonio Esteban Gómez de Valdés y Castillo, (Ciudad de México, 2 de septiembre de 1923 – ibídem, 9 de agosto de 1988), mejor conocido como Ramón Valdés, fue un actor y humorista mexicano. El origen de su carrera se remonta a la Época de oro del cine mexicano, al lado de sus hermanos Germán Valdés Tin Tán, Manuel «El Loco» Valdés y Antonio «El Ratón» Valdés. Se hizo famoso en muchos países de Latinoamérica por sus actuaciones en la serie televisiva El Chavo del Ocho, interpretando el personaje Don Ramón además de aparecer también de forma esporádica en las series El Chapulín Colorado y Chespirito.
Enfermedad y fallecimiento
Valdés tenía una adicción fuerte al tabaco y solía fumar incluso durante la filmación de los diferentes programas de Chespirito, lo que le causó cáncer de estómago, que le fue detectado a inicios de los años 80. Se dice que Emilio Azcárraga Milmo, presidente de Televisa, había prohibido a todo el personal fumar dentro de las instalaciones pero se lo permitió a Valdés debido a su estrecha amistad. Alrededor de 1985, fue sometido a una cirugía del estómago para reducirlo a la tercera parte; sin embargo ya era demasiado tarde: el cáncer había hecho metástasis en su médula espinal. Por ese motivo, médicamente fue desahuciado y recibió solo ciertos cuidados paliativos en los siguientes tres años de su vida.
Aún con el peso de la enfermedad, siguió haciendo giras con su circo, entreteniendo a los niños, quienes sentían apego por él. Perú sería el último país que visitaría fuera de México, pues allí sentiría el empeoramiento de su enfermedad, lo que lo obligaría a retornar. Su tarea con su circo y el programa de comedia «¡Ah qué Kiko!» quedaría inconclusa debido a ese mal. Todo esto ocurrió en 1987.
Su agonía se sentía entre sus más allegados, entre ellos sus compañeros de las series de Chespirito, Angelines Fernández, Carlos Villagrán, Edgar Vivar, Rubén Aguirre y Maria Antonieta de las Nieves. Después de dos semanas de quedar sedado para evitar el dolor, fallece el 9 de agosto de 1988 a los 64 años de edad.
Su funeral fue igualmente modesto pero recordado, de modo que algunos de sus compañeros se apresuraron en terminar sus giras para poder acompañar a la familia en las exequias correspondientes. Asimismo algunos de los actores que compartieron escenario con él dieron el pésame a la familia respetuosamente puesto que fue una persona querida debido tanto a su personalidad fuera de cámaras como por sus personajes.
Entre quienes dieron el pésame fueron algunos de sus compañeros como Carlos Villagrán, Édgar Vivar, Rubén Aguirre, Horacio Gómez y Angelines Fernández. María Antonieta de las Nieves quien no asistió, fue una de las más afectadas y lamentó mucho no haber estado con él en sus últimos momentos de vida, ya que se encontraba con su circo en Perú. A pesar de todo, Chespirito no asistió al responso funerario, cosa que, según él, le pesó mucho. Fue sepultado en los Mausoleos el Ángel.
El diario peruano El Comercio lo recuerda con admiración y cariño: “El querido artista mexicano quedó en la retina de millones de personas alrededor del mundo”. Y agrega: “Desplegó su talento interpretando diversos personajes en teatro, cine y televisión. En el recuerdo quedaron imágenes de sus giras por toda Latinoamérica junto al elenco de El chavo del 8”.
En Italia, el nombre de su personaje cambió un poco: Bartolomeo; mientras en Brasil, donde el programa es considerado “inmortal” y se le rinde una “extraña adoración”, se llama Seu Madruga.