Hoy, 23 de marzo, se cumplen ocho años del asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea, y, lamentablemente, el caso sigue envuelto en la impunidad. A pesar de las investigaciones y los esfuerzos de su familia, organizaciones defensoras de la libertad de expresión y la sociedad civil, el autor intelectual del crimen sigue libre, al igual que varios de sus cómplices.
Durante estos ocho años, solo dos personas han sido detenidas y sentenciadas por su participación en el asesinato: Juan Carlos M.O., conocido como “El Larry”, y Hugo Amed S.A., exalcalde de Chínipas. Ambos fueron señalados por la Fiscalía General de la República como colaboradores clave en la planificación y ejecución del crimen. Sin embargo, el principal responsable intelectual del asesinato sigue prófugo.
El asesinato de Miroslava Breach, quien investigaba los vínculos entre grupos criminales y políticos en la región de la Sierra Tarahumara, se produjo el 23 de marzo de 2017, cuando tres individuos llegaron hasta su casa en Chihuahua y la ejecutaron. La investigación señala a José Crispín S.Z., alias “El Tío Pin”, como el autor intelectual del crimen. Él es considerado el principal operador del grupo criminal Los Salazar, un cartel de gran poder en la región. A pesar de que en 2020 fue incluido en la lista de objetivos prioritarios de las autoridades, sigue sin ser capturado.
El caso de Miroslava Breach ha revelado las profundas complicidades entre políticos y criminales, particularmente en las áreas rurales de Chihuahua, donde la corrupción y la violencia parecen ser la norma. A lo largo de las investigaciones, se ha descubierto que, además de José Crispín, hubo intentos de intimidación y amenazas a Miroslava por parte de miembros del Partido Acción Nacional (PAN), que buscaban evitar que la periodista continuara publicando información sobre los vínculos del grupo criminal con la política local.
En los últimos días, un mural en honor a Miroslava fue develado en la Plaza Francisco Zarco, en la Ciudad de México, como parte de un acto simbólico para mantener viva su memoria y exigir justicia. En la ceremonia, su hermana, Rosy Breach Velducea, destacó la importancia de seguir luchando por la verdad y el esclarecimiento del crimen, a pesar de la falta de avances significativos en la investigación.
El mural, que lleva la frase «El silencio es complicidad», es una muestra más de la creciente preocupación por la seguridad de los periodistas en México, donde cada vez más comunicadores enfrentan amenazas y violencia debido a su labor de informar.
A lo largo de los años, diversas organizaciones como Artículo 19, Reporteros Sin Fronteras y Propuesta Cívica han seguido de cerca el caso de Miroslava, exigiendo que las autoridades sigan buscando a los responsables y que se logre, finalmente, una justicia plena.
A ocho años del asesinato, el clamor por la captura de los responsables intelectuales y materiales sigue vigente. Las familias de las víctimas, como la de Miroslava, no cejan en su lucha por la verdad. Pero, mientras el principal autor intelectual continúe libre, la impunidad será una sombra que persiga a la justicia en México.