Va aquí, el resto de la historia…
Escrita en romance octosílabo (Con-la-Carga-o-Musa-a-Cuestas) y luego concebida en Quintillas tal cual se indica en la introducción, sabemos que dicha obra fue publicitada en la Gazeta de México N° 61 (diciembre de 1732) como Descripción de las fiestas y corridas de toros con que celebró México la reconquista de Orán por las armas católicas de Felipe V, por D (…), natural de México. México, 1732, originalmente por la imprenta de los Herederos Miguel de Ribera.
Sin embargo, y de acuerdo a la inserción aparecida en la propia Gazeta fue José Bernardo de Hogal el encargado de esto, procurándole otro título: Descripción segunda de las Fiestas, que celebró esta Nobilísima Ciudad de México, a la feliz Restauración de la Plaza de Orán, en África. Escrita por el Br. D. Bernardino de Salvatierra, y Garnica (…). Sin embargo, en la propia inserción se indica que esa y otras dos publicaciones saldrían donde esta Gazeta. A lo anterior, deberá agregarse que existe el que finalmente aparece en el manuscrito «Fiestas de gobierno que hizo México a la toma de Orán». Y como en un enredo teatral, nos quedamos con tres diferentes títulos y solo uno verídico.
Sin el impreso, y ahora contando con un manuscrito -sujeto de especulaciones-, vale la pena mencionar que se trata de una “Descripción de fiestas”, la cual consta de 94 quintillas o 470 versos, escritas en un estilo llano, popular, donde falta el referente de los grandes poetas y se acerca más a los poetastros.
Por su extensión, es imposible darla a conocer totalmente. Sin embargo, conviene elegir algunas de sus partes que permitan conocer el tono lúdico, tanto del autor como de las celebraciones. Vale advertir que se respetan algunas formas del estilo y escritura tal cual fueron concebidas.
Fiestas de gobierno que hizo México a la toma de Orán. Quintillas.
(. . . . .)
De Clarines y Timbales
al trote; digo al Compás
por la Ciudad y arrabales
publican fiestas, nomas
y quedan deseando reales; (65)
(. . . . .)
Hambre canina en sus lloros
Ostentan y así parleros
Dicen aunque con desdoros
Tan a nuestra hambre y Carneros
no bastan? Pues vengan Toros. (105)
Por toros su hambre se abraza
(que es cosa al fin de valor)
Y para que en esta traza
Lo coman todo mejor
Reparten ellos la plaza. (110)
Nueve mil y más se atreve
A sacar de ella su resto
Todo a casa se nos lleve
Porque se ha de sacar esto
Y aquello; fuera ser nieve (115)
(. . . . .)
Primero lo consumido
en remendar a hilo de oro
tal cual toreador vestido
que las ahujas de un toro
mejor habían cosido; (125)
Y también en capas crujientes
media pieza que gastó
fe escarlata y adherentes
porque las guardadas, no
retaban ya para gentes. (130)
Y también seda de coser
para con las viejas capas
remendar y componer
las mulas y sus gualdrapas
que no se podían tener. (135)
Y también para guarnición
de las libreas abiertas
vaciadas a la función?
gastaron tan buenas fuerzas
Como ellos; dos de listón. (140)
Y porque dizque hubo
medido todo, una el sastre
el Conde que lo midió
entendiendo ya el de Sastre
de la obra se lo bajó. (145)
Ni una hebra desperdiciaron
aun las hilachas cogieron
mas por lo que publicaron
Vamos a ver lo que hicieron
después de lo que gastaron. (150)
Toros: En cuya friolera
o plaza de Vista cara
al santo pastor de esta hera.
para que se calentara
dieron solo una lumbrera. (155)
Rebatióla, como un maíz
y fue la acción acertada?
pues su urbano estilo ensayo
por no servir para nada?
se la envió con un lacayo. (160)
Prosiguió el trato grosero
y en tan escasa fortuna
al grave Pastor del Clero
viendo que no le cuadra una
dieron tres; por su dinero (165)
Toros; flacos y entablados
con quien más bravos y fuertes
fueron cuartones, parados
pues estos no hicieron muertes
e hiciéronlas los tablados? (170)
Más; porque se consumiesen
menos toros, cuatro galgos
que aunque la plaza corriesen
para que liebres cogiesen
les habían de decir; galgos. (175)
(. . . . .)
en la otra semana afana
su hambre lo que regulado
a medio partir se gana
y toros por lo ganado
quisieran cada semana. (185)
En esta en que se esmeraban
más, en lo que disponían.
Carreras, y toros traban;
pero los toros corrían
y los caballos golpeaban. (190)
Castillo de tales mañas
arman de Oran al entrego
que en su fábricas extrañas
antes de ponerte fuego
mostraba que era de cañas. (195)
fiestas disponen que creerse
de carrera bien pudieran
tal que sin llegar a hacerse
si tuvieran vergüenza, eran
las fiestas para correrse. (200)
Despeados los moros hallo
aun no corriendo; porque
andaban (aquí entra andallo)
Seis moros hembras a pie
y doce hombres a caballo. (205)
Sus atavíos no alabo
pues los cristianos traperos
con listón en crin y razo
iban sin cabos, en cueros
y el gran turco con su cabo. (210)
Galas dignas de que fiel
la pluma haga de ellas suma
Sirviendo a Oran. Cartel
Penachos, doce de a pluma.
Turbantes, seis de papel. (215)
Al topetearse primero
que a mostrar su agilidad
se echaron como al carnero
por una como Ciudad
doce como caballeros (220)
parten dos y yo al Mirallos
Viendo su juego perdido
dejo ya de murmurallos
pues les gana hasta el sentido
un topetón de caballos. (225)
Al ver el lance fatal
del Castillo al lecho en tropa
llevan a uno por su mal
pues en oficio y en ropa
era cama de hospital (230)
Al Conde o a el fierabrás
de carrera trujamante
Grita el pueblo; fiestas das
no empezadas por delante
y acabadas por detrás. (235)
(. . . . .)
Carnaval vino un dislate
vino un toro en que se ve
Carne de puerco y zacate
tan poco y tan pobre que
todo estaba; en un petate. (245)
Esto da, ya el agenciarlo
Sacando pesos a cientos
para el castillo y armarlo
de los que armaron; trescientos
dice que vale al quemarlo. (250)
Con eso quedan vizarros
de cuernos; mostrando en suma
su economía y desgarros;
mas no larguemos la pluma
que van saliendo los carros. (255)
Obra es suya y de la cola
de un Criollo que se trata
Gachupín de vino y ola
tan hambriento tras la plata
que es el Marqués de Guardiola. (260)
Cinco dispone su ahínco
con artificios tan nuevos
que en su número lo finco
porque en Carros como expuestos
nos dice cuantas son cinco. (265)
(. . . . .)
Dentro de las Musas francas
Tienen flor de harina pura
y númen de pies; y aún zancas
con babas por levadura
amazaba tortas; blancas. (330)
El dice y su vena pica
poniendo espuela al pegaso
de un gran Capitán la pica
porque también el parnaso
Tiene un salteador garnica. [sic](335)
(. . . . .)
Poeta lego el ajuste
le dio con pies de plomo
y para que de ello guste
le mató al pegaso el lomo
Con un romanzón de fuste. (395)
(. . . . .)
Canto de estas fiestas ha hecho
Poeta de escalera abajo
de los que haciendo el estrecho
Toman para sí el trabajo
y para hogal el provecho. (455)
Mas no es fiel su retrato
ni sus facciones compuestas
y solo doy de barato
que quiso hacer grandes fiestas
que quedó el Conde chato. (460)
en cierta plaza por esta
acción, ver si se acomoda
quiere; y oir por V. E. puesta
que si es (para tragar) boda
y para (que gane) fiesta. (465)
Esto el virrey le responde
cuando llega a presentarse
Salese y no sabe donde
y yo se vino a quedarse
aun en esto Chato el Conde. (470)
(Una rúbrica o remate)
El verso 335, es el único indicativo en el que el autor se autorefiere, tanto con la quintilla previa como con la posterior, único medio para decodificar la posibilidad en la que, detrás de dicha construcción se encuentre el propio Bernardino de Salvatierra y Garnica, “escaso poeta, pero buen versificador” (Andrés Henestrosa, dixit). Y luego, las que entre los versos 451 y 455 mencionan esa marcada sospecha en la que finalmente José Bernardo de Hogal haya sido quien sacara provecho de aquella madeja sin solución.
También van las últimas tres quintillas, que son el cierre contundente de esta tan peculiar como curiosa forma literaria por medio de la cual podemos entender una apreciación más sobre el desarrollo de aquellas fiestas, que se comprende fueron “cosa muy de ver”.
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«…fiestas y corridas de toros con que celebró México…»
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