JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
HÉROES OLVIDADOS. GENERAL RAFAEL BUELNA, EL BUEN CIUDADANO, “EL GRANITO DE ORO”; EL JOVENCITO QUE COMANDÓ LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN LA COSTA DEL PACÍFICO NORTE.
Sin penurias, pero de un espíritu indomable
Rafael Buelna Tenorio nació el 23 de mayo de 1890 en Mocorito, Sinaloa; sus padres Pedro Buelna Pérez, abogado y agricultor, su madre Marcelina Tenorio, dedicada al hogar y a sus hijos; los Buelna no eran ricos, pero nunca pasaron penurias de ningún tipo, ni él ni su hermano Miguel. Desde el seno familiar Rafael mostró signos de un carácter y un espíritu inquebrantable y una fuerza personal y moral que lo distinguía de los demás niños.
A la edad de ocho años inicia su educación primaria y luego la secundaria en Mocorito, ingresa al Colegio Civil Rosales de Culiacán (actual Universidad Autónoma de Sinaloa), en donde ya mostraba una gran audacia, inteligencia y liderazgo y comienza en el periodismo, colaborando con “El Decano de Sinaloa”; a los diecisiete años, es expulsado del Colegio Rosales por dirigir una manifestación estudiantil a favor de la candidatura de José Ferrel y Félix a la gubernatura del Estado y por si fuera poco, tuvo la osadía de acudir a la oficina del entonces Gobernador del Estado, Diego Redo de la Vega para exigirle su renuncia por inepto y corrupto; Redo con la mayor tranquilidad le dice: “mire Buelnita, usted es un buen ciudadano, aléjese de estos mitotes de la política y dedíquese a eso, a ser un ciudadano”; a partir de ahí, muchos lo conocieron como “El Ciudadano Buelna”. Entonces se dirige a Mazatlán en donde ejerce el periodismo en el diario “El Correo de la Tarde” de Mazatlán, es justamente ahí en donde comienza a darse cuenta de las injusticias sociales, conoce a Francisco I. Madero, se pone a sus órdenes y funda el “Club Democrático de Mazatlán”.
Guadalajara, Abogado, México
En Guadalajara hace su carrera de abogado, a la vez que se convierte en un periodista de tiempo completo en “La Gaceta de Guadalajara” para poder pagar sus estudios de Derecho; siguiendo a Madero, marcha hacia la Ciudad de México en donde el joven Buelna observa con decepción el envejecimiento del régimen porfirista que trata de ocultar su declive, con fastuosas fiestas y ceremonias, mientras que por otras partes campea la desigualdad social, aunque Buelna no deja de reconocer el enorme impulso económico y de modernidad que Porfirio Díaz le dio al país, pero de todos modos decide abrazar el Maderismo y luchar contra el régimen porfirista.
Ahí en la Ciudad de México, Rafael Buelna se compromete con Madero a levantar el movimiento revolucionario en Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco; Madero le dice que en Sonora ya tiene al General Álvaro Obregón y otros generales como Plutarco Elías Calles, Benjamín Hill y el General Ángel Flores, quien aunque era sinaloense, siempre actuó al lado de Obregón y el grupo de “Los Sonorenses”, ellos formaban la “División del Noroeste” que se encargarían de Sonora y la Baja California, por lo que Madero le pide al jovencito Buelna unirse al General Martín Espinoza y levantar el movimiento en Jalisco, Nayarit y Sinaloa.
Regreso a Guadalajara y de lleno a la Revolución Mexicana
La vida de Rafael Buelna fue muy corta, pues murió a los 34 años, y su vida revolucionaria fue mucho más corta, pero fue muy intensa y Buelna dejó toda su vida sobre los campos de batalla, buscando un México mejor. En 1910 después de conferenciar con Madero en la Ciudad de México, regresa a Guadalajara y conforme a lo pactado con Madero, se pone a las órdenes del General Martín Espinoza y se levantan en armas en Jalisco, rápidamente controlan el oeste y el noroeste del Estado, junto con el Estado de Nayarit, bajo el control del maderismo; Madero nombra Gobernador de Nayarit al General Martín Espinoza y este a su vez, nombra como Secretario General al ahora Coronel Rafael Buelna.
Cuando Victoriano Huerta asesina a Madero y usurpa el poder, comienza la persecución de todos los maderistas; en Nayarit, el Gobernador, General Martín Espinoza y el Secretario General, Coronel Rafael Buelna, son perseguidos y deben salir huyendo con rumbo a la sierra en los límites con Durango y Sinaloa, ya no tenían tropa ni ejército, estaban en huída ellos dos solos; ahí, en plena sierra, el General Martín Espinoza deja solo al Coronel Buelna y emprende por otro rumbo.
Buelna recurre a un gran amigo suyo, el entonces Coronel Enrique Estrada Reynoso, un valeroso zacatecano quien también tiene su buena historia dentro de la Revolución; ambos acuerdan juntarse en Culiacán, en donde Buelna reúne un ejército de 1300 hombres con la finalidad de hacerse con el control de Sinaloa, Nayarit y Jalisco, aunque ahora el nuevo jefe era Venustiano Carranza al frente del Gobierno y del Ejército Constitucionalista, la Revolución Mexicana había tomado otro giro: derrocar al tirano Victoriano Huerta.
Venustiano Carranza le dió toda la confianza a Buelna en la costa del Pacífico y le otorgó el nombramiento de General de Brigada; ahora el General Buelna tenía bajo su mando a su amigo el Coronel Enrique Estrada, a sus lugartenientes Vidal Soto y Rafael Garay y un estado de fuerza de 1500 hombres; con ellos tomó el norte de Sinaloa, Culiacán, Mazatlán, y todos los pueblos intermedios, hasta tomar San Blas, Nayarit, donde retrocedió para establecer su cuartel general en Escuinapa, Sinaloa, en donde decomisó treinta barras de plata y oro, mismas que destinó una parte para acuñar su propia moneda y otra parte para comprar armamento y municiones.
Primeros roces con Álvaro Obregón
Con la plata y el oro decomisado y con el consentimiento de Venustiano Carranza, el General Buelna envía a su hermano Miguel a Nogales, Arizona para comprar armas, municiones y equipamiento para sus hombres; mientras que el General Buelna esperaba ansioso el tren en el que venía su hermano con el armamento, éste era detenido en San Blas, Sinaloa por el General Álvaro Obregón, Jefe del Ejército del Noroeste, quien al ver miles de rifles y revólveres y millones de balas lo cuestiona, informándole Miguel que son para la tropa de su hermano el General Rafael Buelna.
Obregón le permite seguir pero le envía el mensaje a Buelna de que ahora él es el comandante; por su parte, Buelna al recibir el armamento y el mensaje de Obregón se echó a reír pero también se preocupó, pues avizoró problemas con Obregón y la respuesta de Buelna fue de que él no tenía mando ni sobre el General Buelna ni sobre sus tropas; poco le duró el gusto, al día siguiente recibe un telegrama de Carranza, donde se le informa que queda bajo las órdenes del General Álvaro Obregón como Jefe del Ejército del Noroeste; Buelna le responde a Carranza lo siguiente: “¿Qué
acaso la revolución no cuenta con hombres más valiosos que Obregón?”, por su parte Carranza fiel a su estilo diplomático y conciliador, convence al joven Buelna para ponerse a las órdenes de Obregón.
Obregón establece su cuartel general en Mazatlán y Buelna tiene que concentrarse ahí y dejar Escuinapa, Obregón al conocerlo queda impresionado por la juventud del General Buelna y por su cara de niño, que lo hacía ver aún más joven de lo que era; su primer encuentro fue rasposo pero Buelna se sujetó al mando de Obregón, quien por su parte le informa que avanzarán sobre Tepic para hacerse con el control de Nayarit y lo designa para que junto con sus tropas, sean la vanguardia del Ejército del Noroeste, algo que en la milicia significa un alto grado de confianza.
El General Rafael Buelna y sus tropas, como vanguardia del Ejército del Noroeste, en duras batallas derrotan a las tropas federales y se hacen con el control de Acaponeta, Santiago Ixcuintla y Tepic, Nayarit; Obregón estaba asombrado de la bravura del jovencillo general, pero viene otro roce entre ambos: al tener el control de Nayarit, Buelna nombra como Gobernador del Estado al Lic. Carlos Echeverría y como Jefe Militar a su lugarteniente Rafael Garay y se viene otro problema.
El General Obregón le hace saber al General Buelna en tono molesto, que no tiene autoridad para otorgar nombramientos y procede a quitar a la gente de Buelna para nombrar gente de su confianza, Buelna se le encara diciendo que de ninguna manera va a remover a su gente; aquí vuelve a interceder Carranza para calmar a estos dos bravos y aguerridos generales y convence a Obregón de aceptar y respetar los nombramientos que hizo Buelna.
Obregón acepta la orden de Carranza, pero ya advierte en el joven general una verdadera amenaza y lo que hace profundiza más la brecha que hay entre los dos. En su cuartel General de Mazatlán, Obregón manda llamar a Buelna para decirle que acepta los nombramientos que hizo, pero le ordena que la mitad de sus tropas, aproximadamente unos ochocientos hombres, pasan al mando del General Ángel Flores y el General Rafael Buelna queda relevado de la vanguardia del Ejército del Noroeste y con la otra mitad de su gente, pasará a cubrir la retaguardia, por lo que es enviado a Culiacán, con la orden de cuidar las espaldas del Ejército.
Este fue un duro golpe, Buelna se sintió profundamente herido, lastimado y traicionado por Obregón, de estar a la vanguardia conquistando plazas y abriendo camino, ahora debía permanecer atrás, en la cola, cuidando que las plazas conquistadas no se sublevaran y además le habían quitado la mitad de sus tropas. Justo en esas fechas, Buelna se entera de que Obregón está pactando con los funcionarios huertistas para facilitarles su huida de Sonora, Sinaloa y Nayarit, a través de Topolobampo y Mazatlán hacia Manzanillo, todo ello a cambio de buenas cantidades de dinero.
Obregón no solo había traicionado a Buelna, sino que con estas corruptelas, estaba también traicionando al movimiento revolucionario, por lo que decide actuar; reúne a su Estado Mayor y les expone la problemática con Obregón y decide que la única opción es capturar y fusilar a Obregón, es apoyado por su gente de confianza. Ante la sorpresa de todos, el osado y joven General Buelna, se le planta a Obregón, lo captura y lo hace prisionero con la orden de fusilarlo; con Obregón en el paredón y el pelotón de fusilamiento listo, intervienen los Generales Lucio Blanco y Manuel M. Diéguez y tras una larga conferencia, convencen a Buelna de respetar la vida de Obregón.
El General Buelna a las filas del Zapatismo
Tras el rompimiento con Obregón, el General Rafael Buelna se refugia por un breve tiempo en las filas del Ejército Libertador del Sur, Emiliano Zapata le dice que sabe de su valentía, de su arrojo y bravura y que lo respeta mucho como militar, pero que le sería más útil en lo político que en lo militar, debido a que toda su tropa se la había quedado Obregón.
Buelna formó parte del grupo que ayudó a Zapata en la elaboración del Plan de Ayala y fue integrante del grupo de veintiséis que fueron en la Comisión Zapatista que representó al Ejército Libertador del Sur en la Convención de Aguascalientes, convocada por Venustiano Carranza. Estando en Aguascalientes se reencuentra con sus anteriores
tropas, formando parte de Obregón y se le adhieren de nuevo; por otra parte, el temible General Rodolfo Fierro se le acerca y le dice que el General Pancho Villa desea conocerlo.
El General Buelna a las filas del Villismo
Pancho Villa se le queda viendo al joven Buelna, preguntándose como alguien tan joven ya era General probado y comprobado, también se preguntaba como es que había tenido los tamaños para enfrentar a Obregón, hacerlo prisionero y ordenar fusilarlo, las causas que lo salvaron son otra cosa, pero los tamaños los tiene…en todo eso pensaba Villa cuando se presentó ante él el General Rafael Buelna.
Después de los respectivos saludos militares protocolarios, Villa le dice que está muy informado de sus hazañas revolucionarias, lo felicita y le dice que las puertas de la División del Norte están abiertas para él y sus tropas si así lo desean; Buelna por su parte no ocultaba su admiración, estaba frente a la máxima figura de la Revolución Mexicana, el hombre más respetado, temido y admirado que le ofrecía unirse a la poderosa División del Norte, que en ese momento superaba los cuarenta mil hombres.
Buelna, sin dudarlo, acepta el ofrecimiento de Villa, quien le deja muy en claro que en la División del Norte el mando es él y sus órdenes se cumplen; Buelna se incorpora a la División del Norte y muy rápido demuestra en batalla sus arrojos y bravura, ganándose el respeto ni más ni menos que de los Generales Felipe Ángeles, Manuel Chao, Tomás Urbina y Rodolfo Fierro y por supuesto del mismo Pancho Villa, quien ante un grupo de periodistas y delante de la tropa lo felicitó y le dijo: “Muchachito Buelna, es usted un verdadero granito de oro en todo este mitote, Venustiano Carranza no se equivocó al hacerlo General” y a partir de ahí se le quedó el apodo que llevaría el resto de su corta vida: “Granito de Oro”.
Gobernador y Jefe Político de Nayarit
En 1914 Pancho Villa que era Gobernador de Chihuahua, le sugiere a Carranza que el General Buelna está listo para ser jefe de una región, Carranza lo nombra Gobernador de Nayarit y Jefe Militar de Sinaloa, Nayarit y Jalisco; entonces Buelna debe separarse de la División del Norte, algunos historiadores mencionan una ruptura entre Villa y Buelna, nunca hubo tal, la situación fue esa, el nombramiento que le dio Carranza lo obligaba a ir a cumplir sus nuevos encargos.
Más adelante, por razones desconocidas rompe con Carranza y se auto exilia en Estados Unidos, el mismo Carranza le hace efectivo el exilio y no le permite regresar al país durante un buen tiempo.
Increíble pero cierto, Obregón le permite regresar a México
En 1920 el General Álvaro Obregón asume la Presidencia de la República y nombra como Secretario de Guerra y Marina al General Enrique Estrada, el gran amigo de Buelna y por increíble que parezca, el Presidente Obregón acepta de buen grado el regreso del General Rafael Buelna a México; y no solo eso, también lo nombra Secretario Particular del General Enrique Estrada, Secretario de Guerra y Marina.
Más tarde, el propio Obregón lo nombra Comandante General de la Zona Militar de Jalisco, en donde Buelna duró hasta el momento en que el Presidente Obregón impuso como candidato presidencial al General Plutarco Elías Calles, se le rebelan a Obregón las tres quintas partes del Ejército, y Buelna estaba en la parte opositora a Calles; el General Ángel Flores, Gobernador de Sinaloa y leal a Obregón y Calles, lo desconoce como Jefe Militar de Sinaloa y entonces Buelna se une al bando de Adolfo de la Huerta, buscando que Calles no llegara al poder.
El General Rafael Buelna perdona la vida al General Lázaro Cárdenas
Estando luchando al lado de Adolfo de la Huerta, Buelna y sus tropas avanzaban hacia la Ciudad de México cuando en la Sierra de Michoacán sostienen un duro enfrentamiento con las tropas obregonistas al mando del General Lázaro Cárdenas del Río, el General Buelna derrota al General Cárdenas, quien resultó herido en la batalla y fue hecho prisionero junto con el resto de sus tropas.
El General Buelna le ordena a Rafael Garay y a Vidal Soto fusilar a los prisioneros y le dice al General Cárdenas: “Usted General Cárdenas, queda en libertad”, y el General Lázaro Cárdenas, erguido a pesar de estar herido, y con todo su orgullo de militar le responde: “No señor General Buelna, si usted va a fusilar a mis valientes hombres, entonces me fusila junto con ellos”. Ese mismo día, el General Lázaro Cárdenas y todos sus hombres quedaron en libertad.
La muerte de El Granito de Oro
El 23 de enero de 1924, apenas unos cuantos días después de haber derrotado al General Cárdenas, el General Rafael Buelna y sus tropas toman la ciudad de Morelia, al finalizar la batalla recibe dos balazos y cae muerto, próximo a cumplir 34 años, dejando viuda a su esposa y sus dos hijos Rafael y Pablo Buelna Sarriá.
Legado del General Rafael Buelna “El Granito de Oro”
+ En 1934, asume como Presidente de la República el General Lázaro Cárdenas del Río y ordena que los restos del General Rafael Buelna Tenorio sean trasladados del panteón de Morelia, Michoacán, a Culiacán, Sinaloa, donde deberá ser sepultado con todos los honores militares junto a los Sinaloenses Ilustres.
+ En el año 2013, el veterano Director de Cine, Felipe Cazals filma la película “El Ciudadano Buelna”, filmada en Mocorito, El Fuerte, Los Mochis y Cosalá, para dar el pizarrazo inicial de la película, fue invitado Pablo Buelna Sarriá, que tenía una edad de 92 años, hijo del General Rafael Buelna Tenorio. Pablo Buelna falleció en 2015.
+ En 1954, la Universidad Autónoma de Sinaloa le pone el nombre de Rafael Buelna Tenorio al edificio de las oficinas de la Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa.
+ Cada 23 de mayo (día de su nacimiento), la Universidad Autónoma de Sinaloa celebra el Día del Estudiante Universitario y se realiza el “Concurso Académico Rafael Buelna Tenorio”.
+ El 22 de enero de 1974, el Gobernador de Sinaloa, Alfredo Valdés Montoya declara al General Rafael Buelna Tenorio, como “Hijo Predilecto de Sinaloa” y se inscribe su nombre con letras de oro en el Congreso del Estado de Sinaloa.
+ El General Rafael Buelna tuvo en sus manos las vidas de dos futuros Presidentes de México, General Álvaro Obregón Salido y General Lázaro Cárdenas del Río; de haber procedido a su fusilamiento, no sabemos qué México tendríamos hoy, pero el rumbo de la historia habría sido otro.
Fuentes Bibliográficas:
+ cndh.org.mx
+ archivos.juridicas.unam.mx
+ elsoldesinaloa.com.mx
+ wikisinaloa.org
+ liderempresarial.com
+ noroeste.com.mx
+ lavozdelnorte.com.mx
+ mexicana.cultura.gob.mx
+ mazatlaninteractivo.com.mx
+ es.wikipedia.org