JIRONES DE NUESTRA HISTORIA. HÉROES OLVIDADOS (II)
HÉROES INJUSTAMENTE OLVIDADOS POR LA HISTORIA Y POR LO TANTO, DESCONOCIDOS PARA LA GRAN MAYORÍA DE LOS MEXICANOS. GENERAL DE DIVISIÓN DIÓDORO CORELLA.
Por: José Luis Jaramillo Vela
En esta columna de temas históricos “Jirones de Nuestra Historia”, se abrió un espacio para todos aquellos personajes que han sido injustamente tratados por la historia, u olvidados por ella y por consecuencia, prácticamente desconocidos para muchos mexicanos; ellos, según la humilde opinión de este servidor, con sus acciones, aportaron un gran servicio a la Patria y por ese motivo los hemos llamado como los “Héroes Olvidados”.
General de División Diódoro Corella
Perteneciente a una rica, acaudalada y poderosa familia, cuyos orígenes se remontan al año 1070 en los Reinos de Navarra y Aragón en España; linaje fundado por el poderoso señor de Navarra y Aragón, Don Iñigo de Barbatuerta, los Corella muy rápido se esparcieron por todo el reino; fieles al estilo católico de la Corona Española, los Corella aportaron una gran cantidad de religiosos para las órdenes católicas españolas.
En 1575, los Corella inician su migración hacia el nuevo continente, estableciéndose en Honduras y de ahí a la región de Centroamérica, en donde produjeron gran cantidad de curas, frailes y sacerdotes. En el año 1700, otra rama de los Corella llega a la Nueva España y se asientan en Arispe, Sonora, que por cierto, cuando llegan los Corella, pretenden cambiar el nombre a “Nueva Navarra”, provocando la molestia no solo de los habitantes, sino de las tribus Ópatas, ya que el nombre del pueblo procede de la lengua ópata “Arihpa”, que significa “Lugar de hormigas bravas o de hormigas coloradas” y no tiene nada que ver
con el apellido Arizpe de origen vasco; además, por aquellas fechas era la capital de la “Intendencia de Arispe”, que ocupaba los actuales Estados de Sonora y Sinaloa y es por eso que el nombre se escribe con ese y no con zeta como el apellido.
Diódoro Corella Bustillos nace en 1838 en Arispe, Sonora, en el seno de una familia muy poderosa económica y políticamente en toda la región; hijo de Ignacio Corella Quiroga y de Malaquías Bustillos. La rama de los Corella afincados en Sonora no produjo curas ni frailes ni hombres de religión, los Corella de Sonora produjeron políticos, ricos rancheros, hacendados y militares, hombres de armas que ayudaron a crear el imperio económico de los Corella en Sonora.
Los inicios de Diódoro Corella
Muy temprano, Diódoro ya daba muestras de su interés por la milicia y las armas; le tocó vivir una época muy difícil para el país, con la despótica dictadura del excéntrico y megalómano López de Santa Anna, el Gobierno Itinerante de Juárez, la Segunda Intervención Francesa y la Guerra de Reforma y las múltiples batallas que a partir de esos conflictos se generaron; fue una etapa muy turbulenta para México.
A pesar de su corta vida (38 años), Diódoro siempre estuvo en permanente combate y en los frentes de batalla, librando una tras otra guerra, tal vez cada una con diferentes motivos, pero fue un hombre curtido por completo en los fragores de la guerra. Le tocó pelear bajo las órdenes y al lado de dos de los más grandes militares que ha dado nuestro país, los Generales Porfirio Díaz y Sóstenes Rocha; después las circunstancias políticas lo confrontaron con Porfirio.
El 11 de marzo de 1854, con solo dieciseis años el muchachito Diódoro Corella se enlista como soldado raso en la Compañía de la Guardia Nacional de Guaymas, Sonora; muchos se preguntaban por qué un joven proveniente de una familia tan prominente y poderosa como los Corella, llegaba como soldado raso; simplemente porque el joven Diódoro, pensaba que solo desde abajo se podían conocer las entrañas de la milicia, la exigencia del servicio, la dura disciplina y el recibir, acatar y cumplir órdenes, haciendo los méritos para acceder a las promociones, era la forma correcta de escalar los niveles de la cadena de mando, porque para saber dar órdenes, hay que saber primero acatarlas y cumplirlas.
Llegando y bailando
Apenas unos cuantos días después de haberse enrolado, es enviado al campo de batalla; el Conde Gastón de Raoussett-Boulbon, un mercenario, filibustero y aventurero francés, junto con sus secuaces Charles de Pindray y Lepine de Segondis, al frente de 400 mercenarios franceses, alemanes y chilenos, desembarcan en Guaymas, con la intención de invadir a Sonora; el Gobernador, General José María Yáñez al frente de las tropas los combate, los derrota y fusila a Gastón de Raoussett. En esa batalla, el joven soldado Diódoro Corella llamó la atención de sus superiores por su fuerza y bravura desplegadas en combate.
Recién expulsados los mercenarios, es enviado al Valle del Yaqui, el General Ignacio Comonfort había estallado la Revolución de Ayutla para derrocar a Santa Anna y los indios Yaquis se habían levantado en
armas; en esa batalla, Diódoro volvió a dar muestras de su valor como militar y una vez terminada la batalla, es ascendido a Cabo y es enviado al “Batallón Cazadores de Moctezuma”; más adelante obtiene el grado de Sargento; luego el grado de Alférez y es enviado al agrupamiento de las “Compañías de las Fronteras”, donde obtiene el grado de Teniente. En ese lapso de tiempo participó en las batallas de Guaymas, Llano de Dolores, Soyopa, Cerro Tordillo, La Pitahaya, Santa Cruz del Mayo y Cócorit; fue en esas batallas donde hizo los méritos y logró sus ascensos.
El 6 de marzo de 1858, el Teniente Diódoro Corella es puesto al mando del “Primer Batallón de Ures”, como Jefe de Escoltas del Gobernador del Estado, General Ignacio Pesqueira (padre); es aquí en donde Diódoro comienza a mostrar su indoblegable lealtad hacia quienes son sus jefes y hacia quienes le tienden la mano. También es en esta etapa en donde se va forjando su inquebrantable lealtad hacia Benito Juárez y a la República.
A pelear las grandes batallas nacionales y cubrirse de gloria, la Guerra de Reforma
Hasta ese momento, el Teniente Diódoro Corella ya había peleado diez u once batallas, todas ellas conflictos locales en Sonora y la expulsión de los mercenarios de Raoussett; ahora había estallado la “Guerra de Reforma”, misma que durante tres años enfrentaría a Liberales contra Conservadores y que tuvo un alto costo económico y en vidas para México. Los Liberales encabezados por el Presidente Benito Juárez, José María Iglesias y Porfirio Díaz; los Conservadores, encabezados por los Generales Juan Nepomuceno Almonte (hijo de José María Morelos), Tomas Mejía y Miguel Miramón.
La Guerra de Reforma estalló en todo el territorio nacional y el Teniente Diódoro Corella es puesto por el Gobernador Pesqueira bajo las órdenes de otro ilustre Arispense, el General Jesús García Morales, un férreo defensor de la República y del Juarismo, formando la “Brigada de Occidente” y son enviados a pelear contra las fuerzas conservadoras a Sinaloa, que se estaban ya sublevando contra el Gobierno de Juárez; fueron en apoyo del General Plácido Vega, liberal pero que no contaba con gente ni equipo.
El Teniente Corella, al frente de una compañía, derrota al General Conservador Manuel Arteaga, en la Batalla de la Noria en Mocorito, Sinaloa, Arteaga huye hacia el puerto de Altata y de ahí se embarca hacia la capital Mazatlán; con esta acción de guerra, el Teniente Diódoro Corella allanó el camino para que el General García Morales entrara a Culiacán; por esta valiente acción, el Teniente Corella es ascendido a Capitán.
De Culiacán parten las tropas liberales hacia la capital Mazatlán que estaba en poder de las tropas conservadoras al mando del temible General Leonardo Márquez, conocido como “El Carnicero de Tacubaya”, los liberales no pueden tomar control y son repelidos, retirándose a Cosalá, donde se les une el General José Esteban Coronado que venía en apoyo desde Chihuahua y también el grupo de Fortino León en la Concordia; ahora el bando liberal ya contaba con dos mil elementos.
El derrotado y huído General Manuel Arteaga, trata de sorprender a una compañía de tropas liberales que se encontraban reconociendo el terreno en Los Mimbres, cerca de Cosalá y los ataca; para su sorpresa, el Capitán Diódoro Corella estaba al mando y lo vuelve a derrotar y Arteaga vuelve a huir rumbo a Mazatlán; Corella lo persigue, pero se da cuenta de que nada puede hacer solo y regresa a informar de lo sucedido al General Jesús García Morales.
Los Generales García Morales y Esteban Coronado envían al Capitán Corella a combatir al General Estevez que al frente de una tropa de conservadores había tomado Ahome, Sinaloa (actual Los Mochis), con intenciones de avanzar a Sonora; El Capitán Corella y sus tropas derrotan a Estevez, liberan Ahome y disuelven el levantamiento y de nuevo les lleva buenas cuentas a sus Generales, quienes deciden asaltar de una vez por todas a Mazatlán, sacar a los conservadores y liberar la capital.
El 3 de abril de 1859, las tropas liberales al mando de los Generales Jesús García Morales, José Esteban Coronado y el Capitán Diódoro Corella toman Mazatlán, derrotando a los conservadores y liberando al puerto; los jefes conservadores huyen de Mazatlán ayudados por la Marina Inglesa que se encontraba en apoyo al Partido Conservador de México. Por sus triunfos en la Batalla de Los Mimbres, en la Batalla de Ahome y sus acciones en la Toma de Mazatlán, el Capitán Diódoro Corella es ascendido a Mayor.
De ahí es asignado al “Batallón Pánuco”,con el que participó y contribuyó a ganar las batallas de Escuinapa, Santiago Ixcuintla, Tepic y El Espinal, derrotando a los conservadores de Nayarit y por esos méritos es ascendido a Teniente Coronel-
La Segunda Intervención Francesa
Terminada la Guerra de Reforma, el General Plácido Vega Daza, Gobernador de Sinaloa, asciende al grado de Coronel a Diódoro Corella Bustillos y lo nombra Comandante del Segundo Batallón de Sinaloa; la responsabilidad del Coronel Corella y sus tropas, era la de mantener el orden y la tranquilidad desde Culiacán hacia el norte hasta los límites con Sonora, Chihuahua y Durango.
En 1862 ocurre la Segunda Intervención Francesa y el país vuelve a perder la tranquilidad, Napoleón Bonaparte, aliado con el Partido Conservador de México está decidido a acabar con Juárez y su gobierno y apuntalar de una vez al Emperador Maximiliano de Habsburgo; la orden era asesinar a Juárez a como diera lugar.
El Presidente Benito Juárez se ve en la necesidad de reforzar al Ejército de la República y solicita apoyo a los gobernadores liberales, el Gobierno de Sinaloa responde enviando al Segundo Batallón de Sinaloa al mando del Coronel Diódoro Corella, quien una vez presentado con sus tropas en la Ciudad de México, es puesto bajo las órdenes directas del General Porfirio Díaz.
Para enfrentar a la invasión francesa, la operación estaba a cargo del General Ignacio Zaragoza Seguín, Jefe del Ejército de Oriente, quien asumió la defensa del sur y sureste, y designó a Porfirio Díaz como responsable de la defensa de la Patria en el Estado de México, en Michoacán y Guerrero, y para allá fue el Coronel Corella a defender al país.
Bajo las órdenes de Porfirio Díaz, el Coronel Corella participa en la Batalla de Tlalpujahua, derrotando al conservador General Huitrón; participó con Porfirio Díaz en la Toma de Taxco; en la batalla de San Lorenzo es puesto bajo las órdenes de los Generales Plácido Vega Daza, Ignacio Comonfort y Ángel Trías Álvarez, perdiendo la batalla frente al General Elle-Fréderic Forey.
En el Sitio de Oaxaca, cae prisionero de guerra en poder de los franceses; el General Francois Achille Bazain sabía del poderío económico de la familia de Corella y quizá por ese motivo le dispensó un trato
preferencial como prisionero de guerra, situación que Corella aprovechó para servir a su país, ya que eso le permitió poder enterarse de muchas cosas al interior del entorno del ejército francés y decidió actuar como espía e informar de ello al ejército mexicano; toda la información que Corella proveía acerca de los movimientos de los franceses, era enviada a través del General Ramón Corona, encargado por el General Zaragoza para ser enlace con los franceses para los prisioneros de guerra.
Los altos mandos mexicanos y franceses, General Zaragoza y Conde de Lorencez, acuerdan un intercambio de prisioneros y designan a los Generales Ramón Corona Madrigal y Armand Alexandre de Castagny como enlaces y acuerdan que el Coronel Diódoro Corella sea el que opere el intercambio, incluido él mismo. Pero Castagny le tenía reservada una sorpresa nada cómoda ni agradable.
El General Castagny, quien ya sospechaba que Corella le pasaba información a los mexicanos, lo saca de la lista de prisioneros y lo hace firmar un documento en el que se compromete a rendir obediencia al gobierno francés y reunir una fuerza de militares mexicanos inconformes contra México, para servir a Maximiliano. El Coronel Corella se niega a traicionar a su patria y prefiere ser fusilado; Castagny le entrega al General Bazaine las pruebas de que Corella pasaba información a los mexicanos y éste decide desterrarlo a San Francisco, California.
En el destierro, Corella hace otro servicio a la patria, a través de la cadena de mando del ejército, hace llegar información al Presidente Juárez de que está en posibilidades de conseguir apoyos en California, para enviar miles de armas y municiones al Ejército Mexicano, Juárez se lo agradece y designa al General Plácido Vega Daza para que reciba las armas.
El 7 de agosto de 1866, en total clandestinidad y por la noche, el Coronel Diódoro Corella desembarca en un punto cercano a Topolobampo, Sinaloa, conocido como Boca de Piedras con un enorme cargamento de armas y municiones para el Ejército Mexicano; sorteando las dificultades y por la vía de Choix, Sinaloa y Guazapares, Chihuahua, Corella entrega las armas al Presidente Benito Juárez en Chihuahua; Juárez le agradece sus servicios a la Patria y a la República y lo nombra Comandante del Batallón de la Guardia Nacional en Durango.
En Zacatecas, el Coronel Diódoro Corella salva la vida de Benito Juárez y su comitiva
En diciembre de 1866, Napoleón anuncia el retiro de las tropas francesas de México, en parte por las derrotas cada vez más frecuentes de sus tropas y en parte porque se dio cuenta de que Maximiliano era un monarca débil y no vió más motivo para seguir apoyando su imperio y prácticamente lo dejó solo a su suerte. Juárez desde Paso del Norte ordena expulsar definitivamente a los invasores e inicia su regreso hacia la Ciudad de México, para restablecer su gobierno; al mismo tiempo, ordena al General Mariano Escobedo perseguir y capturar a Maximiliano y evitar que huyera del país. La invasión francesa ya era una debacle, acumulaban derrotas y una gran deserción de soldados que se quedaban en México o se cruzaban a Estados Unidos; los Generales traidores mexicanos se estaban quedando solos y sabían el futuro que les aguardaba. Uno de ellos, el principal, era el General Miguel Miramón.
El 20 de enero de 1867, Miguel Miramón, junto con el General Castagny se enteran de que el Presidente Juárez estaba por arribar a Zacatecas, procedente de Chihuahua y decide ir por su cabeza; Castagny recibe
la orden de Lorencez de no ir por Juárez, ya no era su prioridad, ellos estaban reuniendo a sus tropas para concentrarlas en Veracruz e ir preparando la retirada de México.
Al mismo tiempo, el Coronel Corella al frente de la Guardia Nacional de Durango, escolta al Presidente Juárez y su comitiva hasta Zacatecas, ahí se enteran de que Miramón y sus tropas están a las afueras de Guadalupe, Zacatecas con la intención de asesinar a Juárez; el Presidente es informado, pero no le da importancia, porque él estaba viendo la algarabía popular por la inminente victoria de la República, pero Corella no lo veía igual y elaboró un plan de escape. Pero Miramón también tenía gente vigilando las salidas.
La madrugada del 27 de enero de 1867, sale el convoy juarista rumbo a San Luis Potosí, pero el Presidente Juárez y sus funcionarios ya no iban ahí; el Coronel Diódoro Corella ordenó al Coronel Silvestre Aranda hacerse cargo de la batalla, mientras él, una pequeña escolta y la escolta presidencial sacaban a lomo de caballo al Presidente Juárez de la refriega, hasta llevarlos a San Luis Potosí, en donde son informados de que el Coronel Silvestre Aranda había derrotado y hecho prisionero al General Miguel Miramón.
En San Luis Potosí, el Presidente Benito Juárez le expresa al Coronel Diódoro Corella el profundo agradecimiento por haberle salvado la vida; por su parte Corella le reafirma su inquebrantable lealtad a él y a la Patria. “Ha brindado usted tres servicios a su Patria en unos cuantos meses y la Patria se lo agradece eternamente”, dijo Juárez.
Una vez fusilados Maximilano de Habsburgo, y los traidores a la patria, Generales degradados Miguel Miramón y Tomás Mejía, y restablecida la República Mexicana, el Presidente Benito Juárez ordena al Secretario de Guerra y Marina, General Ignacio Mejía, que el Coronel Diódoro Corella sea ascendido a General Brigadier.
La vida da vueltas, ahora el General Corella se enfrenta a Porfirio Díaz
En 1871 Porfirio Díaz lanza “El Plan de la Noria” y se levanta en armas para derrocar a Benito Juárez e instalarse él mismo; el Presidente Juárez de inmediato se prepara para desarmar el complot porfirista; Juárez tenía bajo su mando una baraja de valiosos militares muy leales a la Patria; el Secretario de Guerra y Marina, General Ignacio Mejía designa como encargado de operar la defensa al brillante General de División Sóstenes Rocha, quien integra un estado mayor con los Generales Alatorre, Corella, Pesqueira, Mariscal y Revueltas.
La revuelta de Porfirio fue aplacada y la puntilla se la dieron el General Diódoro Corella en La Bufa, Zacatecas, con solo mil hombres derrotó a los Generales Porfiristas Trinidad García de la Cadena, Donato Guerra y Jerónimo Treviño quienes traían una fuerza de cuatro mil hombres;
Como reconocimiento a su valor y a sus acciones de guerra, el Presidente Juárez designa al General Diódoro Corella como Gobernador de San Luis Potosí.
Muere Juárez y gana las elecciones Sebastián Lerdo de Tejada; Corella le jura lealtad y muere defendiéndolo
Al asumir la Presidencia Sebastián Lerdo de Tejada, el General Corella le jura la misma lealtad que a Juárez y así se conduce; durante el periodo de Lerdo, Corella fue muy favorecido tanto por el Presidente Lerdo como por el General Mejía.
En 1876 Porfirio Diaz vuelve a levantarse en armas con el Plan de Tuxtepec, ahora para derrocar a Lerdo de Tejada; el General Diódoro Corella es enviado a Tuxtepec, Oaxaca para tratar de evitar que creciera el conflicto; el 14 de junio de 1876 el General Corella se encontraba en Puebla, en tránsito a Tuxtepec, cuando recibe la noticia de que por orden del Presidente Lerdo de Tejada ha sido ascendido a General de División.
Al día siguiente, 15 de junio de 1876, en un enfrentamiento contra Porfirio Díaz en el Cañón de San Juan Epatlán, Puebla, pierde la vida en combate al recibir esquirlas de metralla de cañón en el rostro.
El Presidente Sebastián Lerdo de Tejada recibe la noticia con mucha tristeza y ordena que sus restos sean sepultados en la Rotonda de las Personas Ilustres, con todos los honores militares que corresponden a un General de División caído en cumplimiento del más alto honor que es servir a la Patria.
General de División Diódoro Corella Bustillos, único sonorense en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Curiosidades del destino
Meses atrás publiqué la historia del Coronel Jesús Zambrano, quien entre otras cosas, se encargó de salvaguardar la vida del Presidente Juárez en su trayecto hacia Paso del Norte, hoy publico la historia del General Diódoro Corella; ambos personajes tienen en común parentesco con el buen amigo Don Elco Martínez Corella; el Coronel Zambrano era su tatarabuelo directo y el General Corella su pariente lejano en línea directa y ambos salvaguardaron la vida de Benito Juárez en distintos momentos, curiosidades del destino. Vaya un saludo a Don Elco Martínez Corella y su familia hasta Monterrey, N.L.
Fuentes Bibliográficas
+ inah.gob.mx
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+ voxpopulislp.com
+ bibliotecadigital.ilce.edu.mx
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