HABLANDO Y ESCRIBIENDO
DEL PODER JUDICIAL EN CHIHUAHUA
POR ERNESTO AVILÉS MERCADO
En la reapertura de los servicios en el Poder judicial del Estado, después del período vacacional, muchos de los juzgados en las distintas ramas, estrenan jueces y secretarios, mientras que los que se encontraban al frente, y otros más que al no haber aprobado el examen, fueron dados de baja o quedaron a disposición de recursos humanos, se han comenzado a ir a litigar por su cuenta.
Un gran número, sin embargo, solicitaron asesoría jurídica para poder hacer valer sus derechos, promoviendo juicios de amparo, la mayoría de los cuáles han procedido y están en espera de ver más resultados.
Hacia la parte final del año 2018; después de haberse llevado a cabo los exámenes, donde el factor sorpresa para muchos de los participantes, fue el valor que se les dio al estudio psicológico y características del perfil profesional y humano de los aspirantes, que fue al mismo nivel que los de conocimiento y aptitudes dentro de las salas de los juzgados orales, generó resultados que a todos sorprendió, exponiendo ejemplos como el que si una persona buscara integrarse como juez penal, no debería de contar con un perfil académico de penalista o haber llevado a cabo diversas audiencias como antecedente profesional, sino que bastaba que en las respuestas al test psicológico, se demostrara que reunía lo necesario y era considerado apto. Con el puntaje aprobatorio del estudio psicológico, los resultados pobres de conocimiento y bajos de las aptitudes en audiencia, se compensaban con lo alto del resultado del estudio.
De esta forma, numerosas personas, profesionales del derecho, con más de 18 años de servicio dentro del Poder Judicial, simplemente quedaron fuera.
La decisión de buscar el amparo y protección de la justicia federal, no fue un proceso fácil para quienes lo tomaron, porque sabían que de no proceder, el factor venganza cobraría vida en su carrera judicial, porque se consideraría como traidor al Poder Judicial, noble institución que durante varios lustros había sido su centro laboral y que a partir de su trabajo, le había permitido obtener todo cuanto se tuviera.
Para otros más pragmáticos, era definir su destino y futuro laboral, a partir de la defensa de sus derechos como juzgadores, pero además como parte de una gran institución encargada de darle a los justiciables lo que por ley les correspondía; habían aprendido a vivir en la medianía del ingreso y llevar una vida familiar y
personal adecuada y apegadas estrictamente a los principios y normas éticas de conducta; es decir, vivir como juzgadores y actuar como tales.
Para nadie que se maneje dentro del foro jurídico Estatal, es desconocida la forma en la que se creó el Consejo de la Judicatura, los compromisos políticos, institucionales, de grupo y personales, han marcado la huella que se ha dejado desde entonces.
Con la elección del magistrado presidente Pablo Héctor González Villalobos, en abril del 2018, el Poder Judicial de Chihuahua, entro en una nueva dinámica donde las disputas de los grupos quedaron atrás, para dejar paso a quien generaban respeto por su preparación, por su sapiencia, pero más por su conducta, siempre adecuada para sumar, nunca para radicalizar y siempre también con altas miras de desarrollo.
Para quienes se sintieron ofendidos con el resultado de los exámenes, al no haber quedado dentro de los aprobados, pero que contaban con una trayectoria importante y reconocida dentro de la judicatura, el silencio de la oficina del presidente, respecto a convocarlos para hablar con ellos, sobre una reubicación, algún cambio de adscripción o de plano la salida, fue lo que más dolió.
Los hombres y mujeres van de paso, pero lo que se queda son las instituciones, que reciben lo mejor o lo peor de quien temporalmente se encuentra al frente; eso se conoce a la perfección, por quienes forman parte del inventario del Poder Judicial o cuando menos pensaban que lo eran; los tiempos cambian y lo que para muchos, el haber ofendido al Poder Judicial, particularmente a los jueces por haber recibido decisiones jurisdiccionales contrarias a su pretensión, o que había agredido con corte de pelo y otras vejaciones a los actuarios que realizaban diligencias, son ahora recuerdos que no se rescatan, pero que se quedan como huella imborrable del actuar, de quien hoy pretende erigirse como la que encabeza la renovación moral del Poder Judicial.
En los pocos espacios de acción que se advierten para el magistrado presidente, la capacitación forma parte de las tareas más importantes.
La terminación del doctorado, con la participación de más de 30 funcionarios judiciales, es un logro de suma importancia para el Poder Judicial y en particular para Pablo Héctor, porque aún y cuando no fue su promotor directo, siempre acompaño las aspiraciones de todos quienes desean avanzar en la carrera judicial en base a su preparación académica.
La designación que hicieran los legisladores locales en la persona de Gema Guadalupe Chávez Duran para la fiscalía anticorrupción, es una de los aciertos más importantes que ha tenido el Congreso Local, ya que cuenta con una preparación importante y además conoce la estructura de la ahora fiscalía , pero sobre todo, forma parte del equipo generacional que ocupa ahora los cargos claves dentro del Poder Judicial.
La renovación de los cargos de jueces en el Poder Judicial no ha terminado; ojalá y al magistrado Presidente, le interese conservar la experiencia, capacidad y liderazgo de muchos de los jueces que han quedado fuera, aunque con un amparo dentro, porque además se insiste: los cargos son temporales, pero las malas decisiones que se toman, son siempre las que se recuerdan….
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