Don Mirone | Guillotina a los prófugos del PRI El proceso de descomposición del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Ciudad Juárez deja su más fétido desecho en plena campaña política. Trascendió la inminente expulsión de 38 personajes -hombres y mujeres- que prefirieron saltar del Titanic y buscar otros horizontes políticos.
El PRI municipal se prepara para llevar a la guillotina a aquellos “traidores” que abandonaron las filas del tricolor por la puerta de atrás y que se fueron echando pestes de sus oportunistas dirigentes.
Están aquellos que se retiraron del partido hace algunos años. Otros, apenas hace unos meses, todos para buscar candidaturas en otros partidos. La lista la encabeza Javier González Mocken, hoy candidato a alcalde por el PAN-PRD; también están Adriana Terrazas Porras y Daniel Murguía Lardizábal, quien incluso rindió protesta como candidato a síndico priista y de la noche a la mañana apareció como candidato a diputado federal por Morena.
Jorge Mario Quintana Silveyra, Mayra Chávez, Luis Murguía, Rocío Grisel Sáenz Ramírez, Alfonso Medina Reyes, Juan Eleuterio Muñoz Rivera, Lorenzo Muñoz, Selma Michelle López Rivera, José Rodolfo Martínez Ortega, José Heber Aceves, Yessica Maribel Sierra, Marisela Sáenz, Eduardo Uribe, Amada Villarreal, Misael Máynez, Rogelio Sáenz, Mario Terminel, María Isabel Guevara.
La lista la engrosan Luis Mario Baeza, Graciela Solís, Jorge Armando Miranda, Luis Murguía Lardizábal, Arturo Mar Vázquez, Ismael Carnero, Maurilio Fuentes, José Luis González Mocken, Héctor González Mocken, Miguel Antonio Rivas, Gabriel Flores Viramontes, Yesenia Arlet Hidalgo, Laura Domínguez Esquivel, Mario Flores Contreras y Ricardo Salas Leal.
Muchos de ellos tenían entre 20 y 30 años de militancia, a los que el partido no les hizo justicia, aunque otros afirmarán que se sirvieron del PRI a más no poder.
Peor momento no pudo escoger la dirigencia municipal que encabeza Jaime Cano, en plena campaña electoral, para intentar hacer una limpia con el trapeador más sucio que se pudo encontrar, ante una contienda electoral en la que al partido se le hizo bolas el engrudo y su candidata a la gubernatura, Chela Ortiz, nomás no pudo tomar las riendas y se quedó atorada en el arrancadero.
En donde también traen su desgarriate interno es en el PRI estatal, donde ya comienzan a sonar tambores de guerra contra su dirigente Alejandro Domínguez, sobre todo por el tema de los recursos económicos prometidos a los candidatos en los principales municipios, y que jamás llegaron.
Las fuentes mironianas priistas confirman que muchos candidatos y candidatas locales y federales andan que rechinan los dientes de coraje, pidiendo prestado aquí y allá para solventar una modesta campaña, con el riesgo de que ni siquiera logren el triunfo el 6 de junio. Literalmente los dejaron con una mano enfrente y otra atrás.
Este gran problema se ubica en el área de Finanzas del partido, de donde repentinamente desaparecieron casi cinco millones de pesos que jamás se entregaron a los candidatos y cuyo último rastro fue la oficina de la dirigencia estatal, que ahora deberá hacer las aclaraciones necesarias sobre el financiamiento de casi 20 millones de pesos para la contienda electoral. En esas explicaciones será muy interesante conocer la versión del operador financiero Fernando Martínez.
Dicen los mismos priistas que Alejandro Domínguez ya se “abazaneó”, en alusión al exlíder estatal Omar Bazán, uno de los artífices de la actual crisis interna priista y factor de división. Mirone recordó con esto a un tío muy lejano de nombre Aquiles y de apellido Baeza.
Los hábiles creadores de la campaña azulina ya convencieron al candidato a la presidencia municipal, Javier González Mocken, de dejar a un lado la timidez y de lanzarse con todo en contra de la pésima administración de Armando Cabada Alvídrez. Ya lanzaron spots en medios tradicionales y redes sociales con fuertes mensajes que señalan el abandono y el desorden en que se encuentra el municipio.
Faltan tres semanas completitas para que se terminen las campañas, así que es tiempo de meterle pólvora al cañón artillero y disparar los proyectiles en contra de la gestión administrativa independiente, que al inicio generó mucha expectativa en los juarenses y luego causó una total desilusión para la comunidad fronteriza.
González Mocken y Rodolfo “el Güero” Martínez Ortega son los candidatos que han visibilizado más el mal Gobierno de Cabada. Los nuevos mensajes del abanderado blanquiazul son más contundentes y notorios para el electorado.
Por su parte, al candidato de Morena, Cruz Pérez Cuéllar, le resultará más difícil desmarcarse de Cabada y aunque parezca increíble, según dicen los expertos, todo lo que diga el morenista en contra de la mala administración municipal actual no tendrá efecto en la candidatura de Cabada. Pero sí efectos directos en contra de Pérez Cuéllar, a quien le urge desmarcarse de Armando, sin rodeos ni tapujos.
La estrategia que siguen los del blanquiazul pudiera ser el impulso que le hace falta a González Mocken. Aunque el candidato del PAN ya va caminando por esa ruta, no falta quien le reproche haber iniciado tarde con esa estrategia.
A propósito de Armando Cabada, entre morenos se comenta que hasta ahora el pluri no le ha cumplido a Morena con el compromiso político prometido, porque no se ha visto por ningún lado el apoyo de la estructura del Municipio en las campañas de los candidatos del partido guinda.
Afirman que los funcionarios de primer y segundo nivel del Municipio andan sueltos, cada quien por su rumbo y a favor de sus propios intereses. Por lo pronto, lo único que congratulará a Cabada con el partido serán las 10 mil lonas que mandó hacer para las campañas de los candidatos de Morena.
No hay intención del alcalde con licencia de aportar recurso humano del Municipio para apoyar con la promoción del voto, tampoco para aportar representantes generales y de casillas electorales. Aseguran que el liderazgo del otrora popular conductor de noticiero se ha desplomado considerablemente, ya que solo un director general lo sigue como su más fiel escudero.
La falta de liderazgo en la casa de campaña de Juárez de la candidata del PAN, Maru Campos Galván, ha orillado a Clara Torres Armendáriz a tomar el control de ciertas acciones electorales, lo que no está siendo bien visto por algunos panistas conservadores que ven en la exresponsable del Programa de Estancias Infantiles, dependiente de la Secretaría de Bienestar, una traición en potencia.
Las lenguas de triple filo comentan que Clara ya se ve en la representación de Gobierno aquí en Juárez, aunque para eso falta que ganen la elección; sin embargo, no dejan de pensar en las dos traiciones de Torres Armendáriz al partido.
La primera vez que los panistas se sintieron traicionados, fue cuando Clara formó parte del gabinete del exalcalde priista José Reyes Ferriz; la segunda, cuando apoyó la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y despreció la candidatura de Ricardo Anaya en el 2018.
Aunque hay quien dice por ahí, en los corrillos de la casa de campaña, que hoy las lealtades pasaron a segundo término, y si no lo creen, basta con que echen un vistazo a los perfiles de los actores políticos de las campañas.
Además del control para suplir las deficiencias de Ramón Iglesias en la campaña, Clara Torres acaba de recibir el nombramiento como nueva coordinadora de las Mujeres de la Campaña de Maru.
Justo cuando empezó a subir de tono la “guerra sucia” en la competencia electoral por la gubernatura de Chihuahua, el exsecretario de Gobernación Santiago Creel Miranda vino a Ciudad Juárez a apoyar a la candidata María Eugenia Campos Galván.
El exsenador y ahora candidato plurinominal llegó el miércoles por la tarde-noche y acompañó a Maru a varios eventos, entre los que destacaron la reunión con empresarios de Desarrollo Económico del Norte y con líderes de las organizaciones de la sociedad civil.
Creel forma parte del grupo cerrado del dirigente nacional de Acción Nacional, Marko Cortés, quien está muy pendiente de la campaña de Maru Campos, así que en los días próximos al cierre de campaña seguirán desfilando figuras nacionales por chihuahuitas tierras.
Santiago Creel no deja de ser un ícono del panismo nacional noventero y quizá las nuevas generaciones de panistas ya no lo recuerden, tal vez por eso muy poco le aportará a Maru en ese sector y le contribuya más en la guardia media y la vieja del PAN fronterizo. Así que el apoyo será más moral que de aportación efectiva de votos.
Apenas va comenzando la acción en la Asamblea Municipal Electoral de Juárez (AMEJ) y las Asambleas Distritales Auxiliares cuando la descoordinación y la desorganización entre los consejeros ya salió a flote.
La figura de las Asambleas Distritales Auxiliares fue creada con la finalidad de apoyar en las labores del proceso electoral que está en marcha a la Asamblea Municipal, pero tal parece que la condición humana de los consejeros no les permite hacer equipo.
El desacuerdo de los consejeros presidentes de las Asambleas Distritales Auxiliares es tan evidente que Jesús Pedroza se gritoneó con Alvar Guadalupe López Bojórquez, secretario de la Asamblea Electoral en Juárez. En esas andan los consejeros electorales a unos cuantos días de las elecciones.
Las diferencias de opinión son por los mínimos detalles, y obvio por las más importantes cuestiones de la operatividad de ambas asambleas que mantiene confrontados a los consejeros.
Según dicen las picuetas fuentes mironianas, los consejeros son los nuevos bomberos electorales, porque ahora tienen que hacer trabajo de organización como empaquetar y sellar boletas electorales -cuando estas labores debieran recaer en un equipo acreditado por la Asamblea Electoral para evitar cochupo en la elección-, además el trabajo de recursos humanos como entrevistar, archivar, aplicar exámenes y revisar exámenes.
Ya le han pedido a la consejera presidenta de la Asamblea Municipal, Cecilia Sarabia, que se ponga las pilas para meter en cintura a sus colegas consejeros y para que cuide los detalles, como mejorar las instalaciones de dichas asambleas porque ni siquiera agua hay en los baños, ni que decir de un airecito acondicionado para mitigar el calor que poco a poquito va subiendo de intensidad.
Desde el segundo piso de la unidad de medicina familiar 48 del IMSS en esta frontera ya es imparable la fila de quejas por la actuación poco profesional de su director.
Todo el personal sabe que el doctor Raúl Ernesto Gutiérrez Aguirre maneja los recursos de la nómina, que mes a mes le llega directamente de la administración federal, para pagar favores y mantener silenciadas a las voces de descontento que ya son un clamor.
Hizo lo mismo con el bono Covid, entregándolo a personal que no estaba en primera línea y dejando de lado procedimientos que el instituto tiene establecidos desde hace décadas y que lo han convertido en una de las instituciones públicas de más prestigio en el país.
Y qué decir de la falta de médicos para que se atienda la consulta externa. Resulta que a los galenos especialistas de otros hospitales, como el 66, se les permite atender su consulta privada cuando deberían estar en la batalla diaria con cientos de derechohabientes, quienes requieren de sus servicios y tienen derecho a recibirlos.
En lugar de denunciar la irregularidad, el doctor opta por hacer chiste del asunto y mantiene la suciedad debajo de la alfombra.
Dicen las fuentes de este acucioso redactor que de todo lo que ocurre en la clínica 48 no le ha llegado ni un solo reporte al delegado estatal o director de la oficina de representación del IMSS en el estado, don Arturo Daniel Bonilla y Calderón.
Al parecer el director Gutiérrez cuenta con una muy aceitada red de complicidades, empezando por los delegados sindicales, que le ayudan a que la lumbre no llegue a los tambos de gasolina y puedan provocar un incendio de proporciones peliculescas, especialmente en estos tiempos cuando cualquier irregularidad puede explotar en las campañas políticas y dirigir misiles al corazón de la 4T, cuyos fieles súbditos defienden a capa y espada la elevada moral y buen comportamiento de quienes están al frente de las instituciones federales.
Tal vez el delegado Bonilla debiera echarse la vuelta por Juaritos y, de paso, asomarse a la clínica de la Jilotepec para que se dé cuenta que, aunque las heces se guarden debajo del tapete, su aroma siempre sale más allá de donde quienes las están produciendo quieren esconderlas.