La noche en que el doctor fue sacado a la fuerza de su casa, en buena parte de la comunidad hubo enfrentamientos que dejaron evidencia, conservada hasta la fecha, del poder de fuego que tienen y de la cantidad de hombres que integran sus tropas, lo que a la vista de los familiares fortalece la idea de que, cualquiera que lo haya secuestrado, lo necesita como doctor en alguno de los campamentos que tienen instalados los grupos criminales.
Aunque los familiares han recibido pistas contradictorias, de unos que dicen que lo tienen los otros y viceversa, no descartan que Godínez Loya se mantenga con vida también como forma de presión, para mantener “caliente la plaza” en perjuicio de uno de los grupos o incluso para negociar entre ellos o con las autoridades estatales y federales, que no escapan a señalamientos de que brindan protección o apoyo a la delincuencia.
Para el hijo y la esposa del doctor, Blas Godínez Ortega y Rosa Emma Ortega Soto, la situación que padece Gómez Farías desde antes de la desaparición forzada de Godínez Loya, explica en parte las razones de su desaparición, la imparable violencia y la disputa por la plaza era un anticipo de lo que venía.
El municipio es sólo lugar de paso, de tránsito, es lo que detiene a los grupos criminales, uno de Chihuahua y otro de Sonora, muy bien identificados por los pobladores, que antes se sentían seguros en este lugar o en comunidades del mismo, pero ahora viven con el temor constante porque siempre hay enfrentamientos, casi no hay día en que no lleguen noticias de balaceras o detenciones.
La actividad de la Comisión Estatal de Seguridad y de la Policía Federal, que ha incrementado su presencia en la región, ha inhibido los delitos y el paso de los convoyes de los ejércitos criminales, pero no ha disminuido la sensación de inseguridad ni los niveles de violencia de forma significativa.
Gómez Farías forma parte del corredor que desde el año pasado, entre enero y febrero de 2017 fue puesto bajo control de la Fiscalía General del Estado, que limitó a las policías municipales por su alto grado de infiltración.
Como respuesta llegó la violencia, con alzas de hasta 90% en homicidios dolosos y enfrentamientos de grupos criminales en municipios de la región, todo lo relacionado con la delincuencia organizada, que controla todos los delitos menores y mayores.
LAS COMANDANCIAS MUNICIPALES ABANDONADAS
Los recuerdos de la madrugada del 8 de noviembre del año pasado, cuando fue secuestrado el doctor Godínez, aún se aprecian a la entrada del pueblo, donde fue el enfrentamiento mayor entre dos grupos criminales.
“Allá va, allá va, que no escape”, “ve por el otro, va corriendo”, recuerda haber escuchado, en medio de balazos intermitentes y ráfagas que hacían un ruido ensordecedor, una de las comerciantes que tiene su negocio a la entrada de Gómez Farías, en la carretera que lleva a Peña Blanca.
Agazapada en la casa durante horas de balacera, a la mañana siguiente todo cambió, el pueblo ya no era el mismo, no sólo por la desaparición del médico Godínez, de la que toda la región se dio cuenta a las pocas horas, sino por la intrusión hasta este pueblo que era la frontera o el lugar de paso solamente, que ahora se había tornado en uno de tantos escenarios de los enfrentamientos.
En el lugar aún se aprecian los daños de las balas de alto calibre, capaces de atravesar, como lo hicieron, de lado a lado un tubo grueso de fierro a unos cuantos metros de la carretera.
Dan cuenta del abandono y la indefensión en la que viven los pobladores de municipios de la región y sus instalaciones de seguridad pública.
En Bachíniva, a 80 kilómetros de Gómez Farías, la comandancia de la Policía Municipal y Bomberos está en el abandono desde el 15 de diciembre, cuando un grupo armado la atacó, tan sólo para evidenciar que en realidad, aunque era un edificio público, nunca fue una base de seguridad, sino el cuartel de uno de los capos de la región, Arturo Quintana, alias “el 80”. El inmueble que también fue incendiado junto con patrullas municipales, tenía en sus ventanas, por dentro, muros de ladrillo para que las balas no atravesaran al interior.
En octubre, un mes antes de la desaparición del doctor Godínez Loya, la comandancia de Gómez Farías también fue atacada, los agentes cercanos y la población obligada a encerrarse en sus casas. Unas semanas después sobrevino el secuestro y los hechos ya conocidos, que llevaron a dejar sin médicos residentes a los centros de salud de prácticamente toda la región.
Ahora permanecen dos patrullas afuera de la comandancia, inutilizables, con las llantas ponchadas a balazos, como una especie de parapeto para el escaso personal que de vez en cuando se ve en las instalaciones municipales y como recordatorio de que no hay autoridad más que la del crimen en buena parte de los poblados, lo que ha llevado a los habitantes incluso a solicitar el auxilio de la delincuencia en determinadas ocasiones.
LA MUJER QUE APARECIÓ 10 MESES DESPUÉS
Pese al panorama desolador de Gómez Farías, para los familiares del doctor Godínez hay esperanzas de encontrarlo con vida, pues corren versiones sobre la actitud menos negativa de un grupo criminal, menos agresivo con la población civil que el que antes tenía el control de la plaza.
Los pobladores hablan de una mujer que había sido privada de su libertad estando embarazada. Fue llevada junto con su pareja, un “halcón” o “un punto”, como les dicen a los vigilantes que sirven para un grupo delincuencial, por hombres armados con rumbo desconocido. A las pocos días de andar buscándola, los familiares fueron amenazados y se vieron obligados a detener la búsqueda y esperar, como era lo más lógico, que aparecieran los cadáveres de la pareja, al menos era lo previsible, pero pasaron los meses y nada, no apareció.
Fue hasta 10 meses después, cuando ya había sido secuestrado Godínez Loya, que la mujer regresó con un bebé de brazos.
La noticia corrió por toda la región, la dio una de las familiares de la víctima, en un culto religioso, en el que agradeció a Dios y dio testimonio de que sus rezos habían dado frutos.
El problema es que unos dicen que es Las Varas, otros de Namiquipa, otros más de otras localidades porque, como todas las leyendas, la precisión no es su fuerte.
Pero es esto lo que también da esperanzas a Rosa Emma Ortega, esposa del médico, quien ha tratado de localizar a la mujer con su bebé, para saber cómo fue su parto y si su marido tendría algo que ver en su atención, dado que la hipótesis de que está secuestrado y es obligado a servir al crimen, es posible, real.
En esta región, comenta, se habla de que uno de los grupos criminales no elimina a sus rivales o a otros que quiere en sus filas, sino que los hace trabajar a la fuerza para los intereses de la delincuencia. Su esperanza es que al doctor Godínez así le haya sucedido, dado que no se imagina una venganza o un ajuste de cuentas, debido a la trayectoria del médico, que era ampliamente reconocido en la región.
“Aquí nació, aquí creció, siempre era bien visto, nunca tuvo problemas”, comenta la mujer.
UN MÉDICO PARA LOS HERIDOS
El hijo del doctor Godínez, quien ha experimentado directamente la presión de los grupos criminales que llegan con heridos buscando atención médica urgente, tiene la idea de que su padre pudo haber sido llevado de emergencia para atender a uno de los mandos de alguno de los grupos, de ahí la urgencia con que lo sacaron, sin mayores agresiones a su madre, que dormía en esos momentos con él, la madrugada del 8 de noviembre pasado.
Aunque poco se puede hacer en condiciones precarias de atención médica, dice, no es descabellado pensar que fue llevado para atender a alguno de los líderes criminales y posteriormente fue dejado en alguna casa de seguridad o campamento, pues siempre es necesario un médico para atender a los heridos.
En esas condiciones, asegura, es poco lo que se puede hacer, pero un doctor como su papá podría estabilizar a un herido en condición crítica, para un traslado a un hospital donde hubiera quirófano, sangre, personal e instrumental suficiente para salvarle la vida a alguien, por lo que piensa es de utilidad para quien sea que lo tenga.
Entre las pistas que ha seguido y le hace pensar que está con vida, está también una llamada el 17 de noviembre, una semana después de su desaparición, cuando le avisaron que estaba en el rancho Ojo Caliente, en San Buenaventura, a donde se trasladó junto con sus hermanos para constatar que la Policía Estatal realizaba un operativo con alrededor de 70 agentes y perros entrenados, sin resultado alguno.
Eso y las versiones de que el grupo criminal que lo tiene le conviene mantenerlo con vida, le dan esperanzas a Blas Godínez, sus hermanos y esposa, de que lo van a recuperar con vida próximamente, aunque saben que también existe la otra posibilidad, de que esté muerto, en cuyo caso sólo piden un mensaje, una señal, un aviso que acabe con la incertidumbre, ya no con el temor, con el que viven.
Intentan ejecutar al alcalde electo de Gómez Farías; está grave
El doctor Blas Godínez, alcalde electo de Gómez Farías, fue víctima de un ataque a balazos en su consultorio, por lo que tuvo que ser trasladado a emergencias.
El estado de salud del doctor es crítico, por lo que se encuentra en recuperación en la ciudad de Cuauhtémoc, en donde fue hospitalizado.
Según testigos, un hombre armado arribó al consultorio donde Blas Godínez trabaja, aproximadamente a las 9:30 de la noche, en donde le disparó en repetidas ocasiones, causándole lesiones de consideración.
El día de hoy Blas Godínez iba a tomar protesta de ley como presidente municipal 2018 – 2021, en el ayuntamiento de Gómez Farías, pero tras el ataque no le será posible.
Cabe mencionar que en noviembre del 2017 el papá del presidente electo, el cual también era doctor, fue secuestrado por un grupo delincuencial y nunca volvieron a saber de él, razón por la que su hijo decidió tomar el rumbo político, para poder hacer un cambio, según él mismo expresó.
Cuatro hombres asesinados en Valle del Rosario
Cuatro cuerpos sin vida fueron encontrados en la localidad de Valle del Rosario; se encontraban maniatados con impactos de bala y con huellas de violencia, por lo cual se presume que fueron torturados. Junto a ellos había dos cartulinas con manuscrito en las que hacían alusión a que eran “robaniños”, así como un vehículo.
Aún no han sido identificados.
Minutos antes de las 12:00 horas de ayer fueron ubicados los cuerpos sin vida de cuatro hombres en la brecha que conduce de Valle de Rosario a San José del Sitio, a diez kilómetros dentro de la misma brecha en el lugar conocido como “Las Cuchillas”.
De acuerdo a versiones oficiales, los occisos estaban boca abajo y tenían los pies y manos atados hacia atrás con cinta color canela, así como la boca cubierta con el mismo material. Todos, sin calzado, además se les notaba una herida de arma de fuego en la cabeza.
Sobre uno de los cuerpos, una cartulina olor blanco fijada con un destornillador; mostraba un manuscrito en letras negras y con la leyenda “Por secuestradores, rateros, extorsionadores, violadores, atte. Ya saben”.
A un costado de otro de los cuerpos, sobre el suelo, una segunda cartulina con un manuscrito en letras color negro con la leyenda “Por roba niños”.
En el lugar de los hechos, se localizó un vehículo Chevrolet tipo Panel, color café, con una franja beige, modelo 1984. Fue verificada en el Sistema de Vehículos Robados de la Fiscalía General y no contaba con reporte de robo. Fue asegurada y puesta a disposición del Ministerio Público.
Al lugar del hallazgo acudieron elementos ministeriales y peritos especializados en escenas del crimen, con el propósito de recabar evidencia y hacer el levantamiento de los cadáveres; encontrando y embalando también como indicios cuatro cascos calibre 9 milímetros y dos ojivas deformadas.
Cabe mencionar que ni uno de los cadáveres llevaba algún tipo de documentación que permitiera su identificación; no obstante, dieron a conocer la media filiación de cada uno.
El primer cuerpo, de 35 años, 1.80 metros de estatura y complexión regular; vestía pantalón de mezclilla azul y sudadera azul.
El segundo cuerpo, de unos 35 años, 1.75 metros de estatura, complexión regular; vestía pantalón de mezclilla azul y sudadera blanca.
El tercer cuerpo, de 50 años, 1.70 metros de estatura y cabello entrecano; vestía pantalonera deportiva azul y sudadera gris.
Por último, el cuarto de unos 30 años, 1.75 metros de estatura, complexión regular; vestía short azul y playera blanca.
La Fiscalía del Estado zona sur, indicó que la evidencia fue asegurada y trasladada, junto con los cuerpos, a la ciudad de Parral, en donde se les realiza la necropsia de ley y continuarán las investigaciones.
Atribuyen ataque a agentes de la CES al H2, líder del crimen organizado en San Juanito
Con el rostro afligido, un grupo de elementos de la CES esperaban en la antesala de la FZO, algunos mostraban imágenes entre compañeros
El Heraldo del Noroeste
El fiscal de la Zona Occidente, Jesús Manuel Carrasco Chacón, declaró que el ataque perpetrado en contra de agentes de la Comisión Estatal de Seguridad, se atribuye al líder de una célula criminal que opera en la comunidad de San Juanito y parte de Bocoyna, conocido como el “H2”, llamado César Manjarrez.
En rueda de prensa, el funcionario estatal mencionó que hubo una detención previa por parte de los agentes, tres personas que fueron puestas a disposición del Ministerio Público Federal, acusados de portación ilegal de arma de fuego, lo que posiblemente ocasionó la agresión contra los oficiales que realizaron su trabajo.
La noche del jueves, en una pronunciada cuesta con curva, a la altura de El Nogal, antes de llegar a San Juanito, el camino fue bloqueado y entonces sucedió el ataque, en el cual no pudieron ver lo que sucedía, quizá fueron atacados con granadas o algún tipo de explosivo, pues una de las unidades terminó incinerada, mientras que otra se volcó.
Nunca tuvieron a la vista a los agresores, sólo repelieron el ataque.
Hasta el momento se informa que cuatro agentes fallecieron en el evento, seis más resultaron lesionados. De inicio se mencionaba que la emboscada había sucedido por la detención del “H2”, sin embargo, el fiscal Carrasco desmintió que se tratara de esta persona, no obstante, es a quien se responsabiliza de estos hechos.
Con el rostro afligido, un grupo de elementos de la CES esperaban en la antesala de la FZO, algunos mostraban imágenes entre compañeros, mostraban indignación por lo sucedido, lamentando la emboscada que causó las cuatro bajas de sus filas.
El fiscal destacó la ausencia de los efectivos del Ejército Mexicano y declaró:
“El apoyo desde el inicio de la administración se ha solicitado, únicamente la Policía Federal ha atendido la colaboración. Sí nos hubiera gustado que hubiera presencia para atender este tipo de agresiones que vivimos ayer. Tengo que decirlo porque como fiscal de la zona me preocupa poquito que el Ejército no se movilice en estas situaciones, si bien no les corresponde la vigilancia preventiva, es del orden civil, como institución, como uniformados, con ese juramento y deber patriótico, siendo corporaciones militares y civiles, debemos atender un llamado de este tipo”, dijo.
Con respecto a César Manjarrez, el fiscal Jesús Manuel Carrasco expresó que se tiene debidamente identificado como el generador de agresiones y hechos violentos en esta zona, se le conoce como “H2” y se considera operador de una célula criminal que opera tanto en San Juanito como en parte de Bocoyna, dentro del municipio que lleva el mismo nombre.
Este fin de semana se llevarán a cabo diversas actividades, principalmente turísticas y recreativas, deportivas en la zona de Creel y Barrancas, ante ello, el fiscal pidió a la comunidad no transitar de noche por las carreteras, sin embargo, destacó que las agresiones van dirigidas específicamente hacia las corporaciones y afirmó que hasta ahora no ha habido ataques hacia civiles o paseantes, por lo que consideró que se puede viajar.
Finalmente lamentó que se registren este tipo de asesinatos y destacó que no sólo ha sido la detención de las tres personas puestas a disposición del MP federal, sino de las grandes cantidades de armas aseguradas, así como la detención de criminales que operaban de manera impune en aquella región, mermando a los grupos de delincuentes, que reaccionan como tal, en forma violenta hacia las autoridades.