Redacción – BBC News Mundo
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no resistió más la presión y dio este domingo un giro radical a la campaña de las elecciones del próximo 5 de noviembre al retirar su candidatura y apoyar como su sucesora a la vicepresidenta, Kamala Harris.
«Es lo mejor para mi partido y el país», argumentó, al poner fin este domingo a su campaña a la reelección.
La decisión llega menos de cuatro meses antes de que los estadounidenses acudan a las urnas para designar a su próximo presidente en unas elecciones en las que ya se conoce al candidato republicano: el exmandatario Donald Trump.
Este giro en la carrera por la Casa Blanca ocurre tras semanas de intensa presión de los compañeros demócratas de Biden, a raíz de su cuestionada actuación en el debate contra Trump a fines de junio, que puso de manifiesto la preocupación por la elevada edad del presidente, de 81 años.
La oficina presidencial en Washington confirmó que Biden completará su actual mandato de cuatro años hasta enero de 2025.
En una carta publicada en su cuenta de redes sociales, Biden aseguró que presidir EE.UU. ha sido el mayor honor de su vida.
«Y aunque mi intención ha sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y para el país es que me retire y me concentre únicamente en cumplir mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato».
Agregó en su declaración que se dirigirá al país para ofrecer más detalles los próximos días.
Y poco después mostró su respaldo a Harris, que aceptó el reto de tratar de ser la candidata en un proceso corto pero aún abierto para el que este domingo ya había logrado significativos apoyos más allá del de Biden, como por ejemplo los de Bill y Hillary Clinton y del gobernador de California, Gavin Newsom.
Otros candidatos pueden anunciar su interés, pero Harris es ahora la gran favorita. Fue la primera vicepresidenta de la historia y si finalmente gana la nominación, buscará ser la primera presidenta.
Qué pasó en una histórica jornada que da un vuelco a la campaña presidencial
- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se retiró este domingo de la carrera para la reelección tras semanas de creciente presión por parte de varios demócratas.
- Es “lo mejor para mi partido y el país», dijo, pero permanecerá en el cargo durante los últimos seis meses que le quedan de mandato.
- Biden respaldó a Kamala Harris, su vicepresidenta, para que sea la nueva candidata.
- «Haré todo lo que esté en mi poder para unir a nuestra nación y derrotar a Donald Trump», respondió Kamala Harris.
- Varios demócratas de peso y grandes domantes han mostrado ya su apoyo a Harris, entre ellos Bill y Hillary Clinton.
- El exmandatario Barack Obama, que lideró el país con Biden como vicepresidente, lo describió como «uno de los mejores presidentes de EE.UU.», pero no se posicionó ante una posible candidatura de Harris.
- Si Harris será o no la candidata se sabrá en la Convención Nacional Demócrata que tendrá lugar a partir del 19 de agosto en Chicago.
- El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, escribió en su red social Truth Social que el actual mandatario «no estaba en condiciones de postularse para presidente».
- Otros republicanos prominentes reaccionaron de forma más dura, como el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson, que escribió en X: «Si no es apto para ser candidato, tampoco lo es para ser presidente y debe renunciar».
- Los estadounidenses acudirán a las urnas dentro de cuatro meses: el 5 de noviembre.
Kamala Harris, favorita
En su mensaje de retirada en la red social X, Biden agradeció el trabajo de su vicepresidenta, a quien calificó como una «socia extraordinaria», y le ofreció su respaldo.
“Mi primera decisión como candidato del partido en 2020 fue elegir a Kamala Harris como mi vicepresidenta. Y ha sido la mejor decisión que he tomado. Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirse y vencer a Trump. ¡Hagámoslo!”.
Harris, de 59 años, parte con importantes opciones de reemplazar a Biden en la candidatura presidencial, aunque aún es pronto para saber quién será el candidato o la candidata demócrata.
Tras conocer la decisión de Biden, la vicepresidenta de EE.UU. agradeció su respaldo y manifestó su intención de aspirar a la presidencia.
«Es un honor para mí contar con el apoyo del presidente y mi intención es merecer y ganar esta nominación«, expresó en un comunicado.
Anunció que continuará haciendo campaña por todo el país.
Y sentenció: «Haré todo lo que esté en mi poder para unir al Partido Demócrata (y unir a nuestra nación) con el objetivo de derrotar a Donald Trump y su agenda extrema del Proyecto 2025″.
El Proyecto 2025 es un controvertido plan elaborado por un think tank republicano ultraconservador para reformar el gobierno del que Trump y su campaña se han desvinculado públicamente.
Aunque Kamala Harris cuenta con el respaldo del actual presidente, no está confirmado que lo vaya a reemplazar en su candidatura a las elecciones.
Todo se definirá en la Convención Nacional Demócrata, que tendrá lugar el próximo mes en Chicago.
El evento comienza el 19 de agosto, aunque el partido de Biden había acelerado el proceso para cumplir con el plazo de certificación de candidatos del 7 de agosto en el estado de Ohio, lo que significa que el nuevo candidato debería ser anunciado en algo más de dos semanas.
Los Clinton y Obama
Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos, y su esposa Hillary Clinton, que se postuló y perdió contra Trump en 2016, también respaldaron a Kamala Harris.
En un comunicado publicado en X afirmaron que harán «todo lo que puedan para apoyarla».
Por su parte, el exmandatario Barack Obama, que lideró el país con Biden como vicepresidente, reaccionó a la noticia con una publicación en la red social X.
«Joe Biden ha sido uno de los presidentes más importantes de Estados Unidos, además de un querido amigo y socio para mí», escribió.
«Hoy también se nos ha recordado, una vez más, que es un patriota del más alto nivel», continuó, sin posicionarse de momento sobre la posible candidatura de Harris.
Obama ganó dos elecciones con Biden como su número dos.
Sin embargo, en las pasadas semanas se unió a otros demócratas de alto nivel para pedirle que reconsiderara su decisión de buscar la reelección ante la preocupación por su elevada edad y las encuestas, que muestran a Trump por delante en la carrera presidencial.
Obama no mencionó a Kamala Harris en su mensaje.
La presión tras el debate
La semana pasada Biden regresó a su casa en Delaware después de que le diagnosticaran covid, pero dijo el viernes que esperaba «volver a la campaña electoral la próxima semana».
Anteriormente había dicho que solo el «Señor Todopoderoso» podía obligarlo a retirarse, pero luego afirmó que consideraría retirarse si tuviera un problema de salud.
Las voces que pedían la retirada de Biden comenzaron a intensificarse tras el cara a cara con Trump el 27 de junio.
Recibió críticas por expresarse en ocasiones de forma incoherente y hablar con voz débil, algo que su partido atribuyó a un resfriado.
Tras el debate se multiplicaron las peticiones dentro de su propio partido para que se echara a un lado, y un número cada vez mayor de demócratas en el Congreso temían que la persistencia de Biden perjudicara sus propias posibilidades de reelección en noviembre.
Varios senadores que forman parte de la cámara alta del Congreso también habían pedido su renuncia.
El guion de los demócratas para las elecciones salta por los aires
Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal en Norteamérica de la BBC
Durante el último medio siglo, las convenciones políticas se han convertido en eventos algo aburridos.
Al planificar al detalle cada minuto para la televisión, se han transformado en largos comerciales de varios días en los que se promociona al candidato presidencial.
Así fue la convención republicana de la semana pasada, incluso con el discurso de aceptación de candidatura de Donald Trump, demasiado largo y en ocasiones divagante.
La convención demócrata del próximo mes en Chicago promete ser muy, muy diferente. Cualquier guion en el que estuvieran trabajando hasta ahora el partido y la campaña de Biden ha saltado por los aires y queda desechado.
Incluso si el partido se alinea en torno a Kamala Harris, será difícil planificar –y controlar– cómo se desarrollarán los eventos en la convención.
Y si Harris no logra unir al partido, la convención podría convertirse en un “todos contra todos” con varios candidatos compitiendo por la nominación frente a las cámaras y a puerta cerrada.
Podríamos asistir a un fascinante e impredecible teatro político en vivo; algo que nunca antes ha presenciado el público estadounidense.