EFE
El Inter de Milán no dio tiempo a ilusionarse a la afición del Barcelona y sentenció su clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones con un triunfo cómodo ante el Viktoria Plzen por 4-0 que provocó la eliminación del conjunto catalán, que aún tenía leves esperanzas de que sucediera un milagro en el Giusseppe Meazza.
De todas maneras, los seguidores del Barcelona no dejaron de lado a su equipo, que queda relegado a disputar la Liga Europa como el curso pasado, y hubo 84.016 personas para presenciar en el Spotify Camp Nou el intrascendente encuentro ante el Bayern Múnich, que se empezó a jugar con el encuentro del Giusseppe Meazza ya finalizado y que acabó con derrota azulgrana por 0-3.
Tres horas antes del encuentro, tanto en los alrededores del Spotify Camp Nou como en el transporte público para llegar hasta allí, hubo más afluencia de la habitual en una tarde de partido del Barça. Y eso que para los aficionados las puertas no se abrieron hasta las 19.30h (CET), una hora y media antes del encuentro.
Mientras tanto, algunos seguidores azulgranas se informaron de lo que ocurría en el partido de Milán, que empezó a las 18:45 horas, mediante el móvil, la radio o directamente acudiendo a algún bar con televisión de los aledaños. Otros prefirieron pasar la espera consumiendo churros o patatas fritas de la histórica churrería del acceso 15 del feudo azulgrana.
También hubo presencia de aficionados muniqueses, que según fuentes del Barcelona ocuparon 4.150 asientos de la zona visitante. Ellos, más despreocupados de lo que sucedía en Milán a causa de que lograr la primera plaza del grupo para el Bayern no dependía de terceros, dedicaron el tiempo sobre todo a vaciar cervezas.
Una vez dio inicio el encuentro en Milán, otros protagonistas se sumaron al espectáculo antes de lo que suelen hacerlo en día de partido en el Camp Nou: los jugadores del Barça y el cuerpo técnico de Xavi Hernández. Esta vez, el entrenador catalán citó a la plantilla dos horas antes del pitido inicial con la intención de ver todos juntos el Inter-Viktoria Pilsen en el vestuario.
Pero la esperanza duró poco, ya que el Inter llegó al descanso, precisamente el momento en el que se abrieron las puertas del Camp Nou para los aficionados azulgranas, con una ventaja de 2-0 tras los goles de Henrikh Mkhitaryan en el minuto 35 y de Edin Dzeko en el 42.
De todas maneras, el estadio, mientras en la megafonía sonaba Queen, se fue llenando poco a poco de aficionados locales que, de todas maneras, no se quisieron perder el duelo ante el Bayern Múnich. Y la segunda parte no dio ningún motivo para creer en la remontada checa. De hecho, Dzeko anotó el 3-0 en el minuto 66 y Romelu Lukaku cerró con el 4-0 en el 87.
A las 20:18h. Ter Stegen salió a calentar en el Camp Nou y recibió los aplausos unánimes de los aficionados, que el portero alemán devolvió. La situación se repitió 10 minutos más tarde cuando saltaron al terreno de juego el resto de jugadores al ritmo de ‘Highway to Hell’. Especialmente aplaudido fue Robert Lewandowski.
Los seguidores azulgranas se tomaron el resultado de Milán, para nada inesperado, con resignación. Así, el único aliciente del partido pasó a ser simplemente lograr una victoria moral ante la gran bestia negra del Barça en Europa durante los últimos años: el Bayern Múnich. Y evitar que la herida de la eliminación aún se hiciera más grande. Algo que tampoco se pudo salvar.
Así, la afición ‘culer’, que animó desde el inicio hasta el final del partido, se convirtió en el mejor psicólogo para el equipo de Xavi Hernández. Sobre todo tras los golpes de los goles de Sadio Mané en el minuto 10 y Eric Maxim Choupo-Moting en el 31. El Barça, por lo menos, consiguió finalizar el encuentro sin recibir silbidos de sus propios seguidores a pesar de que no logró chutar entre los tres palos en los 90 minutos y de que en el descuento Benjamin Pavard fue el autor del 0-3.