Alberto Cantore
El Gran Premio de España 2024 resultó el último triunfo de Max Verstappen en la Fórmula 1. Siete escenarios recorridos, desde entonces, tiene el calendario del Gran Circo: a partir de la cita en el circuito de Montmeló, Red Bull Racing (RBR) observó cómo se derrumbó el rendimiento del modelo RB20 y también la performance de su mejor espada, que con un par de segundos puestos minimiza los daños en el Mundial de Pilotos.
La temporada recorrerá este fin de semana el 18° episodio en el circuito callejero de Marina Bay, en Singapur, y después de dos años la escudería de Milton Keynes no lidera entre los Constructores. El jefe, Christian Horner, remontó a cuándo empezó el declive y admitió que las victorias y los títulos del año pasado y del inicio del actual curso ocultaron la problemática, que se convirtió en debacle y que fue advertida por Sergio Checo Pérez, aunque el mexicano no obtuvo respuestas. MadMax alertó sobre las dificultades para sentirse candidato al triunfo el fin de semana pasado, y el asesor Helmut Marko fue lapidario al admitir la imposibilidad de pulsear con McLaren para retener la corona de equipos.
El circuito del último éxito fue, un año antes, el lugar en donde empezó el derrotero de RBR. La paliza sobre los autos de Mercedes, con 24 segundos de diferencia sobre Lewis Hamilton y más de medio minuto frente a George Russell, era una señal de la superioridad que marcaba uno de los diseños que dejará un sello eterno en la F.1: el modelo RB19, una creación de Adrian Newey, que se marchó a Aston Martin, se impuso en 21 de los 22 grandes premios del año; la carrera en Singapur, que ganó Carlos Sainz Jr. (Ferrari), fue la única que se resistió al equipo de Milton Keynes.
España es un lugar emblemático para Verstappen, que en 2016 ganó por primera vez en su estreno en RBR, tras reemplazar al ruso Daniil Kvyat; en 2023, en Montmeló firmó su triunfo número 40 de los 61 que refleja la estadística. Pero entre tanta euforia y burbujas de champagne, Checo Pérez ensayó un aviso: “Hay que analizar el fin de semana, porque estuvimos siempre un paso detrás de Max y hay que encontrar la razón. El auto fue complicado de manejar”, comentó el tapatío, que no superó la Q2 en la clasificación y se contentó con un cuarto puesto en el clasificador de la carrera.
Las palabras de Checo Pérez ahora tienen otro peso, y de las críticas que recibió en el pasado por la brecha que se abría con Verstappen y que jaqueó su continuidad en el equipo, ahora hay una aceptación de que no se trataba de una queja para disimular la disparidad de rendimientos. “Rastreamos el historial de desarrollo y resultó que el primer error ocurrió con una mejora del piso en Barcelona 2023. Ese fue también el gran premio en el que Checo empezó a tener problemas con el auto, pero no lo tomamos tan en serio porque Max siguió ganando”, confesó Horner, en declaración a Auto Motor und Sport.
La racha negativa actual de RBR provocó que se investigara en profundidad las razones de la merma y los pronósticos de que las fallas se limitaban al modelo RB20 explotaron en el aire con la declaración del jefe del equipo. No era una irrealidad lo que experimentaba el mexicano y que ahora también sufre Verstappen, quien después de la carrera en Monza hizo comentarios críticos: “En este momento ganar ambos campeonatos no es realista. Pasamos de un auto muy dominante a uno inmanejable en el espacio de seis a ocho meses. Convirtieron el auto en un monstruo”, apuntó el neerlandés.
Ahora, dos grandes premios después, y más allá de que Marina Bay no se presente como su circuito favorito, MadMax no alimenta falsas ilusiones sobre lo que será la actuación del equipo en Singapur. “Sé que no va a ser nuestro mejor fin de semana. Lo que sí espero es que lo que se hizo en Bakú haya estabilizado un poco más el auto. Acá hay más baches y nuestro auto no es bueno ante esas características de pavimento ni con pianos, pero es lo que tenemos y tendremos que luchar. No hay ningún secreto: si mejoramos el equilibrio del auto podremos volver a ser competitivos. Yo estoy preparado mentalmente para batallar en los dos campeonatos”, aseguró el tricampeón del mundo, que supera por 59 unidades a Lando Norris (McLaren) en el mundial de Pilotos y que con Checo Pérez deberá remontar las 20 unidades que los separan de la escudería de Woking entre los Constructores.
La proyección que hace Verstappen no entra en los planes de Marko, un aliado del neerlandés y que en los escenarios tormentosos se para en la vereda de enfrente de Horner. La disputa interna en RBR explotó en el inicio del año, con la denuncia que recibió el jefe de la escudería de parte de una empleada por comportamiento inapropiado, y aunque fue absuelto por una investigación privada que ensayó Red Bull las diferencias se dispararon: Marko y Jos Verstappen -padre de Max- reprobaron que el británico, que tuvo el apoyo del magnate tailandés Chalerm Yoovidhya, propietario del 51% del paquete accionario de la empresa de bebidas energizantes, se sostuviera en la cabeza de la conducción.
El austríaco observa que salvar el mundial de Pilotos sería todo un mérito en las actuales condiciones: “El auto tiene potencial, pero la configuración aún es muy sensible. El progreso no se verá en Singapur, así que tenemos que ver cómo salimos parados de esta carrera. Necesitaremos mejorar a partir de Austin, de lo contrario el campeonato de pilotos también estará en peligro”, comentó a Racing News 365. El equipo no presentará un diseño renovado en Marina Bay como tampoco en Austin, debido a que la pintura utilizada para crear las decoraciones personalizada que se apoderan por completo del auto añadía un peso imprevisto e indebido a la carrocería del RB20.
La euforia de los éxitos convirtió en indetectable a un enemigo silencioso durante 24 carreras. Checo Pérez lanzó una advertencia en 2023 y Verstappen elevó el nivel de la alerta un puñado de carreras atrás. Las siete fechas que restan del calendario examinarán si Red Bull logró revertir la curva, salvar el mundial de Pilotos y recuperar el liderazgo entre los Constructores.