Extorsiones, de nuevo la calamidad
Todo el año pasado hubo abiertas y anónimas denuncias por el regreso de las extorsiones a comerciantes de todos giros
Todo el año pasado hubo abiertas y anónimas denuncias por el regreso de las extorsiones a comerciantes de todos giros, desde los vendedores callejeros de comida hasta ferreteros, yonqueros y loteros de vehículos usados.
Quedaron como respuesta los oídos sordos de la Fiscalía General de Justicia. Al menos públicamente se resistieron a admitir la problemática aunque en silencio arrancaron un trabajo fuerte por enfrentar a las bandas delictivas dedicadas al giro de la extorsión.
La estrategia no fue la adecuada. La semana pasada hubo negocios y vehículos incendiados, lo que dejó al descubierto precisamente el tamaño del problema existente.
Por si fuera poco, los yonqueros organizados descubrieron ayer ante la misma Fiscalía de Justicia la serie de denuncias formales interpuestas por las amenazas de que han sido objeto.
Quizá la policía en general y las autoridades investigadoras callaron como estrategia para no provocar alarma entre la población pero hubo un momento que debieron generar inclusive una campaña abierta para saber por dónde venía el golpe.
La situación a estas alturas es tan grave que los yonqueros están advirtiendo con organizarse y defenderse por sí solos.
Si algún sector económico de la sociedad sufrió los estragos de las extorsiones en aquella etapa de gran violencia ente 2007-2011 fueron precisamente los vendedores de autopartes y de carros usados. Fueron arrasados los lotes. Tampoco los vendedores ambulantes y de fritangas quedaron excluidos.
Es terrible que empiece a repetirse otro mal como aquel.