AUSTRALIA.- Adam Britton, un zoologista británico, ha sido sentenciado a 10 años y cinco meses de prisión en Australia por violar, torturar y matar a docenas de perros.
Britton, de 52 años, admitió ser culpable de 56 cargos de bestialismo y crueldad animal, además de cuatro cargos por acceder y transmitir material de abuso infantil.
Un reputado académico con una vida secreta
Adam Britton es un zoologista británico especializado en cocodrilos, conocido en su momento como una autoridad mundial en el estudio de estos reptiles.
Britton trabajó con figuras prominentes como Sir David Attenborough y participó en la producción de documentales para la BBC y National Geographic.
Este hombre, conocido mundialmente por su trabajo, llevó una vida secreta como uno de los peores abusadores de animales del mundo.
Utilizaba seudónimos como “Monster” y “Cerberus” para compartir en línea videos sádicos de sus crímenes.
El grotesco Modus Operandi de Adam Britton
Adam Britton aquiría sus perros a través de anuncios en línea, prometiendo a sus dueños que les daría un buen hogar.
Esperaba a que su esposa, quien también es científica, estuviera ausente en viajes de campo para llevar a los perros a una “sala de tortura” que había creado en un contenedor en su propiedad cerca de Darwin, Australia.
En esta sala, Britton torturaba, abusaba sexualmente y finalmente mataba a los perros, filmando sus actos con diversos instrumentos, como cuchillos, sierras y hachas.
Luego, compartía estos videos en línea bajo seudónimos, buscando gratificación sexual tanto para él como para otros que compartían sus intereses depravados.
Además, Britton utilizaba los restos de algunos de los perros para alimentar a cocodrilos.
Adam Britton fue arrestado y sentenciado a prisión por 10 años
Fue arrestado en 2022 después de que un video incriminatorio enviado a una agencia de bienestar animal condujo a una redada en su propiedad, donde se encontraron restos de animales y material de abuso infantil.
El juez Michael Grant describió las acciones de Britton como “depravadas y reprobables” y puso en duda su remordimiento a pesar de que Britton expresó su intención de buscar tratamiento para su trastorno parafílico.
El juez destacó el placer evidente que Britton obtenía al torturar a los animales, subrayando la gravedad de sus crímenes.
Britton fue prohibido de comprar o vivir con cualquier mamífero en el Territorio del Norte, aunque la prohibición no se extiende a otros lugares de Australia.
Fuera del tribunal, manifestantes con pancartas expresaron su indignación ante la posibilidad de que Britton pueda salir de prisión en cuatro años, debido al tiempo ya servido desde su arresto.
Charles Giliam, gerente de operaciones de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (RSPCA), comentó que “Todo el mundo conoce su nombre ahora, y la repulsión es palpable”.