Osvaldo Aguilera, director de la Región III de la Secretaría de Salud, informó que este año no se ha contratado nuevo personal para las áreas de psicología en los centros de atención mental, dijo que actualmente se encuentran trabajando 11 psicólogos en salud mental, seis psicólogos en los consultorios de la colonia Morelos y cinco en el centro de atención primaria en adicciones (CAPA).
Señaló que este año debido a la pandemia y al confinamiento de la gente aumentaron los casos de depresión, ansiedad y estrés entre las personas, por problemas emocionales causados por factores económicos y sociales donde uno de ellos es el encierro.
Refirió que este año aumentaron un 40 por ciento estos padecimientos a comparación con el año pasado, ya que pasaron de 725 consultas de enero a octubre del 2019 a mil 016 este año; sin embargo, de 101 atenciones en octubre, se han consultado 104 pacientes en lo que va de noviembre, teniendo tres casos nuevos.
Así también, indicó que esta crisis económica causada por la pandemia hace que las personas tengan problemas en el hogar y problemas de deudas, lo cual hace que dañe las relaciones del núcleo familiar. Dijo que alrededor del 70 por ciento son mujeres las que llevan las consultas psicológicas y un 20 por ciento son niños y adolescentes, ya que la mayoría de los hombres dejan de asistir a las consultas y terapias.
Agregó que la depresión es un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima; también hay trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio, falta de concentración, sentirse triste o «vacío», pérdida de interés en sus actividades favoritas, sentirse muy cansado, sentirse sin esperanzas, irritable, ansioso o culpable, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos y en casos avanzados con ideas de muerte o de suicidio.
Consideró que la depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o en las clases de los estudiantes y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar con pláticas y terapias sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.