Vin Diesel: el Rey de Hollywood Este 23 de junio llega a cines ‘Rápidos y furiosos 9’; una franquicia que acumula más de 6 mmdd en ingresos
Mario Abner Colina / Agencia Reformalunes,
Ciudad de México– Cuando le confirmaron que ‘Rápidos y furiosos 9’ tendrá una gala en el próximo Festival de Cine de Cannes –decisión que causó revuelo mundial–, Vin Diesel pensó que el círculo se había completado.
Mente maestra de la multimillonaria franquicia que partió como una historia de carreras callejeras de autos y se convirtió en una trama de acción de proporción global. El actor y productor de 53 años tiene, aunque sorprenda, historia previa con el certamen francés.
Mucho, mucho antes de ser reconocido por el personaje de Dominic Toretto, el californiano criado en Nueva York quería hacer cine de autor, así que, influido por John Cassavetes y Martin Scorsese, empezó con un cortometraje semiautobiográfico sobre un histrión sin suerte en las audiciones.
Admirado a la postre por el mismísimo Steven Spielberg, el proyecto, llamado “Multi-Facial”, fue seleccionado en Cannes en 1995 y expandió así el mundo para el musculoso Diesel, quien se ganaba la vida en el telemarketing.
“Si creciste en Nueva York en esa época, pensabas que el mundo acababa en el río Hudson. Volé por primera vez a Europa al Festival de Cannes para mostrar mi cortometraje”.
“El primer artículo que se escribió jamás sobre el corto fue en francés, allá. El hecho de que, 26 años después, ‘Rápidos y furiosos 9’ vaya a Cannes (en julio) me hace estallar la cabeza”, admite la superestrella en entrevista.
A Diesel ya no lo relacionan con el cine de arte, sino que es emblema de una titánica saga que ha rebasado los 6 mil millones de dólares en la taquilla mundial, creado tendencias y alojado a un sinnúmero de figuras de la actuación.
‘Rápido y furioso’, el primer capítulo, que lo presentó como el mecánico y conductor forajido Toretto, cumplirá dos décadas de vida este 22 de junio, justo un día antes del estreno en México de la novena entrega.
Rey de Hollywood, Diesel se carcajea al recordar que, curiosamente, debido al éxito del filme original, fue reacio a la idea de una secuela, pues prefería quedarse con el buen sabor de boca de lo hecho y no tentar al destino.
“En los 80 y 90, cuando se hacían secuelas, echaban a perder las posibilidades de que las originales se convirtieran en clásicos”.
“Pensé que la única manera de proteger ‘Rápido y furioso’ era impedir que una corporación hiciera una película genérica y le estampara la marca, porque eso arruinaría lo que hacía especial a la película”.
Al volante de un Plymouth Roadrunner, el astro regresó en la tercera cinta, “Rápido y Furioso: Reto Tokio” (2006), y, por petición de los ejecutivos del estudio, aceptó ser productor para unificar la historia y darle continuidad.
“Dom es padre en este episodio (‘Rápidos y furiosos 9’) y lo vimos como un chico hace 20 años. Eso es hermoso. En este escenario estoy feliz y agradablemente sorprendido por haberme equivocado sobre lo que pensé hace dos décadas”.
Su sello, además de multiplicar exponencialmente la acción, al grado de que los personajes ya enfrentan crisis internacionales con la venia de organizaciones gubernamentales, es el concepto de la familia.
Los aliados de Toretto no son sólo eso, sino que además de compartir sudor y adrenalina en las misiones, los unen lazos más importantes que la sangre.
De manera prematura, porque la historia culminará en la undécima entrega, se le pregunta cuál cree que es el legado de la saga, y Diesel recuerda las tradicionales escenas finales de los filmes, donde Dom hace parrilladas con los suyos.
“Cuando piensas en las parrilladas que hace Toretto, donde personas de todo el mundo se sientan en esa mesa y todos son familia sin importar razas, credos, colores… es sentarse en esa mesa y ser familia”.
“Creo que esa manera multicultural de inclusión siempre ha sido parte de quienes somos, y es representativa de este milenio. Hay algo de eso, pero creo que (el legado) es una gran pregunta, algo en lo que seguiremos pensando”.
Diseño: Eduardo Espinoza