Equipo de futbol ha transitado desde hace dos décadas entre polémicas
Antonio Baranda / Agencia Reforma
Ciudad de México.— El equipo de futbol Gallos Blancos de Querétaro ha transitado desde hace dos décadas entre polémicas por vínculos con presuntos narcotraficantes y lavado de dinero.
En 2002, los empresarios Jorge y Alejandro Vázquez Mellado, junto con la polémica Caja Libertad, adquirieron el club. Según un exintegrante de esa sociedad financiera, el equipo le fue comprado a un narcotraficante mexicano.
Meses después, se reveló que el colombiano Paul Solórzano Lozano, un presunto lavador de dinero del narcotráfico que usaba el alias de Giovani de Ávila Morantes, estuvo a cargo de la liquidación de adeudos a jugadores despedidos, tras la compra del equipo.
En 2014, la entonces Procuraduría General de la República (ahora FGR) también puso en la mira a Solórzano por fungir como presunto promotor de futbolistas ligado al Gallos Blancos del Querétaro.
Solórzano era un aparente enlace entre la “Promotora Internacional Fut Soccer” –del promotor mexicano Guillermo Lara– y Jorge Mario Ríos Laverde “El Negro”, uno de los narcotraficantes colombianos más relevantes para la DEA en ese entonces.
Este colombiano tenía su empresa “Mivanni Sport Events” en Jurica, Querétaro, entidad donde vivió “El Negro”.
De acuerdo con fotografías de 2004, otro personaje que se hacía llamar José Martínez, y que era investigado en EU por operaciones de narcotráfico departió en partidos de futbol con José Luis Barba, uno de los entonces propietarios de Gallos Blancos, y con otros directivos del fútbol mexicano.
Una década después, en febrero de 2014, los Gallos Blancos, entonces propiedad de Amado Yáñez, fueron intervenidos por el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) de Hacienda.
También en 2014, el equipo de Querétaro fue señalado en una presunta red de lavado de dinero que involucra a Caja Libertad Servicios Financieros –cuyas oficinas centrales se encuentran en Querétaro–, los casinos Big Bola y Oceanografía.
De acuerdo con las investigaciones de la PGR, dicha red involucra el robo de combustible, la venta ilegal en gasolineras establecidas y el lavado de dinero a través de la caja popular, varios casinos y el quipo de primera división.